Silencio

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¡Este capítulo me hizo llorar, ha sido lo más triste que he escrito en toda mi vida, literal! Ya se acerca el 30 de noviembre y al parecer si lograré terminar esta historia! Yei! 40 mil y tantas palabras llevo. Si termino ésta que no estaba ni planeada quiere decir que es posible terminar las demás que tengo en puerta *cough cough* son como 23 historias, qué pena. Gracias por el apoyo y si les gusta la historia o si no les gusta comenten, es super fácil, y claro que se les agradece por las estrellitas y por recomendarme :3 Gracias infinitas por seguir leyendo :D les mando un deseo imaginario

Sugey

Me enlazaba continuamente con mi hermano Eneko para saber su estado, seguía en caos, tardó bastante tiempo en reponerse, parecía ser él mismo cuando estaba cerca de Gracia, pero algo estaba diferente en él. El tratamiento había borrado parte de sus memorias, pero gracias al ansible podía verlas con claridad dentro de mi mente, fue ahí cuando lo vi.

Al traidor, se había reunido varias veces con mi hermano y lo alimentaba con mentiras, era la primera vez que lo veía pero su rostro quedaría impreso en mi mente. Él contaba con una asistente que lo acompañaba a todos lados, lo peor de todo es que era un huérfano como Eneko, como Gracia, como yo…

Había traicionado al Sr. Lester, enfrenté a mi hermano, fui una tonta al no decirle nada a nadie, Eneko había engañado a Cintia, a todos, como un perfecto espía. El matrimonio con Gracia fue solo una distracción, solo pensaba en los ideales crueles y aberrantes de las potencias del norte, ya extintas después de la reformación mundial. Le gustaba que experimentaran con él, ser una rata de laboratorio, la sanidad de mi hermano nunca regresaría, solo una tonta como yo lo pensaba de esa manera. ¡Qué equivocación tan más grande!

Heffet era el culpable. No tenía evidencia, y era imposible contactar con Dalton. Al momento de enfrentarlo escapó de la base, había engañado a Gracia diciéndole que iría a buscar una casa para mudarse, eran tiempos de paz y quería disfrutar con ella esos tiempos, la gran mentira. De verdad fui una tonta al no decirle a Phil o a Jesse o a la misma Gracia de esta situación.

Gracias al ansible pude encontrarlo, forcejeamos pero él tenía una arma, luché por mi vida y en un segundo, mis instintos de sobrevivencia se encendieron y no sé cómo fue que acabé disparándole a mi hermano en su estómago. La sangre salía de su cuerpo y nada podía pararla.

Las lágrimas salían sin cesar, nublándome la vista, el corazón de Eneko empezaba a latir con fuerza, abrió sus ojos, y ahí estaba mi hermano, puso su mano ensangrentada en mi cara. Me agradeció por liberarlo de estar prisionero en su cuerpo, me dio un mensaje para Gracia.

Era el nombre para su futuro hijo, Dalton, Eneko había descubierto que Dalton, el hermano de Gracia, sabía que quién empezó todo era Heffet, estaba por sacarlo a la luz. Eneko lo encontró y lo mató.

Gracia siempre estaba expectante de la llegada de su hermano, y ahora jamás lo vería. Eneko había hecho cosas terribles, y por primera vez me arrepentí de convencer al Sr. Lester de que le perdonara la vida a mi hermano Eneko Suk, ahora cargaría en mi consciencia la muerte de la persona de mayor confianza del Sr. Lester, el hermano de Gracia, nada más y nada menos que Dalton. Además de la amargura por matar a mi propio hermano. El perdón no me lo merecía.

Gracia no nos había dicho nada sobre el bebé, y ahora que me había enterado de la forma más cruel y amarga, no podía disfrutar de la alegría de que sería tía, y todo porque mis manos están manchadas con la sangre de su padre, del sol que Gracia orbitaba hasta hoy, de mi hermano menor.

Dicen que cuando estás a punto de morir tu vida pasa delante de tus ojos, pero en este caso yo recordaba el momento en que mi madre fue llevada al hospital al rompérsele la fuente en medio de mi recital de baile de abril, la primera vez que me dejaron cargarlo entre mis brazos por ser suficientemente mayor y confiable, la primera vez que entró al kínder y no pasaba de la puerta como si los niños se lo fueran a comer, cuando salía con su persona especial, cuando Luis destrozó su futuro con ella, cuando fue aceptado en la Universidad, cuando recibió su boleta dorada, cuando fuimos a dejarlo en el coche de papá y me zarandeó la cabeza, cuando descubrí que tenía el gen mutado y era piloto de un mecha, cuando usurpó mi mecha para seguir practicando y mejorando con su conexión A-log, cuando me avergonzó diciéndome que me gustaba Phil, cuando estaba ayudándolo a subir al helicóptero en Cánada y alguien lo evitó disparándome entre el radio y el cúbito, cuando lo convirtieron en lo que es ahora, cuando contó su más obscuro secreto y su alma se liberó, cuando su corazón dejó de palpitar y sus pulmones de respirar. Cuando mi hermano menor Eneko Suk Miranda murió entre mis brazos con una sonrisa en su rostro, sin deber ni temer nada.