37| El juego.

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Capítulo 37.

El corazón agitado, las piernas apunto de flaquear, el sudor corriendo por mi rostro.

La adrenalina,

El frio secando mi garganta, instalando un ardor insoportable en todo mi aparato respiratorio,

¿Por qué aún hace frío en mayo?, ¿por qué carajo es posible eso?

—¡Vamos Anderson, no pares! —ésa fue la entrenadora Jones, gritándome eufórica mientras hacía ademanes muy exagerados y andaba de un lado a otro, frenética sonando su silbato una, y otra, otra, otra y otra vez.

La miré exhausta, deseando que me mandara a la banca, pero era algo imposible. Estábamos en pleno partido de chicas, era de noche y las gradas estaban más llenas que nunca, el futbol no era lo mío, y se lo traté de mencionar cientos de veces a la entrenadora, pero no fue suficiente solo alimentó sus ganas de obligarme aún más.

Mis ojos se abrieron con sorpresa al ver a Kendall corriendo en mi dirección con el balón entre sus pies, sentí que todo mi cuerpo perdió la noción del tiempo al momento en que la pateó en mi dirección. El corazón me palpitó con tanta fuerza y mis pies lo tomaron, pero me quedé inmóvil.

Desde las gradas, frente a mí, veía a Derek brincar en su asiento y gritarme que corriera, y junto a él Adam, los gemelos, Thomas y René. Gritando eufóricos y saltando en las gradas, gritando mi nombre una y otra vez, casi deseaban saltar al campo y correr en mi dirección.

—¡Maldita sea!, ¡corre!

Y mis ojos viajaron a Lidia, que corría en mi dirección y todo dejó de suceder en cámara lenta y mi novio gritándome con fuerza, me hizo reaccionar y comenzar a correr, casi a punto de que una chica, enorme, me quitara el balón. Corrí con el balón entre mis pies lo más rápido que fue posible y lo pateé con fuerza cuando divisé la portería cerca con mínimas esperanzas de hacer un gol, pero era eso y permitir que la chica detrás de mí, me lo quitara. El balón salió disparado con fuerza y al momento en que la portera se lanzó al lado puesto a donde el balón salió disparado, sentí mis piernas flaquear de la maldita emoción que recorrió mi cuerpo.

¡GOOOOL!

Todos gritaron eufóricos, pero el sonido en seco y un dolor agudo lo volvió todo negro para mí, veía puntos negros y un dolor agudo, punzante se había instalado en mi brazo izquierdo, sentí mis oídos pitar, pero no podía reaccionar, solo veía a todas las chicas y a la entrenadora a mí alrededor mientras que mis ojos estaban entreabiertos, el dolor no era fuerte, pero la cabeza me palpitaba. Lo siguiente que mis ojos vieron, fue a Derek.

Preocupado y tomando mi cara entre sus manos.

—¡Joder, ¿se fracturó?! —ése grito encendió todas mis alarmas y por acto de magia, el dolor en mi brazo se intensifico.

Mis ojos se abrieron de par en par y las lágrimas inundaron mi visión.

—¡Carajo! —exclamé y le eché un vistazo a mi brazo.

El pánico invadió mi cuerpo al ver mi pobre bracito torcido en su totalidad, una imagen desgarradora que me hizo llorar, Derek tomó mi rostro desviando mi mirada de la zona y enfocándome con sus ojos verde olivo, preciosos.

—Tranquila —susurro—, respira, no entres en pánico, estarás bien —repitió eso mismo una y otra vez.

—¿¡Quieres que me tranquilicé!? —grité entre sollozos desgarradoramente dolorosos y él torció los labios—. ¡Me voy a morir!

—No morirás, solo te quebraron el brazo —y ése imbécil, fue Adam.

Lo miré a mi derecha con los ojos fulminantes—. ¡Cierra la boca Smith! —exclamé—. Mierda no puede ser —lamenté cerrando mis ojos con fuerza.

¿Qué le pasó a Derek Donovan? [¿Qué nos pasó? I]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora