Miro el cartel luminoso de la estación, "Distrito 4: 12:30". El tren pasa rápidamente frente a nosotros como una bala. Me aferro a Peeta ya que ver uno de nuevo me provoca nauseas. El tren se detiene en el andén, y mis nervios comienzan a subir. La gente baja
apresurada con sus maletas. A lo lejos veo una mujer rubia y delgada batallando por sacar su maleta del tren.
Corro lo más rápido que puedo con mis ojos cada vez más empañados por las lágrimas. Cada paso que daba, más lágrimas caían.
Tomo a la mujer por sorpresa abrazándola con todas mis fuerzas. Ella se sorprende pero luego corresponde.
-Oh.. Katniss..-Dice llorando. Finalmente estaba aquí, la única familia que me quedaba, la mujer que me dio la vida. Pero también la que me abandonó, dejándome a cargo la supervivencia de mi hermana con tan poca edad. No puedo estar enojada con ella, no puedo, no quiero, ella es la única que comparte mi sangre. Creo que con ella haré lo mismo que hice con todo lo malo que pasó, tratar de olvidar y rescatar únicamente lo bueno. Sinceramente, no me ha funcionado.
Al separarnos me acaricia la mejilla,
-Te he extrañado tanto, mi niña.- Dice dándome otro abrazo, al que correspondo inmediatamente. Al hacerlo veo a Peeta detrás nuestro mirándonos con lágrimas en los ojos y una tierna sonrisa. Me separo de mi madre y al hacerlo un sentimiento corre por mi ser. Uno que jamás pensé que iba a tener de nuevo. Con mi madre aquí, sentía que no todo mi pasado se había convertido en cenizas.
Miro a Peeta y le sonrío, mi madre se voltea y lo abraza como si fuese su hijo, lo cual hace que me alegre. Observo que mi madre le susurra algo que no soy capaz de oír pero estoy segura que fue sobre mí ya que a continuación Peeta me mira y se sonroja.
-Vayamos a casa.- Digo cuando se separan. Ambos asienten, y mi madre coje la maleta, pero Peeta no se lo permite y la lleva el.
El camino es en silencio, mi madre observa el distrito como si fuera un mundo nuevo. Y en cierto modo, lo es. El distrito 12 que conocía ya no existe. Aunque este es mejor y la gente ahora no tiene que preocuparse por las necesidades básicas, el anterior era nuestro hogar. Peeta me mira, y luego a mi madre, que esta perdida en su alrededor. El vuelve a hacerlo, pero no entiendo a que se refiere. En un movimiento instantáneo se acerca a mi, y me susurra algo que no entiendo. Ahora estoy aún más confundida. Arrugo la nariz en señal de confusión. Peeta rueda sus ojos. Paso mi brazo por el hombro de mi madre para calmarla. Creo que a eso se refería Peeta porque al hacerlo asiente levemente.
Finalmente llegamos a la aldea, y entramos a la casa. Mi madre mira todo con añoranza. Peeta y yo apoyamos las maletas en el piso y la miramos a ella mientras camina por la sala y acaricia algunos de los adornos.
-Iré a dejar esto arriba- Me susurra Peeta. Acto seguido, toma con sus fuertes brazos las maletas y sube al cuarto.
Camino con los brazos cruzados hacia la sala. Mi madre voltea con los ojos llorosos, me sonríe y se acerca.
-Ven. - Me dice sentándose e en e sillón. Me acerco y hago lo mismo.
-Y... Cuéntame.- Pregunta sonriéndome. A lo que yo respondo frunciendo el seño en señal de confusión.
-¿Que cosa?- Digo.
-Como va la vida en el distrito, Haymitch, Tu y Peeta.- Esto ultimo lo dijo acentuándolo.
-Bueno...- Comienzo.- El distrito: a estado creciendo... y Peeta esta terminando de reconstruir la panadería de sus padres...- Digo mirando mis manos.
-Me parece una estupenda idea.- Contesta todavía fingiendo una sonrisa.
-Haymitch, sigue bebiendo como siempre.- Digo sin importancia. La verdad es que no me gusta ver a Haymitch en ese estado, pero bueno. Todos adoptamos diferentes maneras para "Superar" la rebelión, y el ha elegido la bebida. Mi madre mira con cara de desaprobación. Escucho pasos en la escalera, y al instante Peeta entra a la sala.
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Aun Te Amo. (Katniss & Peeta)
ФанфикContinuar y seguir adelante ha sido duro... Lo se mejor que nadie... Pero con Peeta a mi lado, siento que nada fue en vano.