8) Cita

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Naruto estaba en su cama, hace una hora que llegó de su "misión", todo salió bien. Solo un par de personas muertas, nada del otro mundo.

Suspiró. Aún no creía que invitó a su maestro a una cita. Quizá este fin de semana dejaría de ser virgen, tenía que tener sus cuidados o tendría un serio problema si quedara en cinta. Su abuela lo mataría.

Pero solo pensar en tener un hijo de Sasuke lo hacía sentir esas horribles mariposas. Sabía que no podía. Él ya estaba comprometido con uno de los hijos de un socio de su abuela. Solo terminaba el año y se mudaría del país junto al que sería su esposo.

No entendió porque su corazón se oprimió y unas inmensas ganas de llorar surgieron. Maldijo en voz baja. Él no podía ni siquiera pensar en enamorarse. No, era muy incorrecto.

[...]

Los siguientes días fueron deslices, jamás pasaron hasta el siguiente nivel. Tenían pequeñas charlas y donde el rubio hacía chistes malos.

—Entonces la maestra me dijo grosero y me quitó cinco puntos -comentó el rubio divertido.

—Eso es injusto, yo te hubiera reprobado - recomendó el azabache alzándose de hombros.

—Oye, solo lance mi goma de mascar y no es mi culpa que haya caído en su cabello -se excusó sonriendo divertido.

—Te conozco poco pero se lo malvado y bromista que eres.

—¿Un halago? -pregunta riendo.

El azabache se encogió de hombros y se acerca peligrosamente al rubio, Naruto sonríe ante la repentina cercanía y se inclina para unir sus labios.

Desde aquel beso no han podido detenerse, cada vez eran adictos y no podían estar a solas sin tener la intención de unir sus labios.

—¿Listo para mañana? -pregunta el rubio entre el beso.

—No tienes idea -murmura para volver a besarlo.

Se besan hasta que el timbre suena y son obligados a retirarse, Sasuke a dar clases y Naruto a recibirlas.

Éste último estaba tan entusiasmado para que el fin de semana llegara.

[...]

Por fin el día espero llegó y Naruto no podía estar más que entusiasmado y nervioso. Era su primera cita y no sabía cómo debía actuar.

Pasó toda mañana buscando que ponerse. Por primera vez odio que su armario fuera muy grande. Tanta ropa que le costaba decidirse y no podía pedir ayuda a Iruka ya que se iría a escondidas.

Después de luchar por horas decidió llevar unos jeans ajustados y una playera blanca lisa, una chaqueta negra y sus botas negras favoritas. Bajo todo eso llevaba una bragas naranjas, quería sorprender a su sexy maestro.

Una hora antes del tiempo acordado salió por la puerta trasera para no llamar la atención de los guardias.

—Deidara, bebé, ven aquí amor -llamó a la única persona en la que confiaba y podría ayudarlo a escapar.

—Te escapas de nuevo ¿No? -pregunta el chico acercándose al rubio.

—Así es -murmura para no ser escuchado —no vendré está noche ¿Me ayudas?

Deidara duda, el joven no quería meterse en problemas o su cabeza rodaría si algo le pasará al rubio.

—Tu abuela me va a matar si se entera que te ayude -dice preocupado.

—No lo hara, no diré que me ayudaste. Te daré dinero si me ayudas -dijo Naruto algo desesperado.

—Esta bien...yo nunca te vi ¿Bien? -el rubio asiente ante lo dicho.

Mi chico malo [SasuNaru] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora