Capítulo 38

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Cole

- ¿Entonces ahora estás saliendo con Caleb? – le pregunto a la loca de mi amiga.

Tengo la cabeza apoyada en sus piernas y estamos tumbados en el sofá de su apartamento. Paso más tiempo aquí que en la fraternidad y no me quejo para nada. África me ha dado las llaves para que pueda entrar siempre que quiera, aunque la puerta siempre está abierta.

- Desde ayer – sonríe la castaña.

- ¿Se te ha ido la cabeza? – me sorprendo – Si te está obligando, solo tienes que parpadear y te sacaré de esta.

Ella empieza a reírse y me da un manotazo en el hombro.

- No seas idiota. Caleb no es tan malo como lo pintáis.

- No, es peor – sale África de la cocina y se acerca a nosotros tumbándose al otro lado de Meri.

Con ellas me siento en familia. Es como si pudiera confiar en ellas y contarles todo lo que se me pasa por la mente y saber que no voy a ser juzgado.

En cuanto a África. Amo con locura a esa pequeñaja. Me hace sentir que no estoy solo, es como si mi alma hubiera encontrado su otra mitad.

- No os paséis – se queja – y dejad de tumbaros encima de mí. Después me duelen las piernas de sujetar tanto peso.

- ¿Me estás llamando gordo? – me hago el ofendido y me pongo una mano en el pecho.

- No, solo digo que podrías adelgazar un poco.

Empezamos a picarnos mutuamente y Afri nos dice que va a vestirse para salir. Hemos quedado que hoy iríamos en parejas al cine. Y cuando digo parejas, me refiero también a América y el idiota de mi hermano.

- Yo debería de arreglarme también – Meri intenta levantarse, pero yo me acurruco más sobre sus piernas.

- No te vayas aún. Que si no me quedo solito.

- Tranquilo que yo te hago compañía – escucho una voz ronca.

Me giro hacia la entrada y veo a Caleb con cara de cabreado mirándonos e intentando descubrir que hacemos.

- Por si no lo has entendido aún. Quítate de encima de mi novia – me repite con voz más ronca y se acerca.

Yo me aparto rápidamente y me siento al otro lado del sofá.

- Hola nena – le da un beso en los labios y se sienta a su lado. En medio de nosotros dos.

- Estoy harta de decirle a Ari que cierra la puerta. Un día de estos van a robarnos – se queja la castaña.

- Meri, si la puerta no hubiera estado abierta, este patán continuaría estando encima de ti.

- Somos amigos, asúmelo – me justifico.

- Amigos que no se tocan – me mira con odio.

Caleb ha pasado de ser el idiota que se tiraba a todas las tías y que se agobiaba porque se ponían celosas y lo perseguían, a ser el celoso.

- Pues ahora que tienes compañía, voy a cambiarme – Meri se levanta y se va hacia la habitación.

Nunca entenderé por qué las mujeres van a cambiarse cuando ya están vestidas. Tanto África como América llevaban ropa informal de calle y ahora van a volverse a cambiar para salir al cine. ¿Cuántas veces se cambian al día?

- ¿Te pasa algo? – me pregunta Caleb.

Me doy cuenta de que he estado en silencio durante un buen rato y me vuelvo para mirarlo.

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora