Capítulo 19

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América

El trayecto en avión ha sido tranquilo. No ha habido percances, como la primera vez que vinimos a Nueva York y ha sido de lo más ameno.

En Roma estuve trabajando en un descubrimiento arqueológico, cerca del Coliseo Romano, donde se hallaron piezas muy importante de la época clásica. Estuve realmente agradecida de que pensaran en mi para el trabajo, y di las gracias a mis hermanas de que lo tuvieran realmente preparado. Necesitaba un viaje lejos de la universidad.

Estoy saliendo por la puerta de embarque cuando veo a Pin y Pon esperándome, junto a sus novios y Caleb. A decir verdad, los he echado de menos, incluido a Caleb.

Cuando mis hermanas me ven, empiezan a saltar de alegría y a empujar a la gente para llegar a mi. Me da vergüenza que empujen a una anciana con andador para llegar a mi, pero que vamos a hacer... Son únicas en su especie.

- ¡Meri!

- ¡Meer!

Me gritan de emoción y luego me abrazan.

- Mis chicas – digo soltando las maletas.

Menos mal que la maleta donde van algunos objetos de colección está aun saliendo del avión y embalada con mucho cuidado, porque si no la hubiera roto del golpe.

Después de separarme de ellas, saludo a Cole y a Chase. Cole siempre será mi Goldman preferido, incluso podría llegar a decir que se está convirtiendo en mi mejor amigo.

- Debe de haber ocurrido algo para que Caleb venga – me acerco burlándome de él.

- Como si no estuvieras contenta de verme – me abraza y me pilla desprevenida. Es la primera vez que tenemos contacto sin borrachera o discusión por el medio.

- Me alegro de que hayas venido – le susurro a la oreja y juraría que he notado como se le erizaba la piel al sentir mi aliento tan cerca.

Me giro para ver al grupo de gente que puedo llamar amigos.

- ¿Y Cedric? – pregunto al no haberlo visto.

Aún estoy al lado de Caleb y veo como se tensa al escuchar el nombre de su hermano. Y sin entender por qué, se aparta un poco de mi.

- No ha podido venir – dice Cole – tenia que estudiar.

- Que pena – tampoco es que fuera importante que viniera.

- Pero nos ha dicho que pasará a verte.

Subimos al coche, que podría llamarlo nuestro ya que lo utilizamos para cualquier cosa, y nos dirigimos al apartamento a dejar mis cosas. Ellos deberán de estar cansados por las horas que son, pero yo en cambio, por culpa del Jet Lag, no tengo nada de sueño.

Cuando llegamos al parking y me giro para ver a las dos parejitas que van detrás, los veo medio durmiendo. Es tarde y es normal que estén cansados.

- Gracias por traernos. Caleb – le doy un beso en la mejilla. Él enrojece y a mi me suben calores hasta las mejillas.

No debería de haberlo besado.

Me giro para evitar su mirada y así aprovechar para despertar a mis hermanas, cuando me fijo de que ellas ya están despiertas y que acaban de ver el beso que le he dado a Caleb.

Mierda.

Si quería huir de su mirada, ahora tengo cuatro más.

Salimos del coche y nos despedimos de ellos mientras vamos al edificio.

- Ni una palabra – advierto.

- No íbamos a decir nada – escucho que se ríen detrás de mí.

Lo dudo, pienso.

Llegamos al apartamento y les pregunto si puedo ver nuestro proyecto. Ara mi sorpresa, cuando lo veo está bastante adelantado.

- Precioso – digo dando una vuelta alrededor.

- Hemos avanzado mucho, en tu ausencia – dice Afri.

- Y tanto – me sorprendo – en menos de una semana ya estará terminado.

- ¿Tú crees? – pregunta curiosa Arizona.

- ¡Claro! Lo más difícil será que se seque.

- Fantástico.

Salimos de la habitación que hemos acondicionado para nuestro proyecto y cada una nos vamos a nuestra cama. Yo por culpa del Jet Lag no tengo ni una pizca de sueño.

Decido abrir el portátil y buscar las noticias de hoy. Después de una búsqueda exhaustiva termino, no sé cómo, leyendo webs sobre la vida de Marilyn Monroe. Y es gracias a mi curiosidad, que descubro que en la Casa Blanca hay túneles que conectan la residencia oficial con las alas este y oeste.

Joder con Kennedy y su amiguita.

Termino de leer varios artículos y webs con teorías que son descabelladas y otras que resultan ser muy interesantes. No me doy cuenta de la hora que es, hasta que mi móvil empieza a sonar.

¿Ya son las tres de la mañana?

Miro quién me está llamando. Y me sorprendo al leer su nombre en la pantalla de mi smartphone, pero aun así, descuelgo.

- ¿No crees que es muy tarde para molestar a la gente? – intento sonar irritada, pero es imposible y suelto una risita.

- ¿América? – noto como alarga las sílabas - ¿Estáás ahí?

- ¿Estás borracho? – pregunto mientras me incorporo.

- ¿Estás borracha? – imita mi voz y luego hipea – Me he perdido.

- ¿No sabes dónde estás?

- ¿Alguien sabe acaso en que punto de su vida está? La vida daa muuuuchas vueltas – escucho como se calla – creo que de pensar en vueltas me he mareado.

- Descríbeme que ves – insisto.

- Árboles, pájaros, mi vida derrumbarse – bromea.

- Voy a por ti – me levanto de la cama - ¡No te muevas, Caleb!

- Va a ser difiiiicil... - hace una pausa- ¿Te has dado cuenta que eres griega? De Atenas...

Hola chicxs,

Quiero daros las gracias por estar apoyando mi historia, de verdad.

Dejad vuestros comentarios y vuestros votos si os ha gustado.

Doble actualización. ------------>

Sois los mejores,

Os quiero, Al.

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora