Mi chico malo [SasuNaru]

4) Juego

El rubio paso mirando el laboratorio que su maestro míster señor gruñón le entregó hace dos minutos, sentía un hormigueo en la punta de sus dedos.

Sabia muy bien que era su tipo. Alto, guapo y con un carácter fuerte, siempre le gustaría alguien con carácter fuerte.

En menos de cinco minutos ya había acabado y ¿que esperaba? El laboratorio era pan comido...hablando de pan, se dio cuenta que tenia hambre y aun faltaba mucho para salir. Bufo bajo y recostó su cabeza sobre el escritorio para tomar una pequeña siesta.

Mientras tanto el azabache paso observando a su travieso alumno y pasando los minutos notó que se había dormido, esta acción le hubiera molestado si se tratara de alguien mas.

Pronto el timbre sonó y todos o bueno la mayoría paso dejando la hoja sobre su extenso escritorio, sabía que la mayoría estaba en blanco y dado que eran unos problemas sencillos tendría mucho trabajo por delante.

Inútiles fue lo primero que pensó al ver la primera hoja con jeroglíficos ya que no entendía ni una mierda que había escrito su alumno Kiba... Si tuviera sentido del humor estaría riendo, pero careciendo de eso solo sacó un sonoro suspiro de decepción.

Paso su vista en el aula para verificar que este "vacía" ya que quería sacar una maldición. Pero no, su rubio alumno grosero seguía en la misma posición desde hace mucho ¿no le dolerá el cuello? Se preguntó.

Se levantó lentamente su acción provocó que la silla hiciera un feo chirrido, camino con lentitud haciendo que sus zapatos resonaran en la casi vacía aula.

Miró desde abajo al rubio mientras levanta una ceja incrédulo, su corazón casi se derrite al ver lo tierno que se miraba su alumno, su cara de ángel brillaba por la luz del sol filtrada por los ventanales, su cabello rubio revuelto, sonrió al ver su mentón, de este bajaba un hilo de saliva. Babeo su laboratorio que ternura.

Pero su vista se fijo en su espalda, bajó la mirada hasta llegar al final de esta, donde se encontraba el filo de su cadera, donde pudo apreciar con gozo la ropa interior roja del rubio, ya que el pantalón quedaba un poco suelto y su camisa se había corrido, tenia buen trasero.

—Podría dejar de verme pervertido -se sobresaltó al escuchar la rasposa pero a la vez divertida voz de su alumno.

—N-no se de hablas -dijo apartando la mirada.

—No soy tonto maestro, y se cuando alguien me mira -dijo el rubio agregando un toque de picardía.

Definitivamente no sabia que decir. Buscando una salida miró el escritorio del rubio donde aun posaba la hoja del laboratorio.

—Las clases ya terminaron -dijo dándose la vuelta para regresar a su escritorio —ya tendría que haber entregado la prueba Uzumaki -habló lo mas serio posible.

—Ups, aun no es de tarde ¿verdad? -el rubio comenzó a guardar sus cosas mientras miraba divertido a su maestro.

—Por supuesto que no -dijo el azabache cuando ya estaba en su asiento.

—Me alegro por eso -el rubio tomó la hoja y camino tratando de caminar lo mas provocativo posible.

El azabache tragó duro al ver el meneo de caderas del rubio, piensa en la biblia Sasuke, se dijo así mismo mientras desviaba la mirada.

—Aquí tiene ma-es-tro -respiró hondo antes de volver a ver al rubio, la cual estaba demasiado cerca.

—Podría apartarse mocoso -dijo casi reteniendo su respiración ya que si lo hacía su aliento chocaría contra la del rubio.