I N S I D E

Capitulo 27

Estaba abajo viendo una película con Lexy. Cuando pasaba tiempo con ella, todo parecía real. A veces era un poco dura, pero con el tiempo me fui acostumbrando a ella. Recuerdo que ella me había ayudado en momentos difíciles. Cuando tenía cuadros de ansiedad, ella siempre estuvo ahí. En Ladd siempre nos decían que evitáramos encariñarnos, pero no lo pudimos evitar. Éramos tan diferentes e iguales a la vez, trabajábamos bien. Esa era la definición.

– ¿en qué piensas? –Me sacó de mis pensamientos –parece ser importante.

–En todo lo que Giles no dijo hoy –ya le había contado todo a Lexy, con ella era innecesario mentir. Ella me había confirmado todo. Ella sabía todo, y se disculpó por nunca habérmelo dicho, pero lo entendí. –no puedo creer que todo eso haya pasado.

–Pues ve creyéndolo –me tiró una palomita –todo lo que te dijo es cierto –se metió una palomita en la boca y me miró a los ojos –solo que no sé quién es esa tal Ryley.

–Créeme –negué con la cabeza –no la quieres conocer. Es un asco de persona –puse los ojos en blanco y me invadieron de nuevo los celos –pero es una diosa, la tenías que ver. Es hermosa. Más que yo.

–Podemos decir que Giles tiene buen gusto –dijo en tono burlón –cambiando de tema –se puso seria – ¿has averiguado algo de Adler?

–Aun no –puse carita triste –digamos que no somos tan amigos.

–Bien –asintió –tienes que averiguar algo.

–Oye ¿recuerdas cuando me dijiste que le pusiera atención? –Asintió de nuevo –me habías dicho que cuando asesinaron a los padres de Leia habían dejado una nota.

–Sí, pero lastimosamente; en primer lugar, estaba escrita en un idioma extraño, y en segundo lugar está casi quemada.

– ¿han hecho algo para resolver lo que dice?

–Si, un químico especial –hizo una mueca –pero ninguno de los criptologos o profesionales en legua saben que idioma es.

–Bien.

–Tengo una idea –dije acordándome de Steph –Adler tiene una novia, y digamos que me llevo bien con ella.

Antes de que me respondiera su teléfono sonó. Giró los ojos y contestó apresuradamente, después de escuchar.

–Ya voy –se levantó y me miró –ve a hablar con ella ya mismo. Necesito información de él lo antes posible.

– ¿Qué pasó? –le dije confundida.

–Ladd –sacudió su teléfono –eso pasó. Necesito que hables con esa chica hoy mismo. Te veo a las 9:30 en Ladd.

Asentí y subí también. Miré el reloj y apuntaba las 6 pm. Era una hora, más o menos, accesible asique llame a Steph, y quedamos en ir a tomarnos unos shots a el bar que estaba en la ciudad. Era temprano, pero igual funcionara. Mi plan era hacer que se emborrachara un poco y sacarle toda la verdad. Ella tenía su historial con el alcohol: era cancha corta. No me iba a hacer falta que se tomara más de cinco shots para que comenzara a hablar. Algo d la verdad me tenía que decir, Porque analizándolo, ella lo detestaba a principio de año y de la nada, ahora son pareja. Algo raro pasaba aquí. Salí a la par de Lexy y cada una se dirigió a su destino. Aparqué en los estacionamientos del bar. Y la vi ahí. Llevaba un abrigo y la misma ropa que llevaba en el instituto.

–Hola, Steph –dije alegremente. Ella me contestó y entramos. Ella no tenía la edad suficiente para entrar, pero como es niña de familia con dinero, por supuesto, que tenía una identificación falsa.

Nos sentamos y empezamos a ordenar los shots. El chico del bar nos sirvió tequila. Llevé un frasquito marrón con un líquido que era más o menos una droga para sacar la verdad. En manos equivocadas podía ser peligroso. No la quería completamente borracha, pero necesitaba unos diez minutos de verdad. Cuando ella miro hacia atrás, rápidamente eche una gota del suero.

– ¿Por qué te fuiste hoy? –Me miró –los profesores preguntaron por ti y por Giles, ya que los habían visto en la mañana.

–Surgió un problema –medio que le mentí.

–Giles estaba como loco buscándote –sonrió –parecí frustrado.

– ¿Qué? –le pregunté. El no menciono nada de eso.

–Sí –asintió con entusiasmo –yo lo ayudé a buscarte por toda la escuela.

–Vaya –sonreí –no sabía.

–Sí, Jade, él te ama, ¿ok? –dijo poniendo su mano encima de la mía. –cambiando de tema, ¿Qué es de tu vida? Tengo meses sin hablar íntimamente contigo.

Le conté algunas cosas, no le iba a decir todo. Le hablé de cómo pasaba tiempo con Giles, de cómo extrañaba a Leia. Hablamos de su relación con Nancy, Camila y Leia antes de que yo llegara. Nos reímos. Me conto algunas cosas de su familia. hablamos a gusto, hasta que el suero comenzó a hacer efecto. Había llegado mi momento.

–necesito hablar contigo, sobre Adler. Con exactitud, de cómo se conocieron. –fui al grano. Sabía que era el momento indicado. Yo no tenía ni un gramo de eso en la sangre. Cada vez que se giraba lo echaba en la planta que tenía alado.

– ¿Por qué? –Cuestionó