capitulo 11

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Capítulo 11

Ese reflejo, mi reflejo. Lo veía cada mañana al levantarme, ya llevaba más de tres meses en esta casa, en esta habitación, mirándome en este espejo ¿alguna vez de cansaron de verse en un espejo? Muchos dirán que no, narcisistas, pero hay personas que no lo soportamos, ¿Por qué? ¿Por falta de autoestima? No, ese no era mi caso, hay veces que me despierto con crisis existenciales, preguntándome si lo que hago está bien o está mal, si tomar la justicia en nuestras propias manos vale la pena, si matar está bien o está mal. Pues he llegado a ninguna conclusión, son preguntas que el universo no te quiere responder o no debería. Ahora me pregunto ¿Quién dijo que matar era malo? ¿Quién sabe que está bien y que esta ma? Nadie, no sabemos.

Me termino de examinar en el espejo, y arreglo mi cabello. Siempre aunque lo peine se despeina solo, ya casi lo doy por sentado, hay días donde me levanto y pienso ¿y si me lo corto al cuello? ¿Y si me lo pinto de rubio o platino o verde o rosado? Pero después recuerdo que me veo perfecta como estoy y se me pasa. Me pongo un Bobby pin en cada lado y listo.

Tengo un gusto bastante bueno por el color negro, blanco y gris, combinan con todo, absolutamente todo y te vez estilizada y sexy, tomen nota, me encanta que Lexy me ayude, en ocasiones, a elegir mi ropa, ella es la reina del estilo y doy gracias por tenerla en mi vida. Ella dice que con mis delgadas piernas se me ven muy bien las faldas de canesú, los pantalones de cuero y todo lo que implique enseñar las piernas, al principio no me gustaba, pero después me fui acostumbrando y siempre las combino con algún top lindo y zapatos altos, zapatillas o botines con cordón, de algo me había servido Lexy como hermana.

–Jade, ya hay que salir –se asomó Lexy por la puerta –vamos a llegar tarde, y sabes cómo se ponen.

–Ya voy, ve preparando el auto, ya bajo –le respondí poniéndome perfume. Cuando termine me puse mis zapatillas y baje hacia la cocina a buscar alguna fruta o snack ya que el camino era largo. Encontré algunas frutas en la nevera, las lave y metí en una vasija.

Cuando baje estaba un chico en la puerta, hablando con Lexy. La verdad no sé quién es, nunca lo había visto, pero tampoco me puedo confiar de mi memoria. Me ahorre la pregunta de ¿Quién es? Y pase por su lado y lo salude con él la mano. Era guapo y alto... le llevaba como dos cabezas a Lexy, cuando le di la espalda para subir al auto me eche a reír, imaginando una situación incomoda de ellos dos en mi cabeza.

Lexy cerró la puerta y el chico se acercó con ella y subieron los dos al auto, el en el volante. ¿Qué? ¿Y quién es este?

–Hola, Jade –arreglo el retrovisor para poder verme y le mire con cara despectiva –soy Matthew Releigh, soy el guarda espaldas de Lexy, a petición de ella, porque en realidad no me necesita, pero no me quejo –la miro y ambos se echaron a reír. Ahora ya entendía que veía esto, se acostaban, de seguro.

–Hola –le dije con una sonrisa de boca cerrada.

–Oye, Jade –me hablo Lexy – ¿has estado te viendo con Giles Swift? –la pregunta me sorprendió, porque en primer lugar, no era su problema y en segundo ¿Cómo se enteró, si literalmente nunca está en la casa?

–¿Por qué preguntas? –le respondí.

–Solo por curiosidad. Ten cuidado, ya lo conoces –me dijo con la voz más sincera –y, por cierto, usa anticonceptivos, no quiero darte esta charla de nuevo.

–Siempre lo tengo –le dije esquivando su pregunta.

–Están teniendo sexo ¿no? –me insistió. Puse los ojos en blanco para que entendiera que no quería tener esta charla con Matthew aquí. –ay, a Matthew no le importa tu vida sexual, asique no te pongas así.

–A ti tampoco –le recordé –y ya déjalo estar.

Me entendió, porque guardo silencio en los 45 minutos que nos restó de viaje. Y se lo agradecí mentalmente.

Me baje en la entrada del imponente edificio con cristales negros y detalles plateados –te están esperando, solo ti –me dijo Lexy.

– ¿Y tú? –le cuestione

–La que va a hacer la misión eres tú no yo, yo tengo otras cosas de las cuales encargarme junto a Matthew. –me informo sacando la cabeza por la ventana.

–Está bien –le respondí y me adentre en el edificio. Pase la recepción y dije que iba a la oficina de los Sturbelle y me dejaron pasar inmediatamente. Subí por el elevador que introduje una tarjeta y me llevo justo a su oficina. Cuando Salí dos de ellos me estaban esperando sentados en el sofá.

–Hola, Jade –me saludo Calvin amablemente -¿Cómo estás?

–Bien –dije balanceándome sobre mis pies. No voy a mentir, estaba nerviosa, furiosa y enojada. Sabía que hoy me iban a asignar a un compañero. Me senté frente a ellos en la mesita.

–Jade, cuantas veces te tengo que decir que eso es antihigiénico –me recordó Evan –ya, ven y siéntate aquí –palmeo su lado del sillón.

–¿Dónde está Rhys? –me levante y me senté junto a él.

–Está buscando a tus compañeros –me informo Evan. ¿Qué fue lo que dijo? ¿Compañeros?

–Disculpa, ¿acabas de decir compañeros en plural? –quede atónita.

–Si, Jade, de hecho son 3 y medio.

–¿Medio?

–Si, eh –Evan miro a Calvin y este se encogió de hombres –llegamos a un...

Nunca termino lo que iba a decir, porque en el elevador llegaron Rhys con tres chicos y una chica. No solo eran tres chicos y una chica, uno de ellos era Benji, mi mejor amigo.

Una ola de emociones, sentimientos y recuerdos me llenaron el alma en el momento en el que parecía que todos a nuestro alrededor se habían quedado inmóviles. Corrí hacia el para darle un abrazo, nunca había estado tan emocionada de abrazar a alguien, nunca había necesitado tanto un abrazo. Benji era la persona más importante de mi vida, la única persona que había amado, no el amor que le tienes a tu pareja, si no el amor que le tienes a un amigo, a un hermano. Ese amor que sobrepasa todas las barreras de la felicidad.

Hola.

capitulo relativamente corto. Gracias por darle la oportunidad a la historia.

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