Epílogo.

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Epílogo.

—Bienvenidos alumnos, espero que sus vacaciones hayan sido gratas, espero que hayan disfrutado y estén felices por lo que está por venir... —y ése nuestro nuevo maestro encargado del grupo, Price Hill. Nos miraba uno por uno, era un señor que de verdad irradiaba miedo, muchísimo. Observé a Adam, estaba quieto y sin quitarle los ojos de encima al maestro Price, era una pose que me demostraba que mi mejor amigo se sentía intimidado—, tengo entendido que este es su último año de bachiller, por lo que tienen que tener en mente todo lo que se aproxima... universidad, qué harán con su vida, trabajo, responsabilidades, quizás distancia, un centenar de amores disfuncionales, cuentas que pagar, una familiar que mantener, no equivocarse al escoger su carrera —soltó con desdén y una pequeña sonrisa maliciosa curvando sus labios.

Gracias, ahora estoy oficialmente aterrada.

—Creo que nos odia —nos susurró Ethan a Adam y a mí. Adam y yo lo miramos por sobre nuestro hombro, con los ojos abiertos de par en par.

—¿Tú crees? —susurró Lidia, quien estaba frente a nosotros.

—Lo confirmo —agregó René en un susurro.

—No cabe duda —musité mirando aterrorizada al maestro andar de un lado a otro, hablando, imponiendo sus reglas.

—Santa mierda —soltó Adam. Pero para nuestra mala suerte, lo dijo en voz alta.

Ay Dios mío, y pensar que él día solo va comenzando...

Le había dado vueltas a mi futuro durante mi semana sin Derek, había pensado tanto en qué me gustaría ser algún día, tenía opciones y oportunidades, gracias a que reconozco que soy una buena alumna. Me encantaba la literatura, pero también descubrí que la psicología, los enigmas que las personas pueden llegar a ser resulta fascinante.

Pero escuchar a Price Hill hablarnos de esta manera, hace que el futuro me aterre.

•••

—¿Qué tal la escuela?

Ésa voz. Ésa sexy, ronca, sensual y placentera voz.

Derek Donovan.

Lo miré en la pantalla de mi ordenador con una sonrisa y solté un suspiro meneando la cabeza, buscando las palabras correctas para no soltar un simple <<fue una mierda>>.

—Extraño —solté haciendo un mohín, causándole que me regalara una sonrisa—. ¿Qué tal tú?, ¿Cómo te fue?

Había pasado una semana desde que lo dejamos. Una semana en la que viví deprimida, en la que no salí solo para lo necesario. Él entró a la escuela una semana antes que nosotros, ya se había estado adaptando, recuerdo cuando me habló la noche que llegué a casa, una llamada que duró horas. Él hablándome, alentándome y juntando mis pedazos desde la distancia.

Me expresó cuán increíble era la universidad, el campus ridículamente grande, las clases no eran aburridas y Thomas y él estaban tratando de no incendiar el departamento. Siempre hablábamos, la mayor parte del tiempo era por mensajes y en las noches, una llamada o video llamada.

—¿Extraño? —inquirió en mis palabras con el ceño fruncido, obviamente quería saber más.

Así que suspiré—. Price es nuestro asesor —solté y él apretó los labios en una sonrisa.

—Price es un demonio —soltó y lo sabía porque él me había contado que también fue su asesor—. Pero denle una oportunidad, es agradable cuando lo conoces. Thomas lo invitó a una peda una vez, y terminó dormido en el sofá de la sala de Thomas, desde entonces, amó nuestro grupo.

¿Qué le pasó a Derek Donovan? [¿Qué nos pasó? I]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora