¿Qué le pasó a Derek Donovan? [¿Qué nos pasó? I]✔

32| Cartas sobre la mesa.

Capítulo 32.

Derek Donovan.

—No, no iré.

Bufé exasperado y me llevé las manos al rostro, frotándomelo con exasperación para después, pasarlo por mi cabello en un acto irritado. Thomas Austin es de las personas más difíciles que conozco, de más difíciles de convencer, aquel tipo de persona que se le denomina por tener "palabra de rey", es muy difícil convencerlo.

—¿Y qué harás?, ¿quedarte aquí y ver videos que motiven a tu amiguito? —le reproché con el ceño fruncido.

Y eso hizo reír a carcajadas a Dave. Thomas le lanzó una mirada de advertencia y Dave guardó silencio elevando ambas manos en el aire proclamando paz. Rodé los ojos y encaré a mi amigo con los brazos cruzados.

—¿Por qué no quieres ir? —le pregunté una vez más.

Me miró hastiado y soltó un gruñido—. No invité a nadie, hace mucho frío y es la cosa más cursi que existe.

Dave volvió a reír a carcajadas, burlón, mirando a su hermano de aquella manera depredadora, era claro que tenía un buen comentario bajo esa sonrisa maliciosa que se había formado en sus labios—. Es la cosa más cursi que existe —lo imitó con voz chillona—. Vamos hermano, tú eres cursi, no es hora de que quieras demostrar lo contrario porque no te creo. Derek quizás sí, pero yo no. Te recuerdo que yo te observé derramar saliva por Rosie y también que la llevaste a ese baile el año pasado, así que, por los buenos recuerdos, vamos. El anti-cursilerías aquí, soy yo, no tú.

Thomas ni se inmutó. Estaba mudo y las palabras de Dave no fueron hirientes, fueron sinceras. Tenía razón, yo conozco a Thomas siendo un cabrón, de chica en chica, pero jamás me fijé en cómo miraba a mi hermana, jamás presté atención.

—Chicos, por favor, no tengo ganas de ir a ése estúpido baile y les agradecería que no insistieran más —emitió algo exhausto. Miré a Dave y le hice un asentimiento con la cabeza, una clara derrota de que no podríamos convencer a Thomas.

—Bien, no insistiré porque sé que podemos terminar muy mal —le dije mientras que él caminaba en dirección a su cama y se dejaba caer sobre ésta misma, me miró y asintió—, pero cualquier cosa, llámame.

Asintió una vez más y sonrió de costado—. Como digas, Donovan —respondió mientras tomaba el control remoto y encendía el televisor.

•••

—¿Ya sabes de qué color será tu vestido? —le pregunté a Barbie a través de la línea telefónica, justo hoy estaba en el hospital, le harían revisión a Rosie para que pudiéramos ver su progreso.

Barbie emitió un quejido seguido de una risita—. Es azul marino —respondió animada y algo agitada—. Lo siento —bufó mientras reía—, estoy ordenando mi habitación y preparándome para ésta noche.

Me reí un poco—. Azul marino me parece un color sensual —pronuncié con mi voz un poco más gruesa de lo que normalmente es, solo para seducirla—. Yo vine al hospital, esperamos noticias nuevas de Rosie.

—Me avisas, ¿sí?

—Claro.

Y dicho eso, corté la llamada. Frente mi campo de visión, apareció Kendall algo agitada y con el cabello desordenado. Corrió en mi dirección y le tomé los hombros para detenerla.

—Lo, lo siento, pensé que había llegado tarde, estaba buscando vestido con Lidia y el centro comercial es una locura llena de adolescentes hormonales que irán al baile ésta noche —explicó rápidamente por lo que fruncí el ceño y casi le rogué que hablara más lento.