Empire I ( Metamorphosis ) [ Finalizada ]

Episodio 26

Camila se sentó en una mesa de una pequeña ventana en un Starbucks en Lark Street, ignorando a los peatones que pasaban por la ventana mientras transcribía sus notas en su computadora portátil. En realidad, no había esperado que la médico de urgencias le diera mucho de algo, pero se sorprendió gratamente cuando recibió una respuesta digna de una cita genuina. Miró la foto de Lalisa Manoban y Jennie kim, deseando conocer la verdadera historia detrás de ese encuentro. La pasión casi saltó, Su teléfono celular sonó y lo sacó de su bolso.

— Camila Cabello. — Contestó.

— ¿Fuiste capaz de determinar si el lobo se había deslizado su correa? — Dijo la otra persona.

— Si tuviéramos esta discusión cara a cara, — Dijo Camila. — probablemente ambos sacaríamos mucho más de ella.

— Como he explicado antes, —  respondió la voz ligeramente amortiguada.—actualmente no puedo revelar mi interés por la situación en desarrollo.

— ¿Cuál es exactamente la situación? — preguntó Camila, sacando con una sola mano una libreta de papel y un bolígrafo de su bolso. Tomó apresuradamente la fecha y la hora.

— Pensé que lo dejé claro antes. Los seres humanos están siendo contaminados, infectados, pervertidos por estas...criaturas. Y la nueva querida de Estados Unidos, la hermosa consejera educada, Manoban es el peor animal de todos ellos.

La piel de Camila literalmente se arrastró, porque esta persona no sonaba loca, si realmente no escuchaba lo que se decía. Aunque indistinta, la voz era cultivada y bien modulada. Podía imaginar a su dueño sentado detrás de un escritorio en un edificio de oficinas multimillonario o bebiendo aguardiente en un club privado. Nada abiertamente insano o extremo. Pero el veneno cuajaba su sangre.

— No parece haber ninguna prueba de esta...contaminación. —  Dijo Camila. — Si sabes algo, entonces dame una pista. Alguien con quien hablar.

— Habra mas. Pronto. — Dijo la otra persona.

— Dónde... " La persona que llama a desconectado."

— Maldita sea. — dijo Camila furiosa,garabateando locamente.

La misteriosa persona que llamó la había contactado a las cinco de la mañana, instándola a mirar la edición de la mañana del city rag. Cuando ella preguntó por qué, la respuesta fue que los Weres estaban ocultando un secreto que podría amenazar la existencia humana. La implicación era que Lalisa Manoban estaba a punto de perder el control de sus animales, como lo dijo la persona que llamo. Camila era una periodista investigadora. Ella seguía una historia, no importaba cuán delgada fuese la ventaja, y si había algo en absoluto en esta historia, tenía un presentimiento que iba a ser grande.

Tomó un sorbo de su café frío y pensó en su siguiente movimiento. Ella no tenía uno. Pero no había llegado a este punto de su carrera al sentarse y esperar a que las roturas le llegaran. Ella hizo que las cosas sucedieran. Tomó su teléfono celular, se deslizó a través de sus contactos y empujó un número.

— Jauregui. — dijo una voz ahumada. — División del delito de Lilium.

— Soy Camila Cabello, detective.

Camila se preguntó cómo la condecorada detective sentía haber sido desviada de la división de élite de Crimen contra las personas de la apresuradamente formada PCD cuando su padre había salido como un Vampiro, arrastrando a Lauren Jauregui a la luz con él. Por así decirlo.

— Estoy ocupada, señorita Cabello. Me temo que hoy no tengo ninguna noticia sensacional. — Dijo Lauren.

— Yo soy periodista de investigación. — dijo Camila, tratando de no sentirse molesta por la siempre molesta detective.

Por qué le molestaba que ella no obtuviera ningún respeto de esta detective cuando tenía una buena relación de trabajo con otros detectives en el delito, ella no lo sabía.

— Si tú lo dices. Todavía estoy ocupada. Bueno adi...

— ¡Espera! ¿Qué sabes sobre algún tipo de infección Were que se salió de control?—  preguntó Camila apresuradamente. Lauren se quedó en silencio durante un largo rato.

— ¿Me está diciendo que usted sabe algo al respecto? — Dijo Lauren.

— ¿Qué tan grande es el problema? — Dijo Camila.

— Estás pescando.— Dijo Lauren.

— Estoy en el estanque correcto, ¿no? — Dijo Camila y Lauren suspiró.

— No tengo nada para ti. Pero si sabes algo, necesito que me lo digas.

— Verás, — dijo Camila en tono conversacional — la forma en que esto funciona es en que tú me ayudas y yo te ayudo.

— ¿Por qué querría hacer eso? — Pregunto Lauren.

— Porque ambas queremos lo mismo, detective. Ambas queremos...

— Quieres un titular con tu nombre debajo — Dijo Lauren, y la picadura estaba de nuevo en su voz. —titulado : " Quiero evitar muertes sin sentido."

— Hija de puta santurrona. — dijo Camila, perdiendo las riendas de su temperamento.
— No me conoces ni lo que quiero.

— No, no lo hago, — dijo Lauren con su voz fríamente calmada. — Pero permítame darle un consejo, sin embargo. Si sigue pescando, es probable que saque algo que no pueda manejar.

— Oh, por favor, —  dijo Camila. — ¿Estás tratando de asustarme ahora?

— Si quisiera asustarte, puedo pensar en maneras mucho más agradables de hacerlo.

La voz de la Vampiro se deslizó a lo largo de su espina dorsal como dedos deliciosamente frescos en un día abrasador de verano. Camila se tensó en lugares que no quería tensarse, sobre todo cuando hablaba con esa exasperante...Vampiro.