"(...) no más farsas" (Parte 1)

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«Editado»

Capítulo 4

La noche anterior que Yibo dejó a Xiao Zhan en su departamento él no volvió directamente al suyo. Ya sabía que a éste punto todos los que lograron escapar estarían continuado con la fiesta en otro lugar y Yibo conocía el lugar perfecto para eso.

Su moto se detuvo ante una mansión de dos pisos de alto, con una decoración contemporánea y demasiado elegante para el uso que le estaban dando. Aún estando fuera podía escuchar la música con claridad, tapando casi en totalidad los gritos por ebriedad de las personas dentro. Se retiró el casco y se bajó de la moto, haciendo zigzag entre las motocicletas estacionadas en desorden ante la puerta de la entrada.

Una vez dentro el olor de diversas sustancias alucinógenas y el sudor de los cuerpos que bailan sin parar lo chocó de golpe, pero en vez de irse ante lo abrumador que era el ambiente cerró la puerta detrás de él y profundizó en el interior.

Caminó esquivando a la gente que se amontonaba en el lugar, bailando pegados uno al otro debido al escaso espacio —el salón de la mansión era amplio y bastante despejado para abarcar a varias personas sin necesidad de amontonarse, pero era tanta la gente que se encontraba en el interior que resultaba imposible desplazarse sin empujar a alguien en el camino—.

Deslizándose entre cuerpo desconocidos, Yibo se encontró con la persona que estaba buscando, y agarrándolo del brazo sin preguntar o pedir permiso lo arrastró con él.

Después de sentir una resistencia vaga por parte de la otra persona, haciéndole saber que ya podía dejarlo, lo soltó y siguió caminando. No tuvo que decir nada, después de todo la otra persona lo empezó a seguir, la única razón por la que se había querido soltar era por no poderle seguir el paso entre tanta gente.

Una vez llegaron al final de todo el gentío Yibo empezó a subir las escaleras para ir a la planta alta con su compañero callado detrás de él. En el segundo piso el ruido no era tan fuerte y permitía poder hablar sin problemas.

—¿Qué pasa jefe? —preguntó Liu WenHan.

—Necesito información sobre Xiao Zhan. —habló Yibo, que en ningún momento había dejado de caminar.

Entró a una habitación y sacó una computadora portátil para después dejarla sobre un escritorio.

-—¿Y la computadora…? —preguntó entrando a la habitación, viendo con atención las acciones de su amigo.

—Ahora. —le cortó Yibo.

Los ojos de WenHan se abrieron sorprendidos. No estaba en las mejores condiciones para investigar, había tomado y justo antes de que lo interrumpiera había estado bailando con una chica guapa. Abrió la boca para protestar:

—Oh, vamos Yibo~ —arrastró su nombre, buscando compasión —investigaré todo lo que quieras, hasta que perfume usa, pero no seas así, y menos cuando hay una fiesta abajo.

—Bleu de Chanel —contestó Yibo.

Silencio.

—¿... qué? —preguntó WenHan— ¿Esa no es una marca de perf...?

Yibo se apartó del escritorio y se fue de la habitación sin decir nada más, dejando al Liu WenHan con la pregunta volando en el aire. El mensaje era claro, tenía que quedarse ahí y hacer lo que le había pedido sin ninguna posibilidad de oponerse.

—Uff me debes unos tragos por esto Yibo —se quejó— ni siquiera dijiste "por favor". —y entre quejas y berrinches se puso a trabajar.

¿Qué es lo bueno y qué es lo malo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora