Dylan 29

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-¿Ahora como encontramos a los terroristas esos?

Nos encontrábamos ya en Atlanta, caminando por las calles del centro, preguntándonos como daríamos con nuestro objetivo. Browning nos había comentado, no saber nada sobre el posible punto de encuentro. Tendríamos que encontrarlo nosotros mismo, sin embargo, siendo una ciudad muy grande, no entendía como esperaba que lo hiciéramos.

-Bueno, ¿si hicieras un intercambio ilegal, donde sería?-se planteó Kate.

Pensé.                                                                                   

-Bueno, si hiciera algo ilegal, para empezar…no lo haría en una ciudad-mencioné-Tal vez en un bosque o algo así.

Jake río.

-Elemental, mi querido Dylan-me planteó-Un enorme camión repleto de armas y rodeados de escoltas, se vería muy sospechoso en el bosque.

Tenía razón, pero no se vería mas común en un parque o en medio de la avenida.

-Tienes mucha experiencia al respecto, ¿eh?-le cuestionó Kate.

Jake titubeo.

-Como sea, se cual es el lugar.

-Pues apresúrate, quiero volver a la Academia antes del anochecer-se quejó Kate.

-Pues lamento decirte que eso no será posible, el intercambio se realizará durante la noche…

-¿Qué eso no se ve sospechoso?-pregunté.

-No sí estas en un lugar donde varios autobuses se reúnen por la noche.

Nos sonrío. ¿A qué se refería? ¿La estación de autobuses?

-Síganme.

No tenía ni idea de cómo el chico tenía tanto…conocimiento en el tema, era algo aterrador. Sin embargo, lo seguimos. ¿Qué podía salir mal? Comenzamos a caminar bastante, atravesando el área del centro, luego los suburbios. Veía personas felices, realmente felices. Hombres regando su jardín, mujeres preparando algo desde la cocina, niños jugando con sus mascotas. Todos muy felices, sin saber que en ese mismo momento un enorme cargamento de armas de destrucción masiva era enviado a la ciudad, para ser vendido para más tarde utilizarlo contra, posiblemente ellos. Y no lo sabían, eran felices.

Me hubiese gustad ser como ellos, no estar tan "estresado" y nervioso por la misión, poder seguir en el horrible orfanato llevando una vida normal. Pero no, estaba ahí. Lo único bueno, tenía amigos.

Poco a poco, el número de casas fue reduciéndose, así como su tamaño, hasta que desaparecieron por completo. ¿A dónde íbamos? A lo lejos, podía ver una clara línea de árboles, que marcaban donde iniciaba el bosque. Estábamos en los límites de la ciudad, ¿A dónde nos llevaba Jake? Creí que continuaría por el camino hacia la autopista que cruzaba el bosque hasta quien-sabe-donde. Pero no, dio vuelta a la izquierda y caminó por entre la amarilla y seca hierba del "campo".

Suerte que traía unos jeans, de no haber sido así, esa horrible hierba me hubiese estado picando mis flacuchas piernas. La planta llegaba tan alta que costaba ver suelo, solo temía pisar caca de perro o algún otro animal, o bien, tropezar con un tubo o rama y caer de una forma patética en ese mar amarillo. Observé el cielo, el sol comenzaba a ocultarse. ¿Tan rápido se había pasado el día?

Solo esperaba que Jake tuviera razón, de no ser así fracasaríamos y terminaríamos siendo los hazmerreír de la Academia. No podía evitar imaginarme a Blake y su pandilla, riendo a carcajadas de nosotros, y al profesor Browning, observándonos, decepcionado, no, teníamos que tener éxito.  A lo lejos comencé a ver cientos de cajas, enormes cajas rectangulares de acero, de unos tres metros de alto y siete de largo. De todos los colores, café, verde, azul y rojo. Me recordaron a las que se ven en la películas, en los puertos y algunas veces…en los trenes. !Claro!

-Trenes-dije.

-Así es Dylan-me sonrió Jake-Trenes, ahí es donde vamos.

-¿Por qué de noche?-nos preguntó Kate.

-Ah, puesto que es durante la noche cuando los trenes de carga, recogen mercancías.

-Ya entiendo-dije-!Jake, eres un genio!

-Gracias-sonrió el chico alegre-Ahora, hay que apresurarnos, y encontrar un buen lugar para observarlo todo.

Aceleramos el paso, y en menos de cinco minutos, llagamos a las cajas, solo que una enorme alambrada se unos dos metros al menos, nos impedía el paso.

-¿Esta electrificada?-preguntó Kate.

-No-negué-No veo ninguna especia de advertencia por aquí.

-¿Cómo cruzaremos?-se preguntó Kate-Debe de medir casi el doble que nosotros.

-Podemos buscar un lugar por donde pasar-pensé-O Jake podría derretirla…¿Qué opinas?

No recibí respuesta.

-!Jake!-repetí. Miré a mi alrededor, el chico había desaparecido, Kate me miró asustada.

-¿Dónde…?

-Hola-dijeron detrás de nosotros.

Nos giramos, y ahí estaba el chico, sentado sobre una enorme caja, observándonos, del otro lado de la malla.

-¿Cómo?-le pregunté confuso.

-Me brinque-me dijo con tono burlón- Daaaaa….

Lo miré perplejo.

-!Vamos enamorados! Suban.

-¿Enamorados?-estalló Kate.

-Hasta que tengo tu atención-le sonrió.

Miré a Kate, luego la cerca.

-¿Crees que puedes hacerlo?-le pregunté.

Miró la malla.

-No debe ser tan difícil, digo, sí Jake lo hizo…

-!Oye!-se quejó el muchacho.

Me acerqué a la reja, flexioné las rodillas, y prepare un escalón con mis manos.

-!Vamos! Tu primero…

-Está bien…

Kate se sujeto de la malla, posó sobre mis manos su pie derecho, con el que se impuso para dar un rápido saltó y luego brincar al otro lado.

-!Lo logré!-festejó.

"Aquí voy" pensé. Me sujete de la malla, y comencé a "escalarla". Como me hubiese gustado tener a alguien que me ayudará como yo a Kate. Llegué hasta la cima, luego brinqué hacía el otro lado. Caí junto a la chica.

-Perfecto-aplaudió Jake-Aprenden rápido.

Academia Neregunthur I: ElohimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora