el plan

10 1 0
                                    

Sugey

El plan era simple, resistiríamos cualquier ataque y los haríamos pensar que estaban venciéndonos, ambos grupos nos atacaban constantemente, habían formado alianzas pensando que acabarían antes con nosotros, lo que no sabían es que nos facilitaron las cosas, ahora solo teníamos un enemigo.

Las golpizas eran brutales, pero resistíamos, solo atacaban por la tarde, en cambio nosotros planeábamos y construíamos trampas durante la madrugada, descansábamos alrededor de 6 horas ininterrumpidas y nos turnábamos la guardia por las noches…

Al ser diseñadora era fácil dibujar, Jesse era un genio de closet, Gracia nos ayudaba a mantenernos en forma y curaba nuestras heridas de guerra. Phil me ayudaba con las estrategias que pondríamos en marcha en poco tiempo, ellos ganaban las batallas, pero nosotros sabíamos que la meta era ganar la “guerra”

Debíamos ser una potencia mundial, discutiendo con Phil y los chicos sobre que era ser una potencia mundial, sacamos algunas conclusiones, las potencias mundiales tenían influencia indiscutible en temas de suma importancia, poseían un flujo económico continuo y en aumento, aportaban algo al mundo desde tecnología, ideología, armamento, ciencia… Pero sobre todo, todo recaía en su poder militar.

El entrenamiento continuo con Gracia estaba dando frutos, después de todo en algún momento de su vida había tomado clases de defensa personal. Lo que nos costó más trabajo fue dejar de ser unas tablas, la elasticidad era importante para que los ataques de improvisto tuvieran el resultado deseado.

Jesse en un paseo descubrió una gran “reserva de clavo de olor” y eso lo usábamos como analgésico. Jesse siempre era cuidadoso con las dosis, había experimentado el lado oscuro de sobre exponerse al clavo de olor.

Jesse nos contó que en su infancia su madre le puso una infusión de clavo de olor porque se había caído, como tiene poderes analgésicos el dolor cedió pero olvidó retirarlo le causó algunas quemaduras y formación de llagas en la zona afectada. Un tratamiento adecuado ayudó a cerrar esas heridas pero mientras tanto jamás en su vida olvidaría como había batallado tanto para deshacerse de la comezón implacable. Mucha voluntad. Mucha.

Se discutió en cómo utilizar la plantación de clavo de olor como arma para nuestro ataque final. A lo largo de la “guerra por ser la potencia mundial” la administración de todos los recursos era necesaria que fuera precisa. Uno de los escuadrones, “Los poderosos” había despilfarrado su reserva alimentaria en una fiesta que terminó en guerra de comida. La triste realidad hizo que se endeudaran con “Taco-adictos” el otro escuadrón, ellos le proveían comida a cambio de rentar sus servicios como golpeadores.

Admitimos que había servido todo este tiempo pero había una falla en su táctica, ellos tenían una demanda del doble de grande para su porción de alimentos, lo que nos daba como resultado una dieta constante que los hacía día a día más débiles.

Movíamos constantemente nuestra bodega de comida, la repartimos en varios sitios, así si algún día saqueaban nuestros recursos podíamos seguir enfrentándonos. Pasó un par de veces, pero cuando notamos que “taco-adictos” empezaba a verse débil también, atacamos.

Era un día soleado, y fuera de temporada de lluvias, desde temprano atacamos a “taco-adictos” que habían perdido condición al siempre utilizar al otro escuadrón como defensa. Eso haría que se enfadaran, se unieran con el otro escuadrón y atacarían, era tan obvio.

Nosotros los esperaríamos con una gran sorpresa, un baño con dosis altas de clavo de olor. Y muchas trampas.

No éramos muy fuertes, pero David venció a Goliat con una honda y una piedra, nosotros los venceríamos con ayuda de la naturaleza y nuestro ingenio.

El primer ataque lo haría Phil, tenía más fuerza para sujetar la gran manguera de bombero que iba directo a la toma siamesa del contenedor de nuestra gran concentración de esencia de clavo de olor. Nos tomó casi 7 días de los 9 que llevábamos con esta prueba, el recolectar los  clavos de olor.

10 personas nos rodearon. Phil puso una cinta de seguridad al árbol desde temprano para sujetarse y terminar vaciando el Depósito de agua en ellos. Muchos de ellos salieron volando, con suerte algunos cayeron en las trampas directamente.

Les costaba mucho trabajo moverse con los onesies empapados, pesaban demasiado y limitaban sus movimientos. Phil había enfrentado a 10 hombres el solo y todos habían caído empapados hasta los huesos con nuestra arma secreta, expuestos al sol.

Los que no cayeron en las trampas nos siguieron pero teníamos demasiadas armas para mantenerlos ocupados mientras el sol, y el tiempo ayudaban a los efectos secundarios negativos del uso de clavo de olor. Al final del día, rogaban clemencia y se rindieron ante VoidLapse.

SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora