Me acerqué a ella al escuchar su sí por todo el elevador, mi sangre hervía, por el deseo de tenerla, dirigí una de mis manos al cierre de su jeans, lo suelto eh introduzco mi mano en él, su caliente entrepierna me recibe y la escuchó gemir un poco, la miró a los ojos y no me importa ver la mirada de una pequeña reflejada en sus ojos, la deseó, la quiero, la necesito. Mantengo mi mirada fija en sus ojos, muerdo mi labio inferior mientras uno de mis dedos rodea su clítoris en círculos cada vez más rápido, sus caderas comienzan a moverse y su boca se habré sedienta, buscando la mía, pero me inclino hacia atrás evitándola, muevo mi dedo índice más rápido y siento su vagina humedecerse, aprovecho para introducir mi dedo corazón en ella, lo que provoca un gemido fuerte salir de sus boca. Me acerco a su oído derecho y le digo— Hoy vas a ser mía— escuchó el sonido de las puestas del elevador abrirse.
Caminamos hacia la entrada del departamento separados conmigo a la delantera, al entrar al departamento me dirijo a la cocina para buscar un poco de whisky, ella me sigue lentamente y callada, me observa.
— Ven— le digo llamándola, mientras tomo asiento en unos de los bancos altos del desayunador.
La joven obedece, sin decir palabra, la miró de pies a cabeza con su jeans desabrochado — ¿Quieres un poco?— levando el vaso con whisky.
—Supongo que si— me responde y le sirvo uno.
— Hoy seré duró contigo— le habló— pero si te llegas a sentir mal no dudes en decirme.
—Has lo que quieras conmigo, soy tuya— me dice acariciando mi rostro, luego cruza sus manos en el ruedo de su suéter y lo levanta, dejándome a la vista sus medianos pechos sujetados por una tela de encaje negra que apenas le cubría, mi erección no tardó en aparecer y en ese instante seguí sus pasos y me quite el suéter y una camisa blanca que tenía debajo, quedando con mis tatuajes al descubierto. Me puse de pie y la pegue a mí, su cuerpo estaba caliente y un poco tembloroso, incline mi cabeza hacia delante para alcanzar sus labios, el beso era apasionado, quería devorarla, nuestras lenguas se rosaban, dándonos placer, mientras mis manos buscaban desabrochar su sostén negro, al hacerlo baje sus tiras y lo dejé caer, mis manos bajaron por su espalda buscando sus nalgas, agarrándolas y subiendo a la chica sobre mí para poder dirigirla a la superficie del desayunador. Al tenerla ahí me separé de ella mordiendo su labio, tomé distancia y mire sus senos perfectos, moverse por su agitada respiración.
Me incline para quitar sus botas— Recuéstate— le exigí y jale su jeans hacia mí, ella levantó sus caderas para poner quitarlo, luego quite su braga que hacía juego con sus sostén —incorpórate— su cuerpo desnudo lucia esquisto, la luz del atardecer que entraba por el ventanal le daba un tono de piel bronceado.
Tome su rostro entre mis manos y la bese apasionadamente, baje a su cuello de la misma embriagándome con su delicioso aroma, mientras mis manos jugaban con sus senos, baje más hasta ellos, besando con pasión a cada uno, su piel en mi boca era excitante al punto de doler, lo que me provocaba ganas de morder. Los gemidos de mi chica se escuchaban muy bien, al morder sus senos.
El deseó por ella corría por mis venas, haciéndose cada vez más intenso, quiero más, necesito llevarla al límite, sin compasión. Con mis manos la oblige a recostarse de nuevo, luego tome sus rodillas para abrir sus piernas y apoderarme de ella, tomar control de su placer y su cuerpo. Pase la punta de mi lengua por su sexo haciéndola estremecerse, levante mirada para ver su expresión de placer apoderada de ella, entonces me sitúe justo en su clítoris con pequeños movimientos circulares, logrando humedecer más su sexo, sus gemidos cada vez más fuertes al igual que mis movimientos, pero no le iba a permitir venirse sin mí.
—No pares, no pares— me repitió una y otra vez, pero mi erección no podía aguantar más, la jale hacia mí y la lleve al sofá, posicionándome sobre ella.
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Mi Joven Obsesión
RomanceChristopher es un hombre de 38 años multimillonario, soltero, enfocado siempre en sus negocios y su carrera política. Abigail es una joven de 18 años, estudiante enfocada en la carrera de economía en la Universidad de Yale. Una joven y hombre que si...