capitulo 20

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A las 8 am del día siguiente me había reunido con mis compañeros y jefes en la compañía para que nos actualizaran sobre todo.

– ¿Y bien? –pregunto expectante Emilien a Rhys.

–Todo salió bien –suspiro Rhys –igual, no es la primera vez que lo hacemos.

–Ok –continúo Masis – ¿Qué se supone que haremos cuando lleguemos?

–Actuar normal –Evan se encogió de hombros –como si a ustedes también les hubiera pasado lo mismo.

–Actuar normal –dijo Klyle para sí mismo.

–Como ya saben –intervino Calvin –el proceso se completa en 24 horas, asique tendrían que regresar a eso de las 4 am o mañana en la mañana. –todos asentimos y nos quedamos en silencio, pensando, analizando, comprendiendo.

–Cuando lleguen ahí –mató el silencio Rhys –ustedes no saben absolutamente nada de Leia, no saben que paso el fin de semana, no hubo una fiesta, no hubo clases ese día, no pasó nada ese día –me miró a mi –tus amiguitas se van a preocupar. Y tú vas a estar ahí para darles tu apoyo y si puedes hasta llorar.

–Va a ser un día normal, común y corriente – Calvin se encogió de hombros –de hecho, nuestra tecnología nos permite hacer que olviden muchas cosas, recuerdos precisos. De tal modo que absolutamente nadie recordara esa fiesta, ni la entrega de volantes que habías por todo lados. Y si hay alguien que sabe algo, confió en que, sin importar quien sea, lo van a eliminar. –de nuevo todos asentimos y os indicaron que nos podíamos ir. Cuando estaba por salir Calvin me tomo por el brazo.

– ¿Qué pasa, Calvin? –le pregunté.

–Nada –sonrió –tenía tiempo sin hablar contigo. –me soltó y me tomo la mano para que saliéramos a las escaleras, fuera de la vista de sus hermanos. – ¿quieres ir a comer algo? Me parece que tienes todo el día libre, asique ¿Por qué no salir un rato?

–Puedo ir a comer contigo y hablar, –le dije con pena –pero necesito dormir, tengo un imagen terrible –me reí –y la verdad no me gusta estar así.

–Perfecto, vamos.

Fuimos a un restaurante griego, cerca de ahí. El techo era altísimo y de vidrio, había estatuas griegas por doquier, estaba enamorada de ese lugar, era como un sueño. Hablamos por más de una hora, recordando los viejos tiempos, todas las veces que salíamos, nos escapábamos de sus padres, a todas las actividades que íbamos juntos...

–Fueron buenos tiempos –dije en medio de un suspiro. –ojala nunca se hubiesen acabado.

–Pienso igual –empezó a jugar con su pañuelo –con un gran poder viene una gran responsabilidad.

–Si –le sonreí. La nostalgia me invadió. Él era tan distinto antes de que sus padres murieran –pero no tienes por qué ser infeliz. Tu vida no es tan mala.

–Pero, no estás conmigo –dije con una nota de broma para que no se escuchara tan mal.

–Eso no tiene nada que ver –le dije y saque mi teléfono para ver la hora. Eran las 11 am. –creo que ya es hora de que me vaya.

–Te acompaño. –se levantó y me dio la mano. Yo la tome y Salí con él. – ¿Dónde se están quedando?

–Yo tengo que comprar algunas cosas –le dije tratando de no llevarlo hasta el hotel –tengo que aprovechar que estoy aquí.

–Bien, Jade –le dijo con una sonrisa nostálgica –te dejo, tengo que ir a hacer unas cosas en la empresa.

–Fue un gusto hablar contigo –me quede mirándolo. Él se acercó tanto que podía sentir su respiración dentro de mi boca, ya sabía a qué venia ese acercamiento. Se inclinó para bésame, pero incline la cabeza hacia un lado. No podía, no era correcto.

– ¿Te pasa algo? –se alejó y me pregunto.

–No –negué con la cabeza –es solo que no puedo, no está bien. –el tomo mi cara entre sus manos y se acercó. –no, no puedo, Calvin.

–Está bien –dijo alejándose –hasta luego, Jade. –me despedí con la mano y me fui al mall.

Mientras compraba algunas cosas no podía para de pensar en qué hubiera pasado si lo hubiese besado, sabía que estaba mal, pero me molestaba que algo dentro de mi aun quería besarlo, quería sentirlo conmigo. Yo amaba a Giles, pero hay cosas o sentimientos que nunca se van, y me odiaba a mí misma por todavía tener sentimientos por Calvin. Tomé un taxi y me fui directo al hotel a descansar, llame a Giles para que me esperara abajo. Necesitaba un descanso, un respiro de toda esta locura, ya mañana tenía que regresar a la caza, con un ojo encima. Cuando entre al hotel, Giles estaba en el Lobi sentado de espalda a mí. Me acerqué y le sacudí el pelo, se viró y rio.

–Hola –le dije mientras lo abrazaba.

–Hola –me contestó –wau, no pensé que ibas a salir así –se rio –vamos, literalmente me levantaste de mi siesta de 10 horas. –me tomo la mano y fuimos al elevador. Entramos y apenas cerró la puerta lo tomé por la nuca y lo besé. El me apoyo sobre la pared y tomó el control de beso. Le subí el suéter y el termino de quitárselo, cuando su abdomen quedo descubierto me mordí los labios. Él se acercó de nuevo y mientras nuestras respiraciones agitadas se unían en un beso subí mis manos por su abdomen y se tensó.

–Mierda, Jade –dijo entre mis labios –tienes las manos heladas.

–Pensé que tenías sueño –le conteste. Se separó y me llevó a la cama. Me ayudo a quitarme la camisa que llevaba, me miro y pude ver como sus ojos brillaban con deseo.

–Se me quito en el momento en que me besaste –me dijo riéndose – ¿sí sabes que me refiero no?

–Sí –le dije inclinado la cabeza hacia atrás para poder mirarlo a los ojos –ven aquí.

Se acercó a besarme con una tranquilidad asfixiante. Se puso sobre mí y comenzó a tocarme delicadamente, como si me fuera a desarmar si me tocaba muy fuerte. No era la primera vez que hacíamos esto. Asique ya conocíamos el cuerpo del otro, pero siempre se descubre algo nuevo ¿no? Su respiración se aceleró y se detuvo a verme y sonrió...

–eres hermosa. No tienes idea cuanto te amo, Jade –me dijo antes de atacar me boca nuevamente. Se separó y se puso a horcajadas frente a mí y me bajo el zipper de los pantalones de vestir y me lo quitó junto con las bragas. –dios, nunca me cansaré de esto. –se quitó los pantalones y quedó en bóxer. Se volvió a inclinar dejando que su miembro, dentro de el bóxer, rozara mis entrepiernas.

Suspiré –Giles, no sabes cuánto te deseo en este momento. Asi que no me tortures más. –el rio y se bajó el boxer dejando salir su miembro y sin previo aviso lo introdujo por mi entrada. Volví a suspirar con deseo y mientras el entraba y salía lentamente, lo tomé por el cuello y lo acerqué a mí. –te amo –le dije en un jadeo dentro de su boca. Apoyó su frente sobre la mía y soltó el suspiro de alivio lleno de placer y aliviador. Gotas de sudor comenzaron a salir de sus poros. Sus mejillas se enrojecieron, estoy segura que igual que las mías.

De un momento a otro separó su frente de la mía y empezó a aumentar la velocidad y fuerza haciéndome soltar varios jadeos de placer y dolor. Se detuvo y dejo salir la ola de placer que llevaba adentro. Sacó su miembro y se desplomó a mi lado. Ambos con las respiraciones aceleradas nos miramos y él sonrió con nostalgia.

– ¿Qué pasa? –Le pregunté poniéndome de lado apoyada sobre el codo – ¿Por qué tienes esa sonrisita?

–No es nada –tocó mi mejilla –es solo que eres demasiado buena para mi –vio que abrí mi boca y siguió –y no me digas lo contario.

–Eso no es cierto –volví a recostarme y mire al techo –pero no te llevare la contraria.

–Cambiando de tema –ahora fue él el que se apoyó en su codo –tienes tus pastillas, ya sabes, para no quedar embarazada o algo.

Pensé y trate de recordar si tenía –no, no las traje.

Me dio un beso y se levantó. –Voy a la farmacia –me puso un mechón detrás de la oreja

Hola, trate de escribir un escena "+ 18" pero no salió, asique espero hayan disfrutado mi gran esfuerzo por escribir esos dos párrafos.

I N S I D EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora