Capítulo 22

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Maratón 2/2

América

Hoy me he levantado de buen humor, además de que he dormido super bien. Hacia tiempo que no dormía tan cómoda. Tan cómoda y tan ajena a los problemas.

Tres semanas. Ese es el tiempo que ha pasado desde que llegamos a Estados Unidos. Ese es el tiempo que hemos tardado en cogerle cariño a los Goldman. En ese tiempo deberíamos de haber avanzado en el plan, pero en vez de eso, hemos preferido forjar una relación con ellos.

Y ahora no solo somos amigos, si no que somos compañeros de piso. Por culpa de la caldera de nuestro edificio hemos tenido que mudarnos a con ellos y sus hermanos de fraternidad.

Decido salir de la habitación que me han cedido rápidamente. Estoy intentando huir de Caleb. No sé porque, pero al verlo me siento extraña y no quiero sentirme de ninguna forma con él. Prefiero la indiferencia.

Llego a clase y me siento junto a Henry. Miro a mi alrededor esperando no encontrarme a Caleb, pero por desgracia ahí está, en la tercera fila. La suerte es que no se ha fijado en mi o al menos, eso parece.

No me doy cuenta de que a mi lado se sienta un chico. Al principio no lo reconozco, pero después me doy cuenta de que es uno de los chicos que se rea de Henry en la fiesta del lago.

- ¿América? – no sé cómo sabe mi nombre – Me llamo Jack y quería disculparme por lo que dijeron mis amigos sobre Henry.

- No tienes que disculparte conmigo.

- Oh, lo sé. Ya me disculpé con Henry – miro a Henry y este asiente – Pero también quería disculparme por la falta de respeto que tuvimos hacia él y hacia ti.

- Buena, gracias. Si Henry acepta tus disculpas, yo también – le sonrío para continuar atendiendo en clase.

- También – me giro hacia él – quería preguntarte si podríamos ir a la cafetería después de clase.

- ¿Ir a la cafetería? – le pregunto a él y me pregunto a mí misma.

Quizás si salgo un poco con alguien distinto pueda olvidar a los Goldman, y en concreto a Caleb. Ese castaño se ha metido en mi cabeza como un dolor muy fuerte. Además, Jack es muy guapo. Es una mezcla entre poeta incomprendido y Hemingway. ¿Cómo puedo deducir esto solo con la forma de vestir? Fácil. Tiene el pelo sin arreglar -como si no le importara la gente-, lleva un suéter negro de cuello alto y que le da un toque austero y por último, el color de sus ojos que son de un color muy oscuro.

- Vale. Después de clase podemos ir – digo guiñándole un ojo.

- Por suerte para mi, ya ha terminado la clase.

Miro a mi alrededor y Jack tiene razón. No sé cuanto tiempo he pasado hablando con él y cuando pensando en mis cosas, pero ya ha pasado la hora de clase.

Recojo mis cosas y las meto dentro de mi bolso. Jack me da la mano para levantarme y se lo agradezco aceptándola.

Lo sigo hasta fuera del edificio.

- No pensé que aceptarías – me afirma Jack.

- No te menosprecies, Jack – bromeo.

- No lo hago, América. Es solo que como sales tanto con los Goldman, pensaba que salías con alguno de ellos.

- ¿Con ellos?

- Bueno, con Caleb.

- Pues tenías razón – escucho la voz del castaño detrás mía – Y yo que pensaba que eras tonto, Jackie.

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora