Jake 12

3.4K 294 12
                                    

Ted me llevó a un área alejada de la sala. Pero antes, se dedico a coger un extintor por si las dudas. Yo aun no entendía como planeaba ayudarme, pues él no era pirómano como yo. Pero cuando se lo plantee el insistió que él podía ayudarme. Una vez, que todo estuvo listo. Me pidió que nos sentáramos frente a frente.

- Bien-me dijo- ¿Alguna vez ya has hecho fuego?

-Si...pero accidentalmente.

-¿En qué situaciones?-me preguntó.

Comencé a visualizar como en una película, secuencias de todos mis accidentes con fuego, y comencé a analizarlo.

-Cuando estaba asustado o enojado-dije reflexionando.

-Exacto-me dijo alegré-Las emociones fuertes hacen que te descontroles...

-Entonces Helena nunca se descontroló-bromee.

Ted río.

-Tienes tanta razón, esa chica tiene el entusiasmo de una rata muerta

Reí.

-Ahora, volviendo al tema, Las emociones fuertes hacen que te descontroles sobre todo cuando no tienes nada de experiencia con tus poderes. Por eso, debes practicar, así, cuando te vuelvas a sentir furioso, triste o asustado, no ocurrirá.

-¿Y cómo lo hago?

-¿Zurdo o diestro?-me preguntó.

-Ambidiestro-respondí.

Sonrío de oreja a oreja.

-Perfecto-me dijo-Entonces...empecemos con la derecha, ¿sí? Extiéndela.

Le pase mi mano derecha en la sostuvo con la palma hacia arriba.

-Ahora, relájate-me dijo-Cierra los ojos, respira lento, tienes que relajarte.

Le obedecí. Cerré los ojos y puse la mente en blanco.

-Siguiente paso, piensa en lo que quieres hacer-me dijo.

-¿Fuego?-pregunté.

-Así es. me respondió-Imagina una pequeña llama de fuego brotándote del brazo.

Ted, siguió hablando. Pero ya no le puse atención, solo pensaba e fuego. Imagine la pequeña flama roja brotando de mi mano...pero no ocurría nada.

"Vamos, tu puedes" me dije a mí mismo.

Entonces, mi mano comenzó a temblarme ligeramente. Comencé a sentir la sangre corriendo por todo el brazo. Y comencé a sentir la flama dentro de mí, apuntó de brotar por mi mano, una sensación extraña. Entonces, lo logré.

Ted gritó.

-!LA DERECHA!-me regañó-!DIJE QUE LA DERECHA! !EL EXTINTOR!

Me obligué a abrir los ojos. Y en efecto, lo había logrado, una pequeña flama roja amarillenta había aparecido en mi mano izquierda, que se hallaba recargada en el suelo, de tablas de madera. ¿Sabes algo de la madera? No es anti-inflamable. Así que claro, el fuego corrió de mi mano al suelo, y comenzó a extenderse y a hacerse cada vez mas grande.

Grité.

-¡El EXTINTOR!-gritaron otros chicos que estaba cerca.

El fuego se hubiese extendido, pero afortunadamente, Ted cogió el extintor, quitó el seguro, y disparó la extraña espuma sobre el suelo, llenándome de esa cosa asquerosa.

Ted suspiró tranquilo.

-Lo lograste-me dijo sonriente-No de la forma en la que lo esperaba, pero lo lograste. Ahora intentémoslo otra vez, solo que ahora, procura hacerlo como lo planeamos..¿si?

-Creo-dije aun asustado.

Cerré los ojos, esta vez puse la dos manos enfrente por si ocurría otro accidente. Hice exactamente lo mismo, imagine la pequeña flama brotándome de mis manos. Entonces, la misma sensación recorrió mi cuerpo...pero de forma diferente. Entonces sentí como si un hilo estuviese colgando de mi palma, solo que al revés, el hilo colgaba hacia arriba.

-Genial-dijo Ted, abrí los ojos.

Dos pequeñas flamas naranjas brotaban de ambas manos.

-Oh, dios-dije asombrado-Es fuego.

-¡Así es!-exclamó Ted, lleno de alegría.

-Es fuego-repetí incrédulo.

-!Lo lograste¡-gritaba mientras daba saltitos-Lo logré, soy genial.

-Fuego...-repetí atónito.

Entonces, algo ocurrió. Creo que fue mi sentido común al ver fuego sobre mis manos. Me levante de golpe y comencé a sacudir las manos en todas direcciones.

-!Fuego!-grité lleno de pánico.

Lo siguiente fue totalmente increíble y malo. Sacudí mi mano derecha hacía la pared de piedra, y un rayo de fuego salió disparado directo al blanco. La pared comenzó arder.

-!Cálmate!-gritó Ted.

Entonces, una ráfaga de frío me recorrió, el cuerpo. Como si me hubiesen arrojado un balde de agua helada. El fuego de mis manos se extinguió, al igual que el de la pared. El lugar se lleno de una extraña y fría neblina azul, que nubló el lugar. Di unos pasos por la niebla, buscando a Ted, pero tropecé.

Aparecieron dos chicos. El más alto, era un chico de cabello rubio, largo y despeinado; de ojos azules cristalinos y una mirada diabólica. Vestía una playera sin mangas y unos shorts , dejando ver sus flacuchos brazos y piernas.

El otro chico, era delgado y casi de mi estatura. Tenía el cabello de color azul gris, peinado hacia arriba. Su piel era muy pálida, como la mía. Sus ojos, de un azul pálido, parecían de vidrio, pero inmediatamente se fijaron en mí, me di cuenta de que eran reales. El vestía de jeans y una playera azul. Su sola presencia llenaba la estancia de frío y un aire gélido.

-¿Estás bien?-me preguntó, y corrió a ayudarme.

Pero inmediatamente sujeto mi brazo, una especie de descarga sucedió en nosotros, solo que de una manera extraña. Mi brazo me comenzó a arder levemente. Me ayudó a levantarme y se apartó de mi.

-Lo siento-se disculpó-Soy hielo, tu fuego; suele suceder.

-No te preocupes-dije atontado-Gracias.

Ted apareció a mi lado.

-Soy Jack-se presentó.

Jack Frost, pensé, recordando los viejos especiales de navidad que pasaban por televisión.

-Soy Jake-dije.

-¿Están todos bien?-preguntó preocupado-Me refiero al fuego...

-Sí, gracias.

-¿Ya terminaste?-preguntó el otro muchacho. Impaciente.

-Cálmate Thomas-le espetó Jack.

El chico hizo una mueca.

-Gracias Jack, pero ya lo teníamos controlado-dijo Ted.

-Claro, lo noté por la forma en la que te tirabas al suelo, y la pared comenzaba a quemarse-dijo Jack en tono sarcástico.

Ted se encogió de hombros.

-¿Eres nuevo?-preguntó Jack.

-Así es, Ted me ayudaba-dije.

-Pues lo hiciste muy bien para serlo-me dijo mientras me golpeaba amistosamente el hombro.

-¿Olvidaste lo que dijo Blake acerca de...tu sabes?-le recordó Thomas interrumpiendo.

-Ahora voy, Tom-le dijo Jack hartó-Hasta pronto.

Ambos chicos dieron vuelta y se marcharon. Jack, ese tío me cayó muy bien. Su amigo no.

-Ese era Jack-dijo Ted-Muy amable, aunque creo que decidió muy mal sus amistades-dijo.

-Parece ser-dije.

Unos golpes y gritos comenzaron a resonar por el otro lado de la sala.

-¿Qué ocurre?-pregunté asustado.

-Nada bueno-dijo Ted-¡Vamos!

Academia Neregunthur I: ElohimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora