24| Nadie está tranquilo.

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Capítulo 24.

Era uno de esos momentos en los que todo colapsa, te quedas en blanco y tus miedos comienzan a ser realidades. Me sentía vulnerable, estúpido e impotente, cualquier cosa que se tratara de mis hermanas, era demasiado para mí.

Porqué, a fin de cuentas, ése par era lo más importante para mí.

Lancé mi teléfono lejos y avancé tan rápido como pude comencé a vestirme.

—Derek, ¿qué pasó? —me preguntó Bárbara preocupada a mis espaldas.

Me vestí como pude, tomé mis llaves y celular con Bárbara siguiendo mis pasos con su par de ojos marrón, estaba confundida y preocupada—. Vámonos, en el caminó te explicó.

Para mi suerte, Barbie asintió y me siguió, comencé a buscar a Kendall, ella estaba dormida en el sillón y Adam aún lado, la desperté al igual que al resto. Kendall se cambió de ropa rápidamente y Adam informó que él sería el encargado de llevarla al hospital porque no podía ir llena de sangre falsa, por lo que Bárbara y yo nos adelantamos en mi auto con Thomas y Dave acompañándonos en los asientos traseros.

—Algo le pasó a Rosie —pronuncié aumentando la velocidad y aferrando mis manos al volante.

Podía sentir la mirada de Bárbara, podía sentir ése destello de preocupación en sus ojos. Pero justo ahora, siento un gran nudo en la garganta, esto en parte es culpa mía. Si no hubiera llevado a Rosie conmigo a ése bar, si ella nunca hubiera tenido nada que ver con ésas personas, si no hubiera descuidado a mi hermana, nada de esto hubiera pasado.

Ella seguiría despierta, siendo sarcástica, feliz y divertida. Estaría aquí y sería cómplice de las locuras que los tres Donovan quisiéramos hacer, seguiría bailando por toda nuestra casa y dejaría su esencia por todos los lugares que pisara.

Rosie Donovan es tan auténtica.

—Cálmate Derek —la voz de Dave me hizo volver a mí mismo. Ni siquiera me había dado cuenta de que había aumentado la velocidad, lo ojeé por el retrovisor encontrándome con su mirada verdosa, severa con el entrecejo contraído—. Tienes que tranquilizarte, ¿de acuerdo?

Gruñí con hastío y continúe a la misma velocidad.

—Derek —emitió Thomas con un tono desaprobatorio—, viene Barbie aquí, no lo olvides —pronunció con cierto tono de advertencia.

Y eso me hizo reaccionar de inmediato.

Tiene razón, mi novia está aquí y más que nada, tengo que protegerla. De mí, de mis estúpidas decisiones.

Bárbara colocó una de sus manos en mi muslo llamando mi atención, la miré por el rabillo de mis ojos y suspiré tratando de tranquilizarme, su tacto familiar y cariñoso me relajó, su cálida sonrisa me llenó de paz, por lo que disminuí la velocidad.

Bárbara Anderson

Y sí, ahora me encuentro junto a Dave y Thomas, los tres sentados en el suelo del pasillo del hospital, creando miles de teorías mentales respecto a lo que está pasando. Mientras que los Donovan estaban en el consultorio del doctor encargado de la salud de Rosie.

Bueno, en realidad quienes crean teorías lanzadas al aire son ellos dos, mientras que nombran a personas que no conozco y debaten sus puntos, y claro, Dave dando posibles conclusiones sobre qué pasó con Rosie y su salud, pues según sé o, mejor dicho, escuché, él estudia medicina.

—Thomas —lo llamé logrando que ambos guardaran silencio abruptamente, éste me miró rápidamente enfocando su atención en mí—, ¿podrían explicarme la repentina aparición de Dave? No entiendo nada.

¿Qué le pasó a Derek Donovan? [¿Qué nos pasó? I]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora