capitulo 22

159 9 0
                                    


Tres días después estaba sentada en la cafetería jugando con el tenedor de mi comida. Estábamos Nancy, Camila, Steph y Adler estaba contándome sobre como Steph le dio play para ser amigos.

–Y la verdad es que no me arrepiento –dijo Steph riéndose

–Cambiando de tema –dijo Camila –tengo un mensaje de Leia que decía que se iba del país. Qué raro ¿no?

–Sí, ella se habría despedido –dijo Steph –la llame ayer, pero no me contesto.

–Me molesta cuando las personas son así –dijo Nancy con fastidio –se van y te dejan atrás, como si nunca hubiera existido.

–Si –resopló Camila. –igual ni siquiera me caía bien.

Adler y yo nos miramos y nos reímos a lo bajo. ¿Qué clase de amigas tengo aquí?

–Steph –le llamo la atención Adler –vámonos, tenemos bióloga. –Steph se levantó y sin despedirse se fue con Adler, dejando a sus dos grandes amigas y a mi ahí sentadas.

–Yo también me voy, chicas –dije levantándome.

–Oye, Jade –me llamó Camila –dile a tu novio que deje de estar detrás de Nancy –la miré y ambas rieron –esta perra no tiene tanto autocontrol.

Asentí –procuraré que le llegue la información. –con eso me fui a el salón.

Camino al salón me di cuenta que no había visto a Giles desde hace dos días que llegamos aquí. No me había llamado, no me había escrito, ni tampoco había ido a mi casa. Me quede tranquila todo el día, de seguro estaba ocupado en algo, pero ¿en qué?

Cuando Salí de la escuela pedí un uber hasta mi casa. Cuando llegue no había nadie, como siempre, asique me hice de comer y me acosté a dormir. Aún tenía esas horribles ojeras, estaba pálida y no sentía fuerza alguna. Lo mejor que podía hacer era dormir. Después me unas horas alguien me levanto agitándome los hombros. Lexy. Tenía la respiración agitada.

–Maldición, Jade –me siguió sacudiendo –levántate.

– ¿Qué pasa? –le dije desorientada.

–Los padres de Leia, Jade –suspiró y se sentó en el borde –los asesinaron.

– ¿Qué? –me incorporé – ¿Quién?

–Aun no lo sabemos, pero dejaron una nota –me dijo aun agitada –esto es malo, muy malo, Jade. Rhys está que explota.

– ¿Por qué es malo? –Pregunté incrédula –se supone que ese era el objetivo ¿no?

–Sí, pero no –sacó su teléfono y me mostro la foto de una caja dorada –él era el único que sabía dónde está esta caja.

–No puede ser –recordé la caja abierta que había visto cuando estaba en la casa de Leia –yo sé dónde está la caja, pero ya no hay nada ahí.

–Espera ¿Qué? –expreso sorprendida.

–Esa caja llevaba meses en el baño de Leia, pero nunca el saque porque tenía clave y huella.

–Maldición –dijo – ¿sabes si la caja aún está ahí?

–No. Hace unos días, cuando todo sucedió, la caja estaba, pero sin el arma.

–Espera, no estoy entendiendo –dijo con tomo de astio – ¿tus sabias donde estaba la caja?

–Sí –le conteste sin comprender.

– ¿Y por qué no la tomaste? –Sacudió la cabeza –a ver, Jade, explícame qué tanto sabias de esa caja.

–Sé que contiene un arma sumamente poderosa, mas no sé qué es. –Ella asintió y continúe –nunca la tome porque literalmente está pegada a la pared como una caja fuerte, y nunca me pidieron esa caja, supongo que era algo que no me concernía. Solo la quería abrir por curiosidad.

I N S I D EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora