Christopher
Anderson entro en mi oficina con cara de pocos amigos y una actitud inaceptable al entrar sin tocar y cerrar la puerta con fuerza.
— Pero ¿Qué..?— ¿Qué te pasa? Trate de decir antes de ser interrumpido por mi asistente.
—Se lo dije señor ese tipo no me gustaba nada— dijo meneando su mano con desaprobación.
— ¿De quién me estás hablando?— pregunté confundido.
—Desmont Grimes, le dije que algo había en el que no me terminaba de convencer, un perverso hombre detrás de una cara hermosa, ¡¡ja!! Típico— se quejó.
— Es un profesional, tengo excelentes referencias de él.
—Pues ninguna de ellas importa—me dijo todavía enojado.
—Bueno, ya no tiene importancia, di por terminado su trabajo conmigo esta mañana, le dije que ya no lo necesito y le pagué su servicios, si fuera el caso no tienes por qué preocuparte más— le dije tratando de calmarlo.
—Admito que eso me reconforta un poco, pero tiene que saber lo que yo logré averiguar de ese sujeto— él se sentó en la silla frente a mí escritorio y comenzó hablar, mientras yo prestaba atención— Yo sabía que había escuchado su nombre en algún lado y está madrugada después de estarme rompiendo la cabeza por horas tratando de recordar, por fin lo hice, el salía con la hermana de una compañera de la universidad, una chica muy rica, resulta que el salió con la joven por 2 años, hasta que la joven se cansó de él, ya que era un hombre muy intenso y controlador a lo máximo. Resulta que después de dejarlo el seguía persiguiéndola y espiándola, tuvieron que pedir medidas de alejamiento contra él y al cabo de unos días de estos ella desapareció, sin dejar rastro. A él no se le pudo culpar por tener una buena cuartada. Pero ella no es la única que ha sufrido su acoso, otras 2 jóvenes pasaron por lo mismo, aunque corrieron con la suerte de librarse de él y vivir para contarlo— el relato de Anderson me dejó impacto, había contratado un acosador para que me mantuviera informado del estado de Abigail, puse a mí amor en peligro.
— Es increíble todo lo que me cuentas, gracias a Dios ya no va estar vigilando a mí Abi.
—Así es señor, por lo menos ya no va estar con ella, pero es impresionante que un tipo así ande suelto.
—Es un peligro para la sociedad, sin duda—le comenté.
— Y ¿Por qué desistió de los servicios de Desmont?, Si se puede saber.
—Desde un inicio cometí un error contratando a alguien para que la siguiera, fue muy inmaduro de mi parte hacerlo, Abigail me hace hacer cosas que jamás esperé hacer— sonreí al pensar en ella— anoche me llamó al celular.
— ¡QUÉ!, Pero eso es una excelente noticia.
—A sí es, ella, no hablo mucho, pero me hizo sentir bien, me dio una esperanza— antes sentía que lo tenía todo perdido con ella, pero ahora sé que no es así, ella todavía me quiere y no me detendré hasta tenerla conmigo otra vez.
—Me alegra volver a verlo animado, eso sí le digo, si la vuelve a lastimar, dudo mucho que ella lo perdone, así que una vez ella vuelva a su lado tiene que cuidar mucho es relación.
—Y lo hare, no volveré a equivocarme otra vez— el teléfono sonó interrumpiendo nuestra conversación. Anderson contesto.
—United Sea Transport, Oficina del Señor Kirkman, Anderson le atiende ¿Con quién tengo el gusto?—La expresión seria de mi asistente cambio, drásticamente — Hola hermosa, ¿Cómo estas?, Bien Guapa, si aquí está él te lo comunico— Anderson me extendió el teléfono— Su sobrina señor. Con permiso lo dejo para que pueda hablar.
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Mi Joven Obsesión
RomanceChristopher es un hombre de 38 años multimillonario, soltero, enfocado siempre en sus negocios y su carrera política. Abigail es una joven de 18 años, estudiante enfocada en la carrera de economía en la Universidad de Yale. Una joven y hombre que si...