Jake 31

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La sexy y malvada villana nos seguía al volante de una de las enormes camionetas negras, sacando su mano por la ventanilla soltando varios disparos contra nosotros, afortunadamente, el auto que le habíamos pedido prestado, estaba blindado. Avanzamos rápidamente por el camino hasta que las casas comenzaron, luego fueron creciendo en tamaño y en cantidad, hasta llegar a la ciudad. Lo peor, nos tocó el tráfico.

Conducir locamente entre filas de conductores enfadados, era divertido. Y si te seguía una sexy y malvada villana, era aún mejor. Sin embargo, después de saltarnos un par de semáforos, la policía aguafiestas comenzó a seguirnos.

-!Detengan el auto!-exclamó por la bocina el oficial.

No podía detenerme, si lo hacía, Rodríguez nos mataría. La chica disparó contra la patrulla de policías.

-!Esto es increíble!-exclamó Kate.

-!Lo sé, es como en Rápidos y Furiosos!-exclamé emocionado, mientras derrapaba en una vuelta, para luego meterme entre una camioneta, rebasarla y continuar zigzagueando entre los autos.

-Necesitamos perderlos…a los dos-aseguró Dylan.

-Con algo de suerte-mencioné-La policía se encargará de Rodríguez…

-Más bien, creo que sería al revés-añadió Kate horrorizada.

La larga avenida estaba iluminada por las brillantes luces de los altos edificios, las lamparillas de la ciudad y claro, los automóviles que llenaban la calle entera. Yo no conocía el lugar, si en durante el día nos perdíamos aún más en la noche. Sin embargo, afortunadamente, pasamos por un enorme letrero centellante que rezaba: "Aeropuerto 1km".

La calle comenzó a vaciarse, hasta quedar solo nosotros, Rodríguez, un enorme camión de carga y unas seis patrullas de policías persiguiéndonos a toda velocidad. Observé en enorme tráiler a unos metros delante de nosotros, detrás de él, un letrero te advertía de su contenido inflamable. Se me prendió el foco.

-Kate-la llamé-¿Qué es lo más grande que has controlado?

-No lo sé-respondió la chica-Una vez le tiré un librero de la biblioteca a una odiosa niña que no paraba de gritarle a otra…

-¿Lista para tu siguiente reto?-le pregunté.

-¿Qué-preguntó Dylan.

-¿Ese camión?-les señalé-Tira su enorme remolque…

-¿Qué?-estallaron los dos al unísono.

-Tira su remolque sobre el camino…

-No creo poder-negó la chica nerviosa.

-!Tienes que hacerlo, o moriremos!-solté.

-Pero…

-!Ya!

La chica cerró los ojos, frunció el ceño y el sudor comenzó a aparecer por su frente. Su cara se volvió de un tono rojo por el esfuerzo. Sabía que era demasiado para ella, pero tenía que hacerlo. Y yo sabía que podía. Yo creía en ella. Sin embargo, se estaba tardando, y Rodríguez casi nos alcanzaba.

Entonces, de la nada, el remolque del camión, hizo un giro soltándose de la cabina, y cayendo en la calle. Y debido a la gran velocidad en la que se encontraba el transporte en el momento del incidente, el enorme remolque color blanco terminó cruzado en el camino, dando saltitos de unos dos metros de alto con cada rebote que daba mientras rodaba por la calle.

Dylan y Kate gritaron de terror. Yo aceleré, solo esperaba no fallar o el camión caería justo sobre nosotros. Miré por el espejo retrovisor, detrás de nosotros, Rodríguez se había detenido al captar el peligro, al igual que las patrullas. El enorme remolque saltarín estaba a menos de cinco metros de nosotros, tres metros…dos…cerré los ojos mientras pisaba el acelerador hasta el fondo. Lo único que escuche, fueron las sirenas de las patrullas, el rugido del motor del auto  y el remolque saltar.

-!Estamos vivos!-exclamó Dylan.

Abrí los ojos. Observé hacía atrás. El enorme remolque se había detenido ya en medio de la calle bloqueándole el paso a nuestros persecutores, poco después de que habíamos pasado por debajo de él mientras rebotaba contra el asfalto por última vez.

-Eso…no los…detendrá…por mucho…-dijo Kate con dificultad, como si hubiera corrido un maratón.

Frené de golpe.

-¿Qué haces?-me preguntó Dylan. Le sonreí. Saqué la mano por la ventanilla, apunte hacía el enorme remolqué. Me concentré y una esfera de fuego salió volando desde mis dedos, hacía el camión, haciéndolo estallar.

-Bueno…eso nos dará unos minutos mas-admitió Dylan.

Aceleré de nuevo. Cuando pasamos junto a la cabina del tráiler, el conductor soltó una maldición. No entendí si a nosotros o no, el punto es que curiosamente no me sentía culpable por hacer tirar su carga.

 -¿Estás bien Kate?-le preguntó Dylan.

-Sí…solo estoy cansada…

-Tres boletos para el primer vuelo que salga fuera de la ciudad-le pidió Dylan a la chica de la taquilla, la mujer nos estudió con sus anteojos. Observándonos atentamente, antes de buscar en su computador.

-El siguiente vuelo es hacía New York…ahora mismo están abordando pero por lo que veo, no traen equipaje así que si se apresuran podrían tomarlo.

-Perfecto-respondió Dylan.

-Ahora vengo-le susurré.

Corría hacía el pasillo, repleto de todo tipo de tiendas: de comida, recuerdos, ropa, libros, etc. El lugar estaba repleto de gente, sin embargo toda la multitud se encontraba frente a los aparadores de una tienda de electrodomésticos. Me acerqué e introduje entre la multitud empujando a todos hasta estar en primera fila, ahí detrás del cristal, un enorme televisor de pantalla plana. Pero no era eso lo que llamaba la atención de la gente, sino lo que sintonizaba: las noticias.

Una vista aérea de la Avenida DelKab, donde un camión se quemaba. De acuerdo con la reportera, se creía un atentado terrorista provocado por tres jóvenes adultos a bordo de un Ferrari, la policía ofrecía ya una gran recompensa por su captura.

¿Ataque terrorista? Reí. ¿Adultos? Reí más. ¿Recompensa? Comencé a considerar el entregarme…¿me darían recompensa? O podría disfrazarme con un bigote y entregar a Dylan…fue entonces cuando Kate me llamó apurada para tomar el avión.

Me preguntaba donde estaba Rodríguez, sí había escapado o había sido capturada. En televisión no la mencionaron. Solo esperaba, que no estuviera en ese aeropuerto, y mucho menos en New York.

Academia Neregunthur I: ElohimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora