Capítulo 23.

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Punto de vista de Gerard.
Parte II.

Desperté unas horas más tarde con un par de labios presionados contra los míos, incliné mi cabeza para mejorar el ángulo y él se rió de mí.

- Esa es una muy buena manera de despertar - respiré, sin molestarme en abrir los ojos. 

- Es casi mediodía - dijo suavemente - Dormiste demasiado.

Me di la vuelta y forcé mis ojos a abrirse, tratando de averiguar dónde estábamos.

El sofá de la sala.

Mi cabeza estaba en su regazo, sus dedos apartaron el cabello de mi cara.

- Eres lindo cuando duermes - dijo con las mejillas sonrojadas. Me reí.

- También eres lindo cuando duermes - Rodó los ojos un poco - ¿Entonces supongo que no fuiste y no piensas ir a la escuela? - Pregunté mientras me sentaba, estirándome. 

-Me dijiste que no me fuera, así que no lo hice.

- Gracias por eso. Sin embargo, deberías haberme ignorado.

- De ninguna manera.

Me recosté en el sofá, frotándome los ojos. 

- Necesitaba dormir. ¿Pero qué hiciste todo el día?

- Sí que lo necesitabas - dijo, ignorando mi pregunta. Su dedo índice tocó la piel justo debajo de mi ojo - Siempre te ves tan cansado.

- No es gran cosa - Me encogí de hombros. 

- Realmente lo es.

- Como sea.

Frank se movió un poco y vi en silencio mientras él escalaba sobre mí, puso sus dedos sobre mis hombros con una pierna a cada lado de mi cadera. 

- ¿Qué estás haciendo? - Pregunté en voz baja, poniendo mis manos en su cintura. 

- Nada, realmente - murmuró a medias, sentado sobre mi cadera. Me abrazó, descansando su cabeza sobre mi hombro, sus labios cerca de mi cuello - Sólo necesito un abrazo... Oh, y cenamos con mi mamá esta noche, ¿recuerdas?

Suspiré, apretando mis brazos alrededor de él. 

- Acabo de despertar y ¿ya estás hablando de la cena? ¿No podemos concentrarnos en almorzar primero? - Se encogió de hombros e inclinó la cabeza para mirarme. 

- Acordamos cenar con ella, Gerard. No hay forma de que no podamos ir.

- Probablemente debería ducharme, en ese caso.

Sus dedos subieron a mi cara y se sentó, besándome, sus ojos y los míos cerrados.

- ¿Esto... - Dije alrededor de sus labios, abriendo los ojos - va a ser algo normal, ahora? - Se echó hacia atrás un poco, inclinando la cabeza y estudiando mis ojos. 

- Pienso que si.
 
- Está bien. Es bueno saberlo -  Me reí y él sonrió. 

- Como dije, besarte no es como fue besarla a ella. Eres... - Su expresión se puso seria, de repente - Realmente me haces sentir algo, Gerard.

- ¿Algo? - Repetí, levantando una ceja. 

- Algo bueno - decidió - Como... no sé. Supongo que me haces feliz.

- Feliz es algo bueno - Sonreí.

- Feliz es algo muy bueno - Palmeó la parte superior de mi cabeza.

- ¿Me acabas de acariciar? - Me reí.

- Tal vez pude haberlo hecho.

- No soy un perro, Frank.

Folie à Deux (Frerard) [traducción] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora