Folie à Deux (Frerard) [traducción]

Capítulo 30.

Punto de vista de Gerard.

Me golpeó como una tonelada de ladrillos en el pecho.

- ¿Qué?

Me abrazó más fuerte.

- Besé a Pete - susurró.

No sabía que hacer.

No sabía qué sentir o qué pensar o cómo reaccionar.

En teoría, debería haber estado inmediatamente molesto con él. Debería haberlo empujado y gritar, enojarme y llorar.

Besó a Pete.

Pero no estaba molesto, no podía estar molesto con él. Quiero decir, eso lo lastimaría, ¿no?

Casi sentí que me lo merecía.

Él había sido honesto conmigo, me había dicho que me amaba, pero fui demasiado cobarde para admitir que yo también lo amaba, y luego, cuando más me necesitaba, yo no estuve allí.

Me lo merecía.

No sabía exactamente qué hacer.

- Lo siento - me dijo.

- Deberíamos... - suspiré, cerrando los ojos con fuerza, presionando mis labios contra su cabello - Mierda, Frank... Necesitamos hablar de esto, yo...

Sus dedos se curvaron contra mi camisa, lastimando mi piel. Estaba seguro de que eso dolería mañana, pero por alguna razón, no me importó.

- Si vas a terminar conmigo - dijo temblando - Adelante, hazlo de una puta vez.

Me congelé.

- ¿Qué?

Se apartó de mí, envolviendo sus brazos instantáneamente alrededor de sí mismo.

- No quiero a Pete - dijo con voz temblorosa - Te quiero a ti, Gerard ¿de acuerdo? Pero si tú... si no confías en mí... Maldición, sé que me equivoqué, ¿de acuerdo? Sé que me equivoqué, sé que soy un idiota. No hagas esto peor de lo que tiene que ser. Sólo hazlo ya.

Lo miré confundido.

- No voy a terminar contigo, Frank...

Él estaba mirando al suelo.

- ¿Es una promesa?

- Lo prometo.

- ¿Lo juras?

- Lo juro, Frank - Puse mi mano sobre su codo y lo llevé suavemente hacia adentro - Ma - dije mientras pasábamos por la sala - Frank está aquí, estaremos en mi habitación, ¿Okay?

Ella me miró por un largo momento, y luego hacia Frank, que la evitó mirando por el pasillo, ella luego asintió lentamente.

- La cena estará lista a las siete.

Asentí y seguí con Frank a mi habitación. Me dejó entrar primero, cerrando la puerta suavemente detrás de él.

- Lo siento, lo siento porque me negué a verte hoy en la mañana. Sé que fue una mierda de mi parte, yo estaba... molesto.

Me senté en mi cama y él miró alrededor de la habitación, apoyándose en mi puerta, como si esperara que algo hubiera cambiado drásticamente desde ayer.

- Pensé que lo había arruinado todo - respondí - Pensé que me ibas a dejar para siempre.

El montón de mantas junto a mi cama, aparentemente permanentes, todavía estaban en el piso, él se acercó, sentándose sobre ellas y jalando una para cubrir sus piernas, aunque en mi cuarto no hacía frío y afuera estaba el sol.