Capitulo 8

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Mientras subimos las escaleras yo estoy admirando cada uno de los cuadros que aparecen ante mis ojos. Soy una fanática de las pinturas de Da Vinci, tintoretto, vesalio, entre otros. En el aspecto artístico pienso que nací en el siglo equivocado ya que tengo una gran aflicción con los pintores y escultores del renacimiento y ¡mierda! esta está llena de cosas del renacimiento.

–A tus padres parece gustarle mucho el renacimiento –comento. Mis ojos repasando cada uno de los detalles de las paredes.

–Supongo, tienen una obsesión con esa época –Giles me responde con una agradable sonrisa de boca cerrada que hace que le aparezcan unos lindos ojuelos.

–¿por qué, si tus padres viajan tanto, mandaron a hacer una casa desde cero a su antojo? –era una pregunta muy personal, pero como antes, no pude evitarlo.

–preguntas mucho –dijo girando los ojos. Pensé que me mandaría por un tubo, pero no lo hizo. Suspiró y me miró –no se mucho, pero mis padres se quedarán un buen tiempo aquí. Además siempre vivimos en lugares así, pero en diferentes partes del mundo.

–tienen mucho dinero, supongo –dije.

–sí –se quedó parado en una puerta –pero, tu vives en una casa así, asique supongo que tu madre tiene mas dinero que mis padres –dijo y abrió la puerta –pero eso da igual. –miró hacia adentro y luego a mi. –bienvenida a mi habitación.

–Wao bonita habitación, Swift –le digo frunciendo el ceño –me puedes explicar a que viene todo esto –digo riendo ya que en serio me parece muy interesante la respuesta que me dará.

–Bueno, ya que sabes que mis padres tienen una obsesión con el renacimiento, clásico, barroco y toda esa mierda, he desarrollado una gran pasión por la pintura y estoy aprendiendo a esculpir –me dice sentándose en un sillón.

–Wao, estoy sorprendida nunca imagine que tu pintaras... tan bien

La habitación estaba llena de marcos de pinturas de todo tipo y había una muy interesante que parecía ser una réplica de una famosa pinturas de Leonardo Da Vinci, la cual estaba muy bien elaborada. Había una estantería enorme que iba desde el suelo hasta el techo llena de pinceles de todos los tamaños y demasiadas pinturas en barriles algunos abiertos y otro cerrado. Abajo estaban unos yesos que según pienso deben ser esculturas a medias que estaban muy lindas. Wau nunca me imaginé que Swift tuviera esta.

–Yo voy a buscar algo en la cocina ya regreso –me dice desde el otro lado de la puerta –siéntete en tu casa.

***

Después de tres horas en la casa de Giles Swift por fin me voy a mi casa. No es que la haya pasado mal si no que, saben esa sensación de incomodidad cuando no estás en tu casa: no pueden andar semidesnudos. Bueno me siento un poco así, pero no la pase mal. Comimos, me vimos una serie que coincidimos en el capítulo y hablamos por casi una hora de temas triviales.

–Bueno, supongo que ya me voy, según mis cálculos mi mama debió haber llegado –le digo levantándome del sofá de La sala –gracias por hospedarme, pero creo que es hora de volar. Espero no haber sido una molestia –una sonrisa, que desde hace mucho tiempo no salía apareció en mis labios.

–Te la debía por el otro día que irrumpí en tu hogar, Parisi –me mira sentado aun en el sofá. Esa mirada de Giles Swift que te lleva a las estrellas estaba ahí. –además siempre hay que cuidar a los perros de la calle –y lo tenía que arruinar (golpe en la frente)

Giles Swift tenia un problema con eso, cada vez que decía algo lindo lo dañaba por completo con un comentario de ese tipo.

–Siempre dice cosas lindas y luego dices una estupidez como que soy perro

I N S I D EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora