Folie à Deux (Frerard) [traducción]

Capítulo 29.

Punto de vista de Frank.

Pete llegó quince minutos tarde. 

Probablemente no me habría dado cuenta si no hubiese estado viendo el reloj desde el mediodía, pero no podía evitarlo, necesitaba un amigo y ciertamente no iba a bajar con Henry (mi madre había salido a comprar leche o algo así, realmente no presté atención cuando me lo dijo) y tampoco podía obligarme a recoger mi teléfono y llamar a Gerard, porque sabía con certeza que su voz me molestaría de nuevo. 

Le dije a Gerard que esperaría hasta que pudiera decirme 'Te amo', lo sé, pero lo sentí como una mentira. No quería esperar a que él lo dijera.

Había esperado mucho tiempo para que algo sucediera con esta relación, y cuando intenté llevarla a algún lado, ¿de repente no estaba seguro? 

Me sentí tan traicionado. 

Cuando sonó el timbre de la puerta, prácticamente bajé tropezando por las escaleras. Noté vagamente a Henry sentado en la sala, tomando café y leyendo el periódico, mirándome mientras corría, pero no me molesté en saludarlo. 

No lo culpo por mirarme fijamente porque me encerré desde anoche en mi habitación después de que Gerard se fue y básicamente no hice nada más que dormir y golpear cosas. Probablemente asumió que tenía problemas de manejo de la ira. Me lo dijeron mucho cuando era niño, lidiaba con los problemas gritando y arrojando cosas. Afortunadamente a medida que fui creciendo, lo había superado un poco, pero recientemente la ira comenzaba a reaparecer y volvía con demasiada frecuencia. Era como si en lugar de deprimirme (como lo había hecho en los últimos años), de repente estaba enojado con todos y con cualquier cosa con la que pudiera estar enojado. 

Cuando finalmente llegué a la puerta, no estaba preparado para la ola de alivio que me inundó cuando vi a Pete parado allí. Parecía un cachorro, o algo así, parado tímidamente afuera de mi casa, con mechones de cabello cayendo en su cara. 

Se quedó allí con las manos en los bolsillos de su sudadera, hasta que notó que había abierto la puerta, porque se encontró con mis ojos y sonrió como si yo fuera la mejor parte de su día (y joder, se sintió como una eternidad desde que Gerard me había mirado así, sonriendo honesto, feliz y jodidamente enamorado). 

Prácticamente me arrojé hacia él, necesitaba un abrazo más que cualquier otra cosa en el mundo en ese momento, él tropezó un poco, pero me devolvió el abrazo.  Presioné mi rostro contra su cuello y lo sostuve como si mi vida dependiera de eso, porque en ese momento, sentí que así era. 

Fue increíble, es el tipo de cosas que un abrazo puede hacer por alguien. Puede curar toda una noche de arrepentimiento, puede quitar el doloroso deseo de alejar a Gerard, y puede recordar que tal vez alejar a Gerard era exactamente lo que necesitaba, al menos por un tiempo, porque el abrazo de Pete fue mucho más reconfortante que cualquier otra cosa que Gerard me había proporcionado en los últimos días.

Pete no trató de alejarme, y estaba agradecido por eso. Todo lo que dijo fue - ¿Estás bien?

- Estoy mejor ahora que antes de que llegaras aquí - le dije, su sudadera amortiguaba mi voz mientras apretaba más mi rostro contra él, mi nariz se ajustaba cálidamente al hueco entre su cuello y hombro - Pero todavía me siento bastante mal.

Abrazarlo era muy diferente a abrazar a Gerard. El cuerpo de Gerard se derretía fácilmente contra el mío, se sentía seguro, cálido y como en casa. El abrazo de Pete también era seguro y cálido, pero simplemente no encajábamos bien, no parecíamos saber dónde colocar nuestros cuerpos, no queríamos acercarnos demasiado, pero aún queríamos abrazarnos. 
Fue incómodo.