Capítulo 39

110 34 47
                                    

América

Sulley: Nena, ¿Hoy cuando nos vemos? 9:15

Sulley: ¿América estás despierta? 9:30

Sulley: Nunca antes había tenido que insistir tanto con una chica. 10:00

- Meri, ¿Vas a abrirnos la puerta ya? – pregunta la rubia fuera de mi habitación.

- ¡América! ¡Sal y así estamos juntas en un día tan importante como hoy!

Estoy recostada sobre mi cama, con las piernas sobre mi vientre, con un peluche entre mis brazos y la foto de él al lado de mi cara.

No he dejado de llorar desde que me he despertado esta mañana. Lo peor es que no me había dado cuenta a que día estábamos. No me había acordado del día más trágico para mi y para mis hermanas porque estaba centrada en Caleb y en pasármelo bien.

Estos últimos días había estado divirtiéndome, quedando con los chicos, estudiando... Y me había olvidado que estábamos ya en esta data.

Soy una idiota. ¿Qué hago disfrutando de la vida? Debería de estar con él, visitándolo y recordándole que no está solo.

Debería de haberme acordado, como todos los años.

- ¡América! ¡Estoy asustada! ¡Sal, por favor! – grita África.

Yo empiezo a llorar más fuerte y mi respiración se vuelve entrecortada. Me es imposible respirar profundo.

Joder, soy muy mala persona. ¿Cómo he podido desviarme del plan? ¿Cómo no me he dado cuenta de que estaba traicionándolo?

Mi móvil vibra. Esta encima de la cama y me levanto un poco para mirar el mensaje.

Sulley: América, voy a tu casa, ahora. 11:23

No me apetece hablar con nadie, ni contestar el mensaje a Caleb. Me siento mal por él y por estar ignorándolo. También me siento mal por mis hermanas, deberíamos de estar juntas, pero no puedo, me es imposible.

Estoy actuando como una egoísta pero es que ahora mismo lo único que quiero es olvidarme de la gente y pasar todo el día en la cama.

- ¿Llamamos a los chicos? – escucho que dice África – Sería una tontería llamar a papá y a mamá porque se pondría más nerviosa.

- Voy a llamar a Caleb - Se escuchan pasos y movimiento por el pasillo.

Los sentimientos tristes continúan invadiéndome.

No puedo creer que ya haya pasado tanto tiempo desde que lo vi. Él lo era todo para mí. Era esa persona que sabes que vas a tener toda la vida y que nunca va a faltarte para nada.

- Caleb. Si. A nosotras no nos abre la puerta. Es difícil de explicar por aquí, venid. Ella te necesita, a todos – ni me molesto en decir que no quiero que vengan.

Mi cuerpo está adormilado. No tengo fuerzas para moverme o hacer algo que no sea llorar.

Lo único que siento es pena, tristeza, soledad...

Aun recuerdo la última palabra que me dijo. Como sonaron esas sílabas desde sus labios, con esa voz ronca que le hacía tan característica. Nunca te rindas, me dijo.

Siento decepcionarte... No puedo ser lo que querías que fuera.

Lloro más fuerte.

Él era mi fortaleza.

Vuelvo a dormirme entre mis lágrimas y mocos que se juntan a la altura de mi nariz.

- ¡América! – escucho una voz fuerte que me despierta.

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora