Giles Swift, Hace tres años
–Voy a salir –le avisé a mi padre. Estaba sentado en la camilla de su oficina. Él estaba pasando información de algo en la computadora. Había venido a ayudarle un poco. No tenía nada mejor que hacer. Digamos que ver los expedientes de sus pacientes es divertido. Me deja ver todos, excepto el de Jade ya que tengo una relación con ella y según el sería poco ético.
–Está bien –desvió su mirada de la pantalla a mí –has que se divierta. Le hace bien.
–Siempre hago que se divierta –le dije sonriendo. –ok, ya me voy.
–Hoy me tengo que quedar aquí, tengo algunas cosas que les interesará a los directores.
Asentí y cuando iba a salir hizo girar su silla y me tomó el brazo –el sentimiento de amor o felicidad, para no abrumarte, hace que su mente se desvié de todo lo malo y le vea el lado bueno a las cosas. Quita ciertos impulsos. Aunque no lo creas, me ayudas más de lo que crees. –no supe que decir. Pero el sí –largo.
Reí y me dirigí al Lobi. Me senté en las sillas giratorias. Este lugar apesta pero tiene buena decoración y todo eso. A la sociedad siempre se llana con los ojos. Le dije a Jade que la esperaría aquí a las 6 pm. Mientras esperaba decidí adelantar mi tarea de física. La física se me daba fácil, mejor dicho todo lo referente a números; asique solo tenía que investigar la teoría. Antes de que terminara ella apareció, radiante, como siempre. Me encantaba verla así y me jodia mucho verla infeliz o llorando. Me levanté antes de que llegara hasta mí.
–Giles –dijo con una sonrisa. Me dio un beso corto y me abrazó
–Feliz cumpleaños –le dije aun abrazándola. Ella se apartó y me miró.
–Te acordaste –dijo sorprendida –te dije el primer día que salimos.
–Mi padre es tu doctor, que no se te olvide. –Dije con obviedad y su expresión se tornó triste –te estoy molestando –reí –Por supuesto que sé que es tu cumpleaños –esta vez fue mi turno de abrazarla.
Cuando dejó de abrazarme deslicé mis manos hasta las sujas y la atraje hasta la salida. Llegamos afuera, nos subimos a mi auto y nos quedamos en silenció por unos segundos, hasta que ella dio un suspiro. Y me miró.
– ¿A dónde vamos? –no quitó su mirada de mí. Como no le respondí, porque estaba pensando, ella hablo: –tenemos mucho tiempo sin vernos. Como dos meses.
–Si –asentí –es por eso que estoy pensando. –me reí para mis adentro –además es tu cumpleaños. Tengo que darte algo especial.
–La verdad no me importa mucho. Ninguno de mis amigos sabe que cumplo años –dije sin ánimo. Mi cumpleaños nunca me ha gustado, de hecho desde que tengo memoria, siempre estoy muy sentimental estos días.
–Pero yo si lo sé. –pensé en el lugar perfecto. O eso creo. – ¿y si vamos a mi casa?
Sonrió y miró hacia abajo –nunca he ido a tu casa ¿hay alguien ahí?
–No –le dije. Habían pocas probabilidades de que dijera que sí. –si no quieres ir, podemos ir a donde quieras.
–No, está bien –dijo mirándome –sería divertido, creo. –hubieron pocas probabilidades, pero nunca cero.
Asentí y puse en marcha el auto. El camino a mi casa no duró más de cinco minutos. Mi padre había tomado una locación bastante cerca de Laad. Así cuando le tocara venir cansado, como mañana, supongo, no se auto ponga en peligro. Entré la garita y subí hacia los estacionamientos. Aparqué, nos bajamos y Subimos directo al elevador.
–No me imaginé que vivieras en un edificio –dijo mientras bajamos del elevador. –pareces una persona de casa.
–Solo somos mis, padres y yo –le dije a la vez que le daba paso por la puerta. La cerré y dejé que mirara –mi papa siempre está en Ladd. Y mi madre siempre está fuera del país, asique prácticamente vivo solo.
–Es lindo –dijo sentándose en el sofá – ¿Por qué nunca me habías invitado?
–Porque nunca te habían permitido desaparecer más de cinco horas –le recordé con gracia. – ¿Qué quieres comer?
–Tengo muchas ganas de comer comida china y Chick-fil-A –dijo tirando la cabeza hacia atrás y sonriendo con deseo.
–Bien –dije riendo. Jade era muy graciosa cuando se lo proponía. Tomé la computadora y se la pasé –pide lo que quieras. A mí me pides Chick-fil-A.
–Ok –miró sus zapatos – ¿puedo...
–Sí, claro. Estás en tu casa. –Me giré hacia el pasillo que daba a mi cuarto –me voy a dar una ducha.
Dos horas después, estaba sentado en un sofá en la vistilla. Jade estaba a mi lado admirando la vista de la ciudad. Vivir en un penthouse tiene sus ventajas. Cuando llegó la comida decidimos comer en la vistilla. Llevábamos como media hora conversando amenamente. Hay muchas cosas de mí que ella no sabe y muchas cosas de ella que yo no sé.
– ¿Y entonces nunca conociste a tu familia? –pregunté.
–No –dijo sin interés –y la verdad no me importa. Si no estoy con ellos es por alguna razón, y esa razón me trajo a ustedes, a Ladd; mi verdadera familia.
–Yo tampoco los conocí –le dije. Su cara de sorpresa fue evidente. –soy adoptado.
–No tenía idea –dijo confundida –de hecho te pareces mucho a tu padre.
–Me adoptaron a los 6 –comencé –se supone que tendrían a un niño normal, pero cuando notaron que era más inteligente de lo que un niño de esa edad debería ser me hicieron pruebas psicológicas y bueno, aquí estoy. –ella me miraba tan atenta, sin perder un movimiento o una palabra. –hijo de uno de los mejores científicos del mundo. –dije abriendo las palmas con exageración. – ¿Qué hay de ti, Jade? ¿Cómo manejas tanta ira, tantos impulsos? ¿Tienes deseos oscuros?
–No es fácil –dijo con una sonrisa triste –antes de tu padre, todo era oscuro, estaba estancada en un vacío, nada lo llenaba –sus ojos se cristalizaron. Tenía los labios rojos de tanto mordérselos –le hice daño a muchas personas, física y mentalmente. Sentía que todos me odiaban, cuando alguien le hacía algo a las personas que yo amaba no podía pensar en otra cosa que no fuera ellos tirados en el piso, sin una gota de vida y su sangre en mis manos. –Tomó un respiro hondo –y luego llegó tu padre a mi vida y todo eso se fue –sonrió y una lágrima salió de sus ojos –y con su llegada llegaste tú –me sorprendí de esa declaración. Cuando conocí a Jade, ella era tímida, con miedo a decir lo que pensaba. Y ahora ya no tiene miedo de esas cosas, no conmigo. Cuando notó el cambio en mi expresión bajó su cabeza con pena, la tomé por la barbilla con suavidad y levante su cabeza para que me mirara. Sus ojos estaban llenos de lágrimas.
–Te amo –le dije antes de abrazarla. Dejé que se rompiera en mi pecho por primera vez. Me partía el alma escucharla llorar, me deshacía saber que su vida era tan mierda, pero me reconstruía saber que tal vez, y solo tal vez, haya una lagrima de felicidad mezclada entre un océano de lágrimas de dolor; Y que eso de debiera a mí. Le di un beso en el cabello y lo siguiente que dije salió de mi alma, hacia la suya: –estoy y estaré para ti por siempre. Aunque en algún momento de la vida el universo nos separe, siempre me podrás encontrar en esa nube de recuerdos que ni la ciencia, ni nadie, jamás podrá borrar. Porque así como tú te quedarás para siempre en mi corazón, creo firmemente que me quedaré en el tuyo. Me podrás contar cada una de tus plegarias, me podrás confesar cada uno de tus deseos y me podrás relatar cada uno de tus sueños cumplidos. Y está segura que la vida me lo hará llegar a cualquier lugar de este u otro universo. –comenzó a llorar con más fervor y dejé que pasara lo que quedaba de su cumpleaños desahogándose conmigo. Porque aunque ella se estuviera desahogando y yo ahogándome entero, estaba dispuesto a pagar el precio de verla feliz.
° Hola °
Este capítulo me gustó mucho. Creo, que estamos llegando al fin de la historia. Podría decir que los capítulos del pasado van a ser avanzando hasta llegar al momento en el que estamos y bueno el presente seguirá su curso. Se vienen muchas revelaciones de sentimientos, descubrimientos de mentiras y mucho drama de aquí en adelante. Espero estén disfrutando.
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I N S I D E
RomanceToda la Vida de Jade estaba rigurosamente calculada gracias a su "gran Secreto", hasta que él llega a su vida y comienza a destruir todo a su paso. Haciendo la vida de Jade un gran Lío con las únicas personas que siempre han estado en su vida