¿Qué es lo bueno y qué es lo malo?

CAPÍTULO 5

Capítulo 5: Accidente tendador

-¿Por qué tanto problema para unos repuestos? -preguntó Xiao Zhan, su cuerpo de encontraba apoyado contra la puerta de su auto, mientras miraba como unos hombres pasaban unas cajas al barco.

-Seguridad -le respondió Yibo.

-Si quieren seguridad pueden pedirle a unos policías capacitados para que los ayude a llevar la carga, si lo que buscan es evitar robos.

-No para este tipo de carga.

Xiao lo miró buscando una explicación. Sabía la respuesta, pero una cosa era saberla y otra era que lo admitiera.

-¿Buscas que te explique? -Yibo levanta una ceja.

-Por favor.

No esperaba que le respondiera, a este punto sabía que Yibo era la clase de persona que evitaba meterse en conversaciones extensas o innecesarias. De no haber sido así él le hubiera explicado sobre lo que iba a ocurrir esta mañana y no lo hubiera dejado solo con una dirección y una hora establecida. Pero para su sorpresa no lo dejó sin respuesta.

Yibo mueve la cabeza hacia el barco antes de hablar.

-Transportamos algo que la policía no consideraría "legal". Es todo lo que necesitas saber.

Xiao asintió ante su explicación.

Aquello ilegal era el ingreso extra que supuso que tenía Yin, a pesar de diversos trabajos -que tenían todas las mafias por igual- era de suponer que su negocio con Yamaha no podía ser un trigo limpio.

-¿Ilegal? -preguntó.

-Te lo dejo a tu imaginación.

Xiao suspiró frustrado y apartó la mirada de Yibo, iba a quejarse por su comportamiento hasta que un movimiento llamó su atención alterando sus sentidos. De reojo pudo ver una sombra que corría hacia ellos. No podía suponer si era con buenas intenciones, pero tampoco se podía arriesgar, y sin pensar ni un segundo se movió con agilidad y sacó un arma de la parte trasera del pantalón de Yibo a tiempo que escuchaba un grito de advertencia de un empleado:

-¡HOMBRE ARMADO!

Xiao Zhan reconoció a la persona al instante: ZhouCheng. El corría hacia ellos con una expresión de furia le tiñendo su rostro.

Debí mediar mis palabras cuando hablé con él.

Lo vió levantar el arma hacia Yibo pero Xiao fue más rápido y apretó el gatillo apuntando hacia la parte superior del torso del lado derecho, hacia la clavícula.

Los presentes necesitaban ver sangre o de lo contrario no creerían que estaba siendo serio, además de que notaría que ZhouCheng llevaba consigo el chaleco antibalas, lo cual solo empeoraría las cosas.

Tener que atacar a un inocente -ya sea causando una herida de gravedad o provocando la misma muerte- se había vuelto algo terriblemente familiar durante los últimos años. Se prometió a sí mismo no cometer un error otra vez, por eso ZhouCheng y él tenían un pacto secreto -o mejor dicho una señal secreta- que les permitiría seguir con vida.

Desde años se conocía que habían ciertos policías especiales que al encontrarse en situaciones riesgosas donde solo habían dos opciones: salir con éxito de la misión o morir. Un policía infiltrado sabía que si era capturado debía suicidarse para no delatar a sus compañeros, por eso mismo hacían un pacto en el que debían entregar su vida -del modo literal- durante sus misiones.

Y esa era la señal secreta que ambos tenían, sabía que su compañero la entendería, lo cual le dejó actuar y fingir su muerte, sólo tenía que pensar cómo deshacerse del cuerpo para que nadie más lo revisara. Si él era arrojado al agua podría salir apenas todos de fueran, y con respecto al frío del mar tendrá que soportarlo como penitencia.