Capítulo 20

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América

Bajo del taxi y le pago al hombre para que se espere a que vuelva con Caleb.

Ando a paso rápido por Central Park mientras intento localizar a Caleb o al menos su cuerpo inerte en el suelo, seguramente con un charco de vómito.

Sin saber como, entre todas las hectáreas del parque, veo una figura negro sentada en un banco. Corro hacia allí y veo que no me he equivocado. Caleb está sentado, mirando a la nada y con una botella de alcohol en la mano.

- ¡Ya estás aquí! – levanta los brazos para saludarme – Si que has tardado.

- Tenía que coger el taxi – me quejo.

- Tendré que acompañarte a comprar un coche – suspira – Siéntate, ya sabes que no muerdo – bromea.

- ¿Por qué me has llamado?

- Es tarde. Tú tienes Jet Lag y serías la única despierta – me informa.

- Buen punto – algo dentro de mi duele. Me había hecho ilusiones de que me había llamado porque confiaba en mí, pero solo ha sido por interés - ¿Y por qué estás aquí? ¿Y borracho?

- He discutido con Cole.

- ¿Por qué esta vez? – le intento coger la botella.

- Dicen que les controlo demasiados, que les obligo a hacer cosas que no quieren y que oculto otras – bufa.

- ¿Y es verdad?

- Puede ser.

Estiro de su mano y me levanto. – Vamos. Te llevo a tu hermandad.

- No podemos ir – me mira apenado – He perdido las llaves.

- Pues vamos a mi apartamento – estiro otra vez de él – Pero rápido que tengo frio.

Lo ayudo a levantarse y deja caer casi todo su peso sobre mí. Con todas mis fuerzas, intento llevarlo hacia el taxi que nos espera en la entrada.

 Con todas mis fuerzas, intento llevarlo hacia el taxi que nos espera en la entrada

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Llegamos al parking de mi apartamento y le pago al taxista. Caleb lleva todo el trayecto tocándome el pelo y enrollándolo sobre su dedo.

- ¡Joder, Caleb! ¡Ayúdame a llevarte! – me quejo mientras estira un mechón - ¡Eres demasiado grande!

- Si supieras que otra cosa es grande – lo miro incrédula por lo que ha soltado de su boca – No me mires así, soy un borracho sincero.

Subimos las escaleras y cuando llego a la puerta de mi apartamento lo dejo apoyado en la pared para abrirla. Vuelvo a pasar su brazo por encima de mis hombros y lo levanto de un salto.

Caleb murmura tonterías sobre el color de mi cabello cuando lo tiro sobre el sofá.

- Voy a por un vaso de agua – le informo. Voy a la cocina y preparo uno para él y otro para mi.

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora