4| ¡Fuiste tú!

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Capítulo 4.

La presencia de Derek se sentía bien. Era una persona que me transmitían cosas buenas. Estábamos sentados en el sofá con una cálida taza de café, sin dejar de charlar sobre cosas tan estúpidas como la escuela hasta cosas más interesantes como su primera borrachera y debo admitir que es una buena anécdota que le tiene que contar a sus nietos cuando sea abuelo.

—¿Y no perdiste el brazo? —pregunté sorprendida.

Él carcajeó un poco.

Carcajea tan lindo.

—Creo que no —dijo mirando su musculoso brazo.

Claro, que estúpida como no lo vi antes.

La lluvia no paraba y estaba agradecida por eso. Necesitaba más amigos aparte de Adam, no me mal entiendan, amo a mi mejor amigo.

Un relámpago resonó haciendo que mis ojos se abrieran con sorpresa y llevándose consigo la electricidad. El día era tan nublado que hacía que el interior de mi casa fuera muy oscuro. Inconscientemente me acerqué a Derek. De alguna manera me hacía sentir segura.

—Odio la oscuridad —susurré. Él sonrió y asintió con la cabeza. Se veía tan tranquilo, como si no le interesara si alguno de los dos moría por si un fantasma aparecía.

Si claro que estúpida eres.

Derek estaba tan cerca de mí que sentía su respiración en mi nuca, tan cálida. Me giré quedando frente a él, para mi sorpresa estaba muy cerca que nuestras narices rozaron, tragué grueso sin poder quitarle los ojos de encima. Sentí la profundidad de sus ojos verdes más intenso debido a la oscuridad, el calor que su cuerpo emanaba y una cercanía familiar, como si antes ya hubiese estado a esta distancia de él... quizá sí, en mis sueños más oscuros, pero luego sentí su mano acariciar mi mejilla, haciéndome estremecer ante la calidez, ante lo varonil que resultaba su tacto. Su respiración se mezcló con la mía y sentí como mi cuerpo perdió toda su fuerza, pedí la noción del tiempo y espacio, hasta que él tiró con gentileza de mí y colisionó sus labios con los míos.

¡No puedo creer que Derek Donovan me esté besando!

Una sensación caliente, húmeda y deliciosa embriagó mi boca, sus labios se movían sobre los míos se manera experta, haciendo relucir mi inexperiencia, pero eso no pareció afectarle en absoluto, sus labios eran tan suaves como lucían, solté un suspiro sobre su boca y me permití tomarle el rostro, él tomó mi cintura con toda su libertad y no lo detuve cuando incrustó los dedos en mis carnes, me familiaricé más a su ritmo, a lo que era besar y joder, todo explotó de placer y deseo. Nuestros labios sintiéndose jodidamente bien juntos, y para ser mi primer beso está resultando ser mucho más intenso e increíble de lo que imaginé. Acaricié sus mejillas mientras que su lengua invadía mi boca haciéndome suspirar, enredé mis manos en su pelo y él apretó mi cintura, deseándolo sentir mucho más cerca, ¿qué me está pasando? Sentía una electricidad muy característica por todo mi ser, nunca había conocido el deseo hacia alguien y definitivamente creo que lo consiguió, su intensa y experta manera de besar hace desearlo, sabe lo que hace, cuando morder, cuando chupar e incluso cuando hacerte desear mucho más.

Pero un ruido proveniente de arriba hizo que me separará bruscamente de él.

Los labios me ardían y de seguro estaban tan rojos como mis mejillas.

Les podría jurar que escuchaba ruidos del piso de arriba y también provenientes de la cocina. Tragué en seco debido al miedo que tenía.

—Vamos a morir —susurré aun a centímetros de él. Él sonrió y negó con la cabeza. Se puso de pie y me ofreció su mano.

¿Qué le pasó a Derek Donovan? [¿Qué nos pasó? I]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora