Camas

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Aitana comprueba la hora en el móvil justo antes de cruzar la puerta de la asociación de Síndrome de Down donde Alba ha estado en una clase de estimulación sensorial y con el fisioterapeuta.

Le tiemblan levemente las piernas y tiene que confesar que se arrepiente un poco de haberse presentado voluntaria para hacerle el favor de pasar a por la niña cuando hace una semana Luis buscaba candidatos.

La otra opción era dejar que Alba se quedara jugando en la asociación mientras él volvía de una entrevista, lo cual le daba algo de cargo de conciencia.

Pero Aitana, sucumbiendo al encanto de las caricias que le hacía en la espalda, le aseguró que podía pasar ella a por Alba sin problema.

Alba sabe que Aitana va a ir a buscarla y le ha asegurado a Luis que va a enseñarle su parque favorito que está justo a dos calles y donde jugarán un rato antes de coger el metro hasta casa de Luis.

En la asociación, Luis también ha avisado de que no será él quien pase a por la niña.

Cuando finalmente llega a la recepción, una mujer le sonríe amable esperando pacientemente mientras ella mira todos los dibujos que decoran la estancia.

- Buenas tardes-dice finalmente reaccionando acercándose al escritorio-Vengo a buscar a Alba. Luis llamó para avisar de que venía yo a buscarla.

La mujer busca en una agenda mientras Aitana mueve los dedos como si tocara el piano sobre la mesa.

- Sí. Un momento-levanta un teléfono para avisar- Ahora viene.

Aitana asiente con la cabeza, se aleja un par de pasos y mete las manos en los bolsillos de su cazadora. Un chico vestido de chándal con barba y ojos grises se acerca a decirle algo a la mujer del mostrador.

- ¿Vienes a por Alba?-pregunta dirigiéndose a ella mientras la mujer ha desaparecido a buscar unos papeles que el chico le ha pedido.

Aitana asiente con la cabeza sonriéndole débilmente.

-Así que supongo que eres Aitana- ella asiente con la cabeza de nuevo-algo sorprendida de que sepa su nombre-No sé cuántas veces me lo ha repetido Alba. Tampoco sé si te ha mencionado más veces a ti o al bebé-ríe él cerrando el bolígrafo con el que hacía anotaciones en un papel.

Él siente que ella está en bastante desventaja teniendo en cuenta que conoce más de un detalle de la chica.

- Mateo-dice tendiéndole la mano presentándose- Soy el fisio.

- Aitana -se adelanta ella correspondiéndole en el saludo, sin saber muy bien qué más añadir a esa presentación.

- Como mi hija-dice él con una sonrisa de orgullo- Ahora te traigo a Alba que estaba terminando de recoger sus cosas. Esto es para vosotros-añade tendiéndole un papel- Es el informe de este trimestre que le había dicho a Luis que le iba a dar hoy. Si vas a venir a buscarla más días lo mejor es que dejes tus datos y te apunten en la lista de contactos de la niña.

Aitana duda porque realmente no sabe si esto es solo un favor aislado o llegará el momento en el que se convierta en rutina. Mateo lee su rostro dubitativo y sonríe empático.

- Voy a ver si está ya lista.

Apenas un minuto después, Alba aparece dando saltos despidiéndose de Mateo chocando su mano con fuerza para después abrazarse a las piernas de Aitana, que le sonríe y le tiende la mano.

La pequeña parlotea durante todo el camino hasta el parque. Aitana, sin embargo, es incapaz de concentrarse en desentrañar las palabras de la niña pues toda su atención se encuentra focalizada en agarrar con fuerza la mano de la niña y anticipar cualquier peligro que pueda sorprenderles.

Canción DesesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora