Capítulo 4.

360 57 34
                                    

Punto de vista de Frank.

Mañana será lunes. No hice nada durante el fin de semana excepto por encontrarme con Gerard.

- ¿Qué es eso? - Preguntó Gerard viendo los papeles que yo había extendido por toda la mesa del restaurante.

- Tarea - suspiré.

Él también suspiró - oh...

Yo sólo asentí golpeteando el lapiz que traía contra la mesa.

- Odio la escuela con pasión... mucha pasión, en realidad.

Gerard rió un poco con una sonrisa ligeramente torcida.

- Entiendo a lo que te refieres. Las personas ahí son horribles.

- ¿Verdad que si? Ojalá yo fuera educado en casa... debe ser divertido.

Yo siempre he querido ser educado en casa. Odio la escuela, Odio a los maestros, odio a los otros estudiantes. Todo sobre la escuela pública es una mierda.

- Está bien - dijo Gerard vagamente - A veces extraño la escuela pública pero es bueno tener a mi hermano como mi único compañero de clases. Es fácil llevarse bien con él.

- ¿Eres de ese tipo de gente que le gusta aprender? - Pregunté - yo no soy exactamente un fan del aprendizaje, pero...

Él se rió un poco, con un lado de su sonrisa ligeramente más arriba que el otro.

- Disfruto aprender, sí. No me gusta volver a ver temas o practicarlos. Me gusta aprender nuevas cosas.

Apunté vagamente a mi hoja.

- Entonces ¿crees que puedas ayudarme con esto? ¿qué dices?

- No lastimará a nadie si lo intento, ¿qué es? ¿matemáticas?

Asentí, entregandole el papel.

- si, soy pésimo para las matemáticas. Es mi peor materia junto con... bueno, todo lo demás. Así que... ¿eres bueno con los números?

- Podriamos decir eso.

Sus ojos color avellana bailaron, escaneando las ecuaciones y cada pocos segundos los cerraba o miraba hacia arriba antes de volver al papel moviendose a la siguiente ecuación.

- ¿En verdad entiendes toda esta mierda? - Pregunté al no creerle, esperando a sus ojos que seguían moviendose con precisión en las ecuaciones. Era como otro idioma para mí. Cualquiera que entendiera eso era instantáneamente un dios.

-Sí - dijo regresándome el papel - es algo muy básico.

Lo miré sosteniendo mi lapiz. Eso no era del todo 'básico'. Si eso era 'básico' entonces esa era una descripción del infierno.

- Explícamelo entonces.

Volvió a tomar la hoja y escribió algo en la esquina mirando de reojo la ecuación para checar su trabajo.

- Listo - Me devolvió el papel - la respuesta es seis negativo. Supongo que olvidaste llevar la variable.

Pasé mi mirada de él al ejercicio que había hecho con su perfecta escritura y después volví a verlo.

- ¿Cuántos años dices que tienes?

- Diecisiete. ¿y tú?

- Dieciséis.

Él asintió guardando el silencio por un largo minuto.

- ¿Exáctamente por qué la edad es algo relevante en ésta situación?

Folie à Deux (Frerard) [traducción] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora