Tal

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Ella

Tal vez estaba sobre pensando toda esta situación, sé que no estaba preparada para hacerme cargo de toda esta nueva responsabilidad en mi vida. No después de mi crisis existencial apenas hace 3 meses. El robot me avisó con un estruendoso bang, que el ansible estaba en línea. Solo había un objetivo, salir integra al día siguiente. El robot me hizo un chequeo general y dio luz verde para continuar con el procedimiento.

Fui hasta mi cama, me acosté y di el comando de inicio, cerré los ojos y sentí dolor, el procedimiento se decía indoloro, traté de abrir mis ojos pero la conexión ya estaba en proceso. El dolor fue apaciguando mientras mi “cuerpo” se sumergía en el inconsciente de criminal.

Deseaba que me llevara al inicio del caso VoidLapse, porque prácticamente no estaba enterada de nada, solo que el gobierno interestelar la puso en la cabeza de las listas de los criminales más buscados, apenas el siglo pasado, pero la información del crimen jamás salió a la luz.

Lo que sabía del caso VoidLapse hasta el momento. La criminal no tenía implante cerebral, lo que nos indica que es una descendiente directa de la Tierra. En el siglo XXI no había otro lugar habitable para la humanidad más que la Tierra. Si es la criminal original… ¿cómo es que fue descubierta apenas el siglo pasado?¿cómo se conservó todo este tiempo?¿cómo es?¿quién es?

Estaba caminando vi mis pies, pero no eran mis pies, ¿estaba viendo todo a mi alrededor desde el punto de vista la criminal?si ese era el caso, ¡qué conveniente! Me ahorraría bastante tiempo. Tenía que mantenerme callada para que no se enterara de mi estancia en sus memorias.

Sabía que estaba en sus memorias, porque no había altos edificios que apenas y dejaban entrar rayos del sol al suelo, también porque llevaba más de 5 minutos caminando, y todo a su alrededor iba cambiando consecuentemente.

Parecía que estaba sumergida en una película de antaño donde la tecnología no existía. Todo estaba conectado con cables la electricidad, la comunicación, y lo que no mediante ondas de baja calidad.

Estaba sumergida tanto en mis pensamientos que noté muy tarde que estaba platicando con alguien a su lado. Un chico alto, probablemente medía unos 1.90 metros, que contrastaba con esa piel morena media de la de ella blanca y con pecas de múltiples colores, ella media aproximadamente 1.65 metros.

Sentía el latir de su corazón en mis oídos, me ponía nerviosa, se parecía tanto a la sensación que sentí al ver por primera vez al cadete Neels… habían llegado a un lugar verde con grandes árboles y se sentaron. Se vieron a los ojos y ella abrió los ojos exaltada. Ella se dio cuenta y empezaron a platicar, el sol iba descendiendo, su plática se centraba en personas familiares a ellos pero no familiares para mí. Hablaban de verse en una fiesta.

Yo me enfocaba en observar el lugar tan primitivo, pero me daba una sensación de estar en casa. Tal vez extrañaba la gravedad del planeta o el calor a hogar… Ya era tarde y empezaba a sentirse el frío en el aire. Regresaron por donde vinieron y ella entró a una casa más o menos grande color amarillo con detalles azules en sus ventanales 2 plantas y del triple de grande que mi estación.

Penándolo bien, antes tenían más espacio eran como 7 billones de habitantes y en comparación a las otras casas que había visto esta en particular era pequeña. Las luces estaban apagadas, siguió caminando por el pasillo, cada pared tapizada de fotos de personas pero por la carencia de luminosidad no se veían bien los rostros.

Un sonido a estática se escuchaba a lo lejos, una señora con cabello castaño claro, de mediana edad recostada en el sillón durmiendo con la boca abierta dejando escapar un ruido gutural de vez en cuando. Agarró un objeto no identificado y apuntó hacia el proceder del sonido presionó un botón y el silencio y obscuridad inundaron la habitación.

Caminó a ciegas y se encendió la luz de otra habitación, se veía por la rendija de la puerta y un chico como de 20 años en boxers salió de la habitación corriendo por su vida, iluminando gran parte del pasillo,  pasó a otra habitación y regresó a la habitación con un poco de espuma en su boca, un objeto salía de su boca. Las prendas de vestir a la mano. Y regresó a la otra habitación cerrando tras de sí la puerta.

Sentí una mano cálida en mi hombro, bueno en el hombro de ella, ella se giró inmediatamente y la señora de antes le sonrió. Ella se veía contenta, una buena persona, su piel era de un tono más claro pero con la misma apariencia pecosa que la criminal.

El chico salió de ahí se escuchó un aplauso y las luces se encendieron. El chico salió más presentable, la señora abrazó al muchacho que se parecía mucho a ella pero él tenía los ojos verdes en vez de azul pálido. Se unió al abrazo, se escuchó un pitido y los 3 salieron por otra puerta.

Un antiguo carro manejado por un señor fornido y con ojos verdes olivo, los esperaba fuera… Ella subió a la parte de atrás junto con el muchacho y la señora en frente junto al señor. El viaje parecía eterno. Supongo ha de ser porque estoy acostumbrada a llegar en minutos a mis destinos.

La luna resplandecía y algunas estrellas se dejaban entre ver. Me resultaba asumbrosa la vista. No había nada igual en Marte y definitivamente no se veía tan extraordinaria la Luna de cerca. Pero ese misticismo que emanaba simplemente era mágico.

Se habló muy poco durante el viaje, la criminal trataba de no derramar lágrimas. Por como interactuaban y la apariencia tan similar debía ser su familia. La señora les pasó bocadillos que ambos aceptaron y comieron en el camino, la señora compartió el suyo con el señor.

Terminando su bocadillo, el auto paró. Todos salieron. Habían llegado a su destino, la señora rompió en llanto, el señor la abrazó esperando reconfortarla, el muchacho zarandeó el cabello de la criminal les dio un abrazo rápido a cada uno de ellos.

Sentía lagrimas rodar por mis mejillas y una opresión en el pecho, mi vista se aclaró y vi a otras familias despedirse de otros jóvenes todos llevaban en la mano un papel dorado y una pequeña fila a la entrada de un edificio con pobre iluminación. El muchacho entró al edificio, de adentro gritó que regresaría a casa en 2 meses.

Salí expulsada, ya habían pasado 8 horas en Marte. Y el robot empezó a darle mantenimiento. Todo era tan confuso, no parecía ser la mente de una criminal, tal vez accedí a recuerdos previos de su carrera. El robot me dio un informe de mi actividad cerebral. Estuve en intenso dolor la mayoría del tiempo, y hubo una actividad cerebral evidente, aunque no sentía los estragos, recordaba el dolor de la conexión. Un dolor que no esperaba se repitiera cada vez que me enlazaba.

SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora