Capítulo 26

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América

Han pasado cuatro semanas desde nuestra llegada a la universidad de Columbia. Cuatro semanas. Un mes. Y ya se ha vuelto todo un caos.

La única cosa que parece ir bien es que Caleb me ha dejado en paz. Hace tiempo que no lo veo y gracias a eso, está todo muy tranquilo.

- Toma cariño – Afri entra por la puerta de mi habitación con una sopa – Esto te irá bien.

- Gracias – le sonrío.

Últimamente he estado un poco enferma y mis hermanas me han cuidado muy bien. Ha estado encima de mí las veinticuatro horas del día. Afri me ha tratado como una niña pequeña, ya que ella al estudiar magisterio está acostumbrada. Y Ari ha buscado todo tipo de medicamentos que no tengan muchos efectos secundarios y que no me sean contraindicados.

- Voy a por una almohada más blandita y vengo.

- No hace falta que – sale por la puerta antes de que pueda terminar mi frase.

Me acurruco en mi cama y veo como se vuelve abrir la puerta de mi habitación.

- Vengo a maquillarte – dice Ari con un maletín en la mano – en unos minutos van a llamarnos mamá y papá por Skype y no querrás que te vean así.

- ¡Mierda! ¡No! – digo levantándome de un salto. Me mareo un poco por el salto y vuelvo a sentarme en la cama.

- ¡Pero no te levantes de golpe! ¡Ya sabes que las pastillas son muy fuertes! – me ayuda con el brazo a levantarme y llevarme al salón – será mejor que no vean en el sofá, parecerá más casual.

- A veces tengo miedo por tu facilidad de organizar una mentira – cierro un poco los ojos.

- Lo he aprendido de la mejor – me guiña un ojo – Si quieres mentir, hazlo bien – recita la frase que una vez le dije de pequeña.

- ¡Vamos a prepararnos!

Después de unos cinco minutos, ya parezco una persona normal y no el zombie que era. Preparamos unas mantas y ponemos el portátil encima de la mesa para que puedan vernos a la perfección.

En la pantalla, aparece el icono de llamada y al rato nuestra familia.

- ¡Mis niñas! – mi madre empieza a llorar al vernos.

- ¡Qué guapas estáis! – hipa mi padre.

- ¡Hola! – decimos las tres a la vez.

- ¿Cómo estáis? Hace mucho que no os vemos. Arizona, ponte esa coleta bien, se te salen los pelos. Y tú África podrías dejar de maquillarte con ese eyeliner, te hace los ojos muy alargados.

Como siempre, olvida que yo estoy ahí.

- Hawi está deseando que volváis – dice mamá.

Hawaii, o Hawi como le llamamos en casa, es nuestro hermano pequeño. Nuestros padres están obsesionados con los nombres de localidades, países y continentes.

- ¡Nosotras también lo echamos de menos! – contesta Arizona por las tres.

- ¿Y cuando volvéis? – inquiere mi padre.

- Ya sabes que no podemos volver aun. Tenemos que terminar el curso – le contesta Afri.

- Es que cariño, la casa está muy solitaria sin ti – le dice mi madre haciendo un puchero.

- Tienes al perro, a Hawi y a papá – le contesta Ari – Con Hawi tienes más que suficiente, incluso el perro hace más caso.

- ¡Arizona Calíope! – la llama mi padre – Más respeto por tu hermano.

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora