¿Qué le pasó a Derek Donovan? [¿Qué nos pasó? I]✔

10| No sé porque, pero confío en ti.

Holaaaa feliz domingo, y sorpresa de actualización! espero que lo disfruten muchísimo y por favor lean la nota a lo último del capítulo es importante y muy interesante.

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Capítulo 10.

¿Cómo es que este chico me terminó gustando?, ¿a qué se debe mi aferramiento a quién no quiere nada? Genial Bárbara, terriblemente genial. Yo estaba genial enamorándome de personajes ficticios, deseando experimentar lo que ellos, volviéndome loca cuando el chico o la chica rechazaba al flechado para luego arrepentirse y tener una maldita noche loca en donde sus hormonas exploten, un enemies to lovers tan intenso como el de Feyre y Rhysand...

Simple ficción...

—Hey.

Sentí algo incómodo golpearme el rostro y me percaté de que era césped cuando cayó en mis manos, y el culpable había sido Adam. Miré a Adam con el ceño fruncido. Nos encontrábamos Kendall, Derek, Lidia, Adam, René y yo sentados en círculo sobre el verde y hermoso césped del patio trasero de Adam.

—¿Qué? —lo miré confundida.

—Te estoy hablando Barbie —resopló Adam.

—Dime —incliné un poco la cabeza a la derecha esperando con ansias las palabras de mi mejor amigo.

Miré a Derek por el rabillo de mi ojo, él estaba observando el césped detalladamente perdido en sus pensamientos, volví mi mirada a Adam bien lograba observar como solo movía la boca, pero ninguna palabra salía de ella, ¿o sí? ¿cómo alguien te puede des concentrar en un segundo?

—¿Entonces sí? —me preguntó Kendall con un tanto de emoción.

Les sonreí un poco, claro no iba a pedir que me repitieran lo que me acababa de repetir.

—Claro —asentí no muy convencida.

Vi como todos se pusieron de pie, fruncí el ceño confundida y los seguí.

—¿No pusiste atención verdad? —me preguntó Derek aún lado de mí.

Sonreí como una niña chiquita y escondí mis manos en los bolsillos de mi pantalón—. No.

—Kendall y los chicos quieren ir a la biblioteca —sonrió. Mi boca se abrió formando una "o".

¿Recuerdan "La Biblioteca"? Es el café/bar que esta frente a la escuela.

—¿A eso se debía tanto entusiasmo? —fruncí un poco el ceño.

—Es noche de karaoke —sonrió un poco.

—¿Y vas a cantar? —arqueé una ceja divertida, frunció el ceño y negó con la cabeza de manera divertida.

—Yo no, pero tú si, ya me dijeron que cantas... increíble y deseo escucharte —me guiñó un ojo haciendo que mis latidos se acelerarán un poco.

Deseos, deseos, deseos, claro, todos teníamos deseos, yo tenía uno justo ahora: deseaba que mis sentimientos por él disminuyeran y se resignaran a nada, a solo una simple amistad, quizás era a lo que estábamos destinados, a una amistad porque yo me enamoro con tanta intensidad y él no...

Comenzaba a odiar el sentimiento del enamoramiento porque sinceramente, estar enamorada sola, era una mierda, era una mierda sentir tantas cosas por alguien que en realidad solo bloquea lo que siente, era una mierda sentir su cariño, su preocupación, ferocidad, deseo y que al final del día, me recalcara que solo quiere de mí una amistad. ¿Yo no tenía amor propio o él no tenía valor de alejarse de mí?, ¿Quién es el culpable aquí? Sentí como con sus se deslizó por mi cintura y tiró de mí hacia a su cuerpo, parpadeé volviendo a la realidad después de estar en mis cavilaciones por varios segundos y me di cuenta que estaba a punto de chocar con un pilar de la entrada.