Capítulo 16

173 46 33
                                    

Hay doble actualización. Si Wattpad les ha llevado directamente aquí, volved al anterior capítulo.

América

Ya es de noche y como siempre estoy esperando a mis hermanas. Miro por la ventana de nuestro apartamento y puedo distinguir entre la oscuridad del parking el coche de los Goldman.

Han pasado dos semanas desde que llegamos y aquí estamos esperando para ir a cenar con la madre del novio de mi hermana que también es mi tutora y que a su vez es la exmujer del presidente de Estados Unidos.

Bajamos, después de recibir muchos mensajes de Cole pidiendo que saliéramos porque Caleb estaba ya nervioso, y llegamos a donde los chicos nos estaban esperando. Subimos a su coche, no sin antes saludarlos.

- ¿Podéis tardar más? – dice Caleb.

- En verdad si, pero nos parecía demasiado grotesco de nuestra parte – me burlo de su enfado.

- ¿Estáis preparadas para la cena? – dice Chase.

- Ya conocemos a vuestra madre, es solo más formal – contesta Ari.

- Además de que le caímos muy bien – le da un codazo a Ari refiriéndose a la exposición.

- Además de que le caímos muy bien – le da un codazo a Ari refiriéndose a la exposición

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Subimos en el ascensor del edificio hasta llegar a casa de la señora Ford. Los chicos tenían razón al decirnos que el ático estaba muy bien situado, con unas vistas exclusivas a Central Park.

- Pasad – nos recibe Charlotte.

- Hola, mamá – gritan casi todos al unísono.

Pasamos dentro del espléndido ático hacia un salón más grande que nuestro apartamento. Está decorado con gusto y elegancia, además de con cosas muy caras.

- ¿Queréis algo para beber? – pregunta de forma cortés – Aún quedan unos minutos para que la cena esté lista.

- Yo Coca-Cola – dice África.

- Yo quiero otra – dice ahora Arizona.

- Nosotros agua, mamá – dice Caleb. Por la forma en que lo ha dicho deduzco que a su madre no le gusta que se beba alcohol, o al menos quieren quedar bien en frente de su madre.

- ¿Y tú América? – me mira fijamente.

- ¿Tienes cerveza? – le sonrío.

- Por supuesto – se gira para hablar con la sirvienta – Por fin alguien que no va de sofisticada. María, dos cervezas.

- ¿En esta casa se puede tomar alcohol? – pregunta sorprendido Cole.

- Los cobardes, no – le contesta sarcásticamente - ¿Pensáis que yo os voy a castigar por beber alcohol? – parece enfadada.

- No - intenta deducir Cedric.

- ¿Entonces por qué me tenéis miedo?

- No te tenemos mie... - dice Caleb.

- ¿A no?

- Si, te tenemos miedo – contesta al final Chase.

- ¡Chase! – le recrimina Ari.

- ¿Entiendes lo que tengo que sufrir, América?

- Lo entiendo, Charlotte – miro a mis hermanas – Más de lo que imaginas.

- Se han unido... Eso no es bueno – se burla África y Charlotte y yo la miramos con el ceño fruncido.

- ¿Queréis ver la casa? – dice Cole cambiando de tema.

- Si

- Salid rápido, sin que se enteren – bromean.

Me quedo con Charlotte en el salón, observando las vistas.

- ¿Quieres ver a mi bebé? Hago un spoiler... No es ninguno de mis hijos – me río. Charlotte es muy simpática y parece tener un humor muy juvenil con respeto a su edad.

- Me encantaría.

La sigo por su ático hasta una sala donde hay una escultura preciosa de una ninfa. Me explica como la consiguió y lo mucho que le gusta mirarla. A decir verdad, es una obra de arte muy bonita y que por lo que deduzco, debe de valer mucho.

- América, ¿Qué piensa sobre lo que hizo ayer mi exmarido? – me atraganto con la cerveza.

Ayer, el presidente decidió realizar unos cambios económicos que hicieron que la bolsa se colapsara, produciendo que todos los países se pusieran en números rojos, incluyendo Grecia. Incluso mis padres me llamaron para decirme que el presidente estaba, según ellos, loco.

- Prefiero no hablar – intento que no vuelva a preguntarme.

- América... Estudias política, deberías saber dialogar sin discutir – vuelve a insistir – no te estoy pidiendo que critiques al presidente, tranquila.

- Yo estaría dispuesta a criticarlo, pregúntale a Caleb – me río al acordarme de la discusión en mitad de clase – Lo que ocurre es que mis padres me enseñaron a no hablar de política en cenas, y menos cuando soy la invitada.

- Entiendo. Mis respetos a tus padres – me sonríe – Pero que sepas, que yo tampoco son afín a la política del mi exmarido.

Me río y asiento. Cada vez me cae mejor esta mujer.

Detrás de Charlotte, veo una sombra apoyada en el umbral de la puerta. No sé cuanto tiempo miro a esa sombra, pero cuando dejo mis pensamientos, Charlotte se ha ido al salón a ayudar a María.

- ¿Vas a continuar entre las sombras, Caleb?

- ¿Charlotte? – pregunta – ¿Por qué os tuteáis?

- Porqué ella me lo ha dicho – respondo cortante. Esta mañana congeniábamos o al menos estábamos empezando a ser amigos y ahora lo vuelvo a notar como lo era antes, un capullo - ¿Qué te ocurre?

- ¿A mí? Nada.

- No te llevas bien con Cedric, ¿no? – deduzco.

- Has malgastado una pregunta – se ríe con los ojos fijos en la pared.

- ¿Por?

- Cosas de hermanos – contesta tajante – Siento comportarme a veces como un capullo.

- Eres un capullo – se ríe por mi comentario.

- Soy un capullo y me he comportado como un idiota contigo. A veces me olvido de que hay gente que vale la pena, Mer.

¿Me ha llamado Mer?

- ¿Te molesta si te llamo así? Es que se lo he escuchado a tus hermanas.

- Puedes llamarme así, pero yo también quiero ponerte un apodo o algo.

- No somos tan amigos, no te pases.

Ay, Caleb... Tan raro como siempre.

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora