Punto de vista de Frank.
Parte II.- ¿Alguna vez trepaste árboles cuando eras niño? - preguntó Gerard ajustándose hasta que estuvo cómodo.
- Joder, sí - casi chillé, sonando un millón de veces más idiota de lo que realmente era.
Ya podía sentir la corteza debajo de mis dedos, trepar árboles era algo que había hecho a menudo cuando era niño.
Cuando mi madre me gritaba, simplemente me sentaba en el árbol del patio trasero con un marcador y dibujaba en el árbol hasta que me quedaba sin tinta o me quedaba sin espacio, en los días que podía, llevaba una caja para ponerme de pie, así sería más fácil subirme en el árbol, me sentaba allí y tocaba mi guitarra.
Probablemente le habría pedido a Gerard que se subiera a un árbol conmigo hace mucho tiempo, si hubiese sabido que estaba dispuesto a hacerlo.
Intenté agarrar la rama del árbol, pero quité mis manos al instante y las apreté contra mi estómago como reacción al aguijón agudo de dolor.
- Mierda - Gerard me miró por unos segundos y creo que lo entendió, porque soltó un pequeño 'Oh'
- Subiré de todos modos, no importa si me duele - le dije honestamente, estirando el cuello para mirarlo y luego volviendo a mirar los rasguños en mis manos - Pero no quiero astillarme ni nada. Eso empeoraría las cosas.
- Está bien - dijo Gerard - Podemos... te traeré aquí. Un segundo.
Levanté las cejas curioso mientras él se movía un poco, envolviendo sus piernas alrededor de una rama y equilibrándose de alguna manera, sosteniéndose del árbol con una mano y estirando su otro brazo hacia mí.
- Aquí. Una mano sobre mí, una mano sobre el árbol. Eso será más fácil, ¿verdad? - Asentí, y juntos, de alguna manera logramos que funcionara.
Nos instalamos en nuestros respectivos lugares, Gerard un poco más arriba y a la derecha de mí.
- ¿Cuál es el punto de esto? - Le pregunté. Señaló vagamente hacia el horizonte.
- Mira - Giré la cabeza y vi de qué estaba hablando: la puesta de sol.
Era brillante. Era naranja, rosa, rojo y amarillo, se extendía hacia el azul familiar del día.
Vimos la puesta de sol durante un largo tiempo hasta que los colores cálidos y azucarados se apoderaran de todo el cielo.
Por un momento olvidé que Gerard estaba allí, los hilos de luz de colores que marcaban el cielo me distraían, lo que me permitía perderme en mis pensamientos. Sin embargo, me tocó la espalda, recordándome que no era el único en el mundo, levanté la mano, entrelazando nuestros dedos ignorando el dolor de los rasguños en mi mano.
De repente, parecía que sólo éramos nosotros dos. No sólo yo y el árbol, sino yo, Gerard, el árbol, el sol y el cielo.
Durante el tiempo que estuvimos sentados en ese árbol, tomados de la mano, fuimos los únicos dos seres humanos vivos. Todos los demás estaban muertos para mí en ese momento y ni siquiera me importó.
- Sé que dicen que no hables de religión en las primeras citas - dijo, muy calladamente, tan calladamente que su voz no interrumpió el silencio, sino que pareció casi otro susurro del viento que apenas se registró en mi mente - ¿Pero crees en Dios, Frank?
Me detuve por un momento, un momento realmente largo.
¿Creía en Dios?
No, en absoluto. La mejor pregunta era si Gerard creía.
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Folie à Deux (Frerard) [traducción]
FanfictionGerard Way, un chico muy ordenado que busca una relación con contacto físico. Frank Iero, un chico tímido lleno de fobias, que no está acostumbrado al amor. ¡Atención! Esta historia no es mía, todos los derechos pertenecen a la autora @adrenalinepar...