mi hermano y gracia

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Sugey

Mi hermano y Gracia se llevaban muy bien, ellos antes habían practicado en equipo, y me asustaba que fuera un estorbo en sus tácticas y estrategias. Jamaica había empezado la guerra antes, había develado el secreto del Sr. Lester. Jamaica creía que al haber accedido a la información  del ansible y obtener su porción de mechas le daba la ventaja, traicionó un pacto que súper beneficiaba a Jamaica y a las islas del Caribe y lo desaprovechó.

Se esperaba de que alguno de los países traicionara el convenio, pero simplemente Jamaica había metido la pata tremendamente. Brasil y México hicieron alianza y bueno Jamaica quedó destruida la batalla había durado 15 minutos, tristemente. Las demás islas del Caribe pidieron refuerzos a sus respectivos países aliados pero ya antes habían hecho tratados de paz con México, Inutilizamos la fuerza militar en cada una de las islas, las primeras opusieron resistenci ay hubo bajas en segundos, la diplomacia no había servido mucho, pero ya en el resto de las islas, se llegó a acuerdos.

Al salir del mecha ya en D34 bajé de un salto y fui al retrete más cercano. Estaba segura de que no había matado a nadie solo los inutilicé pero el solo hecho de pensar que atenté contra la vida de alguien más por la realización de un sueño… No era concebible. Dejé salir mis emociones porque mi cuerpo no las soportaba dentro.

Nunca había sido agraciada cuando lloraba como Magdalena. Alguien al lado estaba ocupando el retrete y había terminado de obrar. El sonido clásico al bajar la palanca acalló mi llanto. No había cerrado con seguro la puerta así que la persona de al lado preguntó si me encontraba bien.

La cara de sorpresa podía verse reflejada en los rostros de ambos, era Jesse, tenía muchísimo tiempo que no lo veía. Phil me hablaba de que Jesse estaba encargado de los proyectos espaciales mientras que él estaba trabajando en los acuerdos internacionales de C.C.

Jesse era super inteligente, no tenía duda, pero que a su corta edad estuviera a cargo de proyectos de tal talla, me hacía envidiarlo un poco más.

Una segunda oleada de angustia al retrete. Jesse se agachó y me dio palmadas en la espalda. Le bajé al retrete. Y ya con más calma platiqué con Jesse. Seguía llorando y mis mucosas nasales empezaban a escurrir, una vista muy patética debo añadir, pero los entimiento sme inundaban.

Entrando en calma después de llorar hasta cansarme, empecé a razonar la situación. Si Jesse estaba aquí, era muy seguramente que hubiera entrado al baño de hombres, cuando la noticia cayó completamente en mi cuenta.

Grité aguadamente, como la mayoría de mujeres podemos, a notas muy altas, aventé a Jesse hacia afuera del cubículo de baño, lo salté cubriendo mi cara con mis manos, no sabía a donde iba, veía con pocaclaridad por las lágrimas y mis manos que estaban mal puestas en mi rostro dejando que viera lo que estaba enfrente de mí parcialmente. Salí corriendo topándome con alguien en la puerta de los baños y cayendo ambos al suelo.

Era Phil, mi vergüenza no podía ser peor, se rodó hacia el lado contrario a donde estaba, hincándose al poder hacerlo con ayuda de sus manos. Llevó ambos brazos a sus costados simulando un auto abrazo, y se quejaba por el dolor, el dolor que le provoqué al impactarme contra él y caer peso completo sobre él.

Pedí miles de disculpas, Phil abrió los ojos como platos al verme, abrió sus brazos y se acercó para abrazarme, pero Jesse hizo el clásico sonido de carraspear su garganta, provocando que tanto Phil como yo volteáramos hacía él.

Tomó una foto de nuestras caras y posturas congeladas en el momento con un celular, el logotipo de la manzana reflejando con el sol dejándome ciega por unos breves instantes.

Eneko llegó a interrumpir la breve reunión, entró al baño rápidamente y así como entró, regresó y asomándose por la puerta me preguntó si había salido de ahí, volteo al cielo, vio el letrero. Y movió su cabeza hacia ambos lados, podía asegurar que había descifrado que me había metido al baño de hombres, pero con una expresión de dolor desapareció. Después de todo solo para una cosa se habían creado los baños.

Disimuladamente fui deslizándome hacia la pared que conectaba ambos baños, mientras Phil y Jesse miraban hacia dentro del baño de hombres pude entrar al baño de mujeres que era mucho más chico y con menos cubículos.

Saqué mi cepillo de dientes y pasta de dientes y los froté vigorosamente, tallé mi lengua, paladar y mejillas internas y escupí los residuos al lavabo, repetí el mismo procedimiento varias veces hasta que el sabor a vómito desapareció por completo.

Gracia estaba atrás de mí, pero no la había visto porque era mucho más chica que yo, al voltearme tropecé con ella y caí al suelo, ella evitó caer al suelo por sus habilidades tipo Neo de Matrix. Al caer sobre mi cara, mi nariz tronó al impacto con el suelo.

La sangre empezó a brotar manchando el suelo. Gracia fue por papel y con el clásico tapón de papel fui hasta donde estaba el lavabo, escasos 45 cm de distancia. Y unté agua en mi rostro, cuello y frente para que dejara de parar.

Me sentí un poco tonta porque solo haces eso cuando el sangrado por la nariz es debido a temperaturas altas o fiebre. Al darme cuenta de mi error golpe mi frente con la palma de mi mano y con fuerza apreté fuertemente en el entrecejo.

Cuando la sangre paró de salir, me lave rápidamente la cara. No había ningún espejo así que me topé mi nariz y recorrí con el dedo a lo largo de ella, por fortuna no se desvió el tabique.

Gracia me miraba en silencio, con cierta intriga y …¿compasión? 

Gracia había entrado para decirme que el escuadrón VoidLapse estaba casi reunido, solo faltaba yo. Desde que había llegado no había tenido oportunidad de platicar con Gracia como cuando estábamos en el campo de entrenamiento.

Había algo que nunca había podido tolerar…eso era que me mintieran, ella había estado ahí porque se lo habían pedido eran sus órdenes y ella pudo matarme si no hubiera aceptado el entrenamiento militar.

Esquivé su mirada sabiendo que todos merecían una segunda oportunidad y asentí. Salimos del baño, esta vez de mujeres, chequé dos veces antes de entrar para asegurarme de no entrar al equivocado de nuevo. No podía volver a cometer el mismo error.

Al salir, Mi hermano estaba platicando con Jesse y Phil,  la cara de Gracia se iluminó al ver a mi hermano. Probablemente si le gustaba mi hermano, pero aún estaba desconfiada de sus intenciones. Dejé todo eso de lado y me uní a ellos.

SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora