¿Contigo? ¡Nunca! [TodoDeku] [KiriBaku]

Capítulo 11

Aizawa y Kaminari veían la escena a una distancia prudente, debatiendo con la mirada si debían intervenir o no.

Bakugou parecía estar por romperle la cara a cierto bicolor mientras que Midoriya apretaba su chaqueta para que no lo hiciera.

Sí llegaban a romper algo de el local Aizawa haría trabajar a Katsuki sin goce de sueldo.

—Kacchan...—susurro Deku solo para que él le escuchará —No lo hagas, no es necesario.

Obtuvo un gruñido en respuesta.

Todoroki deseaba arrebatar a Izuku de la cercanía de Bakugou, tomar su mano y besarlo, disculparse en cada beso que le diera.

Pero solo tenía que recordar sus lágrimas en aquel día para no hacerlo.

"Deku-kun es feliz con Katsuki-kun"

Sus manos se cerraron en puños al recordar las palabras de la castaña.

¿Porque de todas las personas en el planeta eligió a Bakugou?

El rubio que durante su primer año en la Yuei le trato horrible, quien era engreído y arrogante.

No, eso no era lo que le molestaba a Shoto.

Lo que lo molestaba era que Midoriya tuviera alguien más a quien amar.

—Kacchan —hablo otra vez está vez siendo también escuchado por Todoroki —Vamonos.

Nunca pensó que Bakugou le haría caso a otra persona pero sin protestas había accedido a lo dicho por el pecoso.

El rubio le dio la espalda a Todoroki por un momento para ver de cerca el rostro de Deku.

Puso una mano en su mejilla pecosa, vio la tristeza en aquellos ojos esmeralda y gruñó.

No quería hacerle pasar un mal rato.

—Esta bien, Deku —tomo su mano y camino entre las mesas dejando atrás a las otras cuatro personas.

Ochako e Tenya optaron por explicarse con su amigo después, cuando su animo estuviera mejor, por otro lado Momo tuvo que insistirle a un serio Shoto que se quedará para hablar con el pecoso.

No sirvió para nada, terminaron saliendo los dos juntos de el local.

—Pensé que iba a morir ¡Uraraka sacaba láser por sus ojos! —se estremeció Denki — ¡Daba mucho miedo!

—Agradezcan que a esta hora no hay muchas personas, a la próxima los sacaré de el local —advirtio Aizawa —Por cierto, Bakugou hoy cierras.

Izuku se sintió un poco culpable por el comportamiento de su amiga y Katsuki tuvo que asentir a la orden de su jefe, importandole un rábano su opinión de la otra cuestión.

El pelinegro suspiro y les preparó sus cafés mientras el rubio canario hacia los sándwiches.

Bakugou miro de reojo a el chico a su lado en la barra, tenía leves temblores en las manos pero parecía estar bien.