Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️

Capítulo 44

Maratón final 1/6

Arizona

He recibido hace una hora un mensaje de África para informarme de la pelea de Caleb y América, y a consecuencia de eso la ruptura de su relación.

Me siento mal por ellos.

Sé que mi hermana es muy difícil de tratar. A veces puede ser muy misteriosa, poco comunicativa y rencorosa... Pero yo sé que sentía algo fuerte por Caleb. Bueno, aun lo siento.

En cuanto a Caleb... Es una persona demasiado compulsiva. No se da tiempo para pensar en las cosas y actúa sin pensar en las consecuencias y puede que eso sea un inconveniente en su relación.

Me da pena, porqué sé que se quieren. Pero no es el momento para estar juntos... A los dos les hace falta madurar y saber que hacer con su vida.

- ¿Amor? ¿Ocurre algo? – me pregunta Chase.

Hoy habíamos quedado para hacer unas fotos en Harlem, un barrio de Nueva York. Queríamos encontrar los sitios más underground y desconocidos de la ciudad.

- América y Caleb han roto.

- ¿Y eso?

- Los celos de Caleb han hecho que mi hermana explote... Y como no tiene ya suficientes cosas en la cabeza – ironizo.

- Tu hermana debería de tranquilizarse un poco.

- Si lo consigues, te pago un millón de dólares – me burlo ante su comentario.

- Bueno, cambiando de tema – me toca el pelo. Estamos sentados sobre un puente que separa los barrios – Mi padre quiere volver a invitaros a la Casa Blanca.

- Que bien – me alegro - ¿Sabes? A veces me da miedo que tengamos que ir allí. ¿Y si hacen un atentado...?

- Amor, hay demasiada seguridad allí – me consola.

- ¿Demasiada para ti cuanta es? Por qué no me fio.

- Deben de haber más de treinta agentes del servicio secreto, el espacio aéreo está limitado con un perímetro de dos quilómetros, hay ventanas antibalas, radares, sensores infrarrojos...

¿Para qué tanto?

- ¿Y esos del servicio secreto están por toda la casa o solo por donde está tu padre? – indago.

- La mayoría siguen a mi padre. Después siempre hay un par que vigilan los pasillos.

- ¿Y todas las salidas están vigiladas?

- Sí – me contesta - ¿Para qué quieres saber tanto?

- Soy periodista. Llevo en la sangre lo de preguntar.

- Amor, ¿qué pasa? ¿Es por lo del plan? – sus ojos me miran fijamente.

- Sí, bueno quiero decir no. No puedo decírtelo. Quiero, pero si te lo digo se puede estropear todo.

- No hace falta que me lo cuentes. Ya me contó tu hermana que no necesitaba saber más – me consuela.

- Pero yo quiero contártelo... - me quejo.

América me advirtió que no le contara todo lo que teníamos pensado hacer. Ya nos contó que Chase sabía que teníamos algo entre manos y que en lo posible nos iba a ayudar. ¿Pero qué pasaba si se lo contaba? ¿Nos traicionaría? ¿Me traicionaría?

Solo había una forma de saberlo.

- Chase. Quiero hablarte de una persona... - él asiente.

Durante más de una hora le cuento el por qué ideamos este plan y por qué es tan importante para nosotras que todo salga bien. Él asiente y pone caras de sorpresa conforme avanza la historia.