Capítulo 49

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Maratón final 6/6

América

Llego al primer cruce de pasillos, África y Arizona ya lo han pasado sin problema y están en el segundo, esperándome.

Ellas me hacen una señal con el pulgar de que todo va bien. Miro por el pasillo que cruza perpendicular al mío. Parece que no hay nadie, así que arrastro la escultura por él.

Llego a la altura de mis hermanas y ellas asienten al ver que estoy bien, cruzan el siguiente y se paran al final de golpe. Supongo que habrá alguien vigilando la puerta de entrada y salida a la zona de los sirvientes.

Acelero el paso, porque las cámaras pueden volver en cualquier momento, si no han vuelto ya.

Me acerco a Afri y Ari y miro lo que ellas observan. Dos guardias vigilan la puerta electrónica por a que tenemos que salir para llegar al garaje. Noto como Arizona me coge de la mano, preocupada.

La miro y le sonrío para que su inquietud e intranquilidad disminuyan.

Con los dedos de la mano formo el número "dos". Es el número del plan que teníamos en caso de que encontráramos guardias.

Arizona asiente y nosotras nos escondemos en una columna. Ellas sale por el pasillo tocándose la cara.

- ¡Eh! ¡Señorita! ¿Qué hace por aquí? - pregunta uno de los guardias.

Ari los mira con cara de aturdida. - ¿Dónde... dónde estoy? Yo estaba en mi habitación - se mira las manos y los pies - He vuelto a deambular sonámbula...

- No pasa nada, señorita. Yo la acompaño al dormitorio de nuevo - se ofrece el que ha hablado.

- ¿Podría acompañarme antes a la cocina? Me sentaría bien beber un vaso de agua - dice la rubia.

El guardia y Arizona se van por donde habíamos llegado nosotras. Cuando ya nadie nos puede ver, volvemos a salir de la columna. Ahora queda deshacerse del otro hombre.

Salgo de nuestro escondite y me acerco al guardia.

- ¿Perdón? ¿Ha visto a una chica rubia desubicada? Es que es mi hermana y es sonámbula. No sé donde puede haberse metido - poco a poco me acerco a él.

- Mi compañero se la ha llevado a la cocina - me dice, también acercándose.

- Oh gracias. ¿Y dónde está la cocina? - me paro delante de él.

El guardia se posiciona a mi lado y señala el pasillo. - Si recorre ese pasillo hasta llegar al Gran Foyer, la encontrará a la derecha.

Muevo mi mano hasta su cuello y le presiono la garganta. El hombre empieza a toser y aprovecho para ponerme a su espalda, le rodeo con un brazo el cuello y con el otro hago un mínimo de fuerza para dejarlo inconsciente en el suelo. Me acerco a su cuerpo inerte y compruebo que aun tiene pulso.

Cuando lo verifico, le digo a África que pase rápidamente.

- Pon la contraseña en la pantalla táctil. Yo voy a esconder a este hombre para que nadie nos delate antes de lo necesario - le ordeno.

- ¿Esperamos a Ari, no? - pregunta mientras pone los números y la puerta se abre.

- Ya estoy aquí - aparece la susodicha.

- ¿Cómo te has desecho del guardia tan rápido? - pregunto sorprendida.

- No eres la única que sabe hacer la llave del sueño, hermana.

Entramos por las puertas y corremos lo más rápido que se puede con una escultura que pesa 100 Kg y mide casi dos metros. Pasamos por decenas de puertas y al final llegamos a la puerta con más seguridad de todas las que hemos visto. De hierro, con cámaras y electrónica.

Tres Son Una (Olimpo #1) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora