Capítulo 23

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Maratón 1/2

Chase

Nunca había sentido tanta opresión en el pecho como en los últimos diez minutos, y la verdad es que no sé el por qué. Tampoco es que sea raro, ¿no? La gente puede quedar con quien quiera y hacer planes con muchas personas. Pero aun así, mi corazón palpita a un ritmo incontrolable y mientras mi cerebro le da vueltas a que he podido hacer mal.

- No creo que hayamos hecho nada malo – dice Cole - ¿no?

- Estoy repasando los últimos días. Ayer estábamos bien – digo preocupado.

- Que un día no queden con vosotros no es nada raro. Son jóvenes y querrán tener un día de chicas – nos aclara Caleb.

Él se sienta entre Chase y yo. Ayer llegó cabreado a la fraternidad y no nos dirigió palabra. En cambio, hoy parece estar más contento. Quien sabe como funciona esa mente tan perversa.

- Seguro que le sentó mal lo que dije en la cena – suspira Cole.

- ¿Qué hiciste? – pregunta Caleb cansado de nosotros.

- Yo creo que debería de haberla acompañado al trabajo cuando me lo dejó caer, indirectamente – esta vez soy yo quien me quejo de la situación.

- ¿Sois idiotas? No son el tipo de chicas que se enfadan por ese tipo de tonterías.

- Tienes razón – afirmo – Deberíamos de hacer nosotros también algo. Día de chicos.

- ¿Juntos? – se levanta Caleb del sofá extrañado.

- Hace tiempo que no hacemos nada los tres – suplica - ¡Vaaa!

- Tengo un día muy ajetreado – intenta escabullirse.

- Espiar a América no cuenta – bromeo y luego me mira con cara de asco – Va, es un día.

- ¿Qué se os ocurre? – pregunta como rendición.

- ¿Motocross? – sugiere Cole.

- ¡Si!

- Para una buena idea que tienes tocará aceptarla – dice levantando lo hombros como si le diera igual.

- Para una buena idea que tienes tocará aceptarla – dice levantando lo hombros como si le diera igual

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Caleb

- ¿Estás bien? – pregunto preocupado.

Ya sabía yo que saltar por esa pendiente era arriesgado.

- ¡Estoy llamando al hospital para avisar de que vamos! – escucho a Cole hablar desde lejos.

- No pasa nada. Si no me tocáis la mano, no duele – intenta calmarnos.

- Voy a subirte a mis brazos y te metemos en el coche – lo cojo sin tocar sus brazos.

- Vale, si que me duele – arruga la cara de dolor - ¡Y mucho!

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora