Silencio

habían parado

Sugey

Habían parado la tortura estática, no sabía si eso era buena señal. Me conectaron a tubos por todos lados…asistencia médica o mejor dicho tortura médica.

Estuve unas 3 semanas encamada, las llagas en mi espalda aparecieron pero a la semana fueron tratadas, cómo si no supieran que dolían, cada una de ellas, era expuesta a químicos que esperaba que no dejaran cicatrices. No me gustaban porque eran señal de que no cuidaste de tu cuerpo, después de todo es la única responsabilidad que tenías en este mundo, bueno eso era desde mi punto de vista.

Tenía pequeñas cortadas por el agua y la repentina exposición al aire en todo mi cuerpo pero no dejarían marcas, después de todo lo que había pasado la mayoría había desaparecido como si no hubiera pasado nada.

El cuarto de hospital era privado, se escuchaba a lo lejos las llamadas de las otras salas bueno solo si ponías atención al fondo del sonido. El marcapasos siempre me distraía. Me impedía dormir profundamente. No era cómodo estar en el hospital pero era mucho mejor que estar atada con cables con carga eléctrica.

Para lo único que tenía fuerzas era para el aseo de mis dientes. Guardaba fuerzas tal vez para escapar. Podía escapar pero algo me decía que no era lo adecuado para hacer en esta situación. Tal vez esta vez sí me matarían y todavía quería hacer muchas cosas. Como saber si había ganado el challenge o lograr reconocimiento en el ámbito del diseño espacial de alguna otra forma… Eran sueños que lograban que mi vida siguiera, lo que me hacía despertar cada día sin remordimientos.

Los días pasaron, los doctores iban y venían y de vez en cuando en el día venían intendentes a asear la habitación. Este día Phil estaba disfrazado de intendente, su frente amplia cubierta por una bandana blanca. No había nadie en el cuarto. Traté de hablar pero mis cuerdas bocales se sentían rasposas, tal vez porque no había hablado en bastante tiempo.

Un sonido extraño salió de mi garganta y Phil puso un dedo en sus labios, indicándome de que no hablara y con señas explicó que había gente que estaba escuchando y tal vez viendo. Deslizó objeto rectangular, color blanco, podía ser cualquier cosa,  al acomodar mi almohada para que pudiera verlo más cómodamente. Quitó el aparente polvo de los aparatos, limpió las ventanas o al menos hizo el intento, había dejado residuos del limpiador en ellas y al intentar trapear el piso tiró la cubeta y el agua se regó el agua en todo el cuarto.

En ese momento alguien de intendencia entró y regaño a Phil como si no hubiera mañana, si tan solo supiera quién era él, pero la situación era muy graciosa. El ataque de risa muda fue muy doloroso y tuve que parar de reir.

Phil tardó en recoger el agua del balde y secar el suelo por completo. Puso sus cosas en el carrito que traía guardándolas cuando terminó. Se veía muy cansado. Ya había terminado de “limpiar” así que pensé que se iría. Pero no fue así.

Phil se acercó a la camilla del hospital donde me encontraba lentamente, sonrió y con un movimiento rápido besó mi frente. Sentí fuegos artificiales dentro de mí, temía que en este tiempo sintiera algo por él, la duda me mataría.

Así que al terminar su beso tierno, sujeté con ambas manos su rostro e hice contacto con sus labios. Mis conductos lagrimales se llenaron y desparramaron, las lágrimas cayeron a mi clavícula.

Después de no responder a mi beso pensé que había arruinado la amistad con Phil, pero él empezó a besarme de regreso, el beso fue haciéndose más profundo y agitado pero el Marcapasos empezó a alarmar, sorprendiéndonos a ambos. Mis mejillas empezaron tomar color al igual que las de Phil. Phil arregló el cuello de su overol azul marino y me dio un beso más corto. Se despidió de mí con un Volveré por más y trató de hacer un giño con su ojo derecho, fracasando totalmente.

Al cerrar la puerta llevé mis manos a mi cara, esto había escalado rápidamente. Técnicamente este era mi primer beso. Puse mis manos en mi nuca y me recosté. Al acomodar mi almohada el papel debajo de ella hizo ese sonido tan característico.

Con el beso se me había olvidado el extraño objeto blanco que Phil deslizó en mi almohada cuando llegó. Era un ipod blanco, y tenía su cargador. Al prenderlo y husmear en sus contenidos, descubrí fotos de Phil, y en notas había un archivo donde me explicaba que es lo que estaba pasando.

No es que no supiera toda la información, pero todo cambiaba cuando Phil lo explicaba, siempre tuvo ese efecto en mí. Lo odiaba un poco por eso, la terquedad era una cualidad en mí y solo él me hacía entrar en razón y eso me asustaba, me ponía a pensar que tal vez no era solo que me gustara tal vez lo quería o peor aún lo amaba, y contra esos pensamientos la toma de decisiones ya no recaía en mi racionalidad.

Antes de esto ya había tomado la decisión de aceptar cualquier cosa relacionada con A-log. Decidí romper el voto de silencio y la gente de C.C. y militares entraron poco después. Escondí el ipod debajo del mueble del estruendoso marcapasos Phil vendría por el después, quería verlo antes de que me llevaran pero al parecer Phil no lograría llegar antes de mi partida.

No sabía cuándo lo volvería a ver, pero de seguro sería más fácil estando del mismo lado.