¿Contigo? ¡Nunca! [TodoDeku] [KiriBaku]

Capítulo 23

Estaba irritable.

Los susurros que escuchaba eran insoportables, todos los santos días ¿Acaso no tenían otra cosa de la cual hablar?

Choco con alguien.

No le importo.

— ¡Oye! Dios la clase A siempre...¿Bakugou? —Monoma vio como el rubio cenizo se iba pasándole de largo — ¿Ahora que le pasa a ese idiota?

Bakugou por lo empujaba con intención siempre y él hablaba para pelar un rato pero esta era la primera vez en tres años en que el rubio le dejo colgando.

Y eso era bastante extraño.

—Bueno es de esperarse, Kirishima-san debe estar con una chica.

— ¡Cierto! Mí familia está hablando con su abuelo para que me pongan en la lista de la siguiente fiesta.

— ¿Ya son bastantes verdad? ¿Acaso aún no encuentran a la novia ideal?

—No lo sé.

Neito frunció el ceño al escuchar las voces de ese grupo de chicas en el pasillo.

—De verdad, la clase A está repleta de idiotas —suspiro volviendo a caminar —Pero eso no es mí problema.

Bakugou no toco la puerta simplemente entro como usualmente lo hacía encontrándose con Kirishima en la cama durmiendo.

Apretó los puños molesto.

Quería sacudirlo y preguntarle que carajos estaba pasando.

Gruñó y pateó el piso, el pelirrojo ni se inmutó.

No le quedó de otra que cerrar la puerta para irse a su propia habitación que estaba casi vacía.

Dentro de poco era la graduación después de todo, él solo estaba guardando sus cosas por adelantado para no tener que hacerlo los últimos días.

Era prevenir.

No era porque estaba desesperado por dejar aquel lugar donde todos murmuraban de cosas que supuestamente no sabía para burlarse "sin burlarse" de él.

Sino fuera porque eran mujeres las habría hecho puré.

Se tiró en la cama con un cansancio mental debido a los exámenes de entrada a la universidad y otro muy diferente.

Emocionalmente aunque no lo demostrará en el exterior Bakugou se encontraba en un estado de depresión según la psicóloga de la escuela a la que fue obligado a ir a ver por su madre.

La bruja insistía que su bajo peso no tenía nada que ver con que no quisiera comer.

Gruñó dando la vuelta sobre el colchón tapándose con las sábanas para tomar una pequeña siesta.