Al atardecer, Jennie siguió a Matthew por un estrecho sendero a través del bosque hasta un claro por un pequeño lago de espejo. Ella se sentó a horcajadas sobre un tronco caído y puso su espalda contra un pino, dándole una vista del lago a un lado y del bosque al otro. Matthew, un hombre de voz tranquila, con el pelo castaño grueso y largo hasta los hombros, ojos de chocolate con leche y una estructura gruesa, se asentó sobre una roca a pocos metros de distancia.
– ¿Supongo que te han encargado de mantenerme fuera de problemas?– Dijo Jennie.
– No exactamente. Soy una magister, un consejero de orientación.– Dijo Matthew con una sonrisa irónica. – Trabajo con los adolescentes, sobre todo.
– ¿Porque son volátiles? – preguntó Jennie.
– Volátiles, impredecibles, hormonalmente exagerados, impacientes, agresivos, buscando emoción, a veces exagerados y dramáticos pero saludables jóvenes Weres, prácticamente.
— Pero yo no soy una adolescente.–señaló Jennie. Ella no estaba siendo argumentativa, sólo realista.
— Y podría no estar saludable...— No eres una adolescente, eso es cierto, – dijo Matthew con voz suave. – pero no tenemos indicios de que no seas saludable. De hecho, pareces extraordinariamente fuerte para alguien que acaba de ser reorganizado a nivel celular.
— ¿Puedes contarme más sobre eso? – Preguntó Jennie.
— Realmente no es mi área. – Matthew se encogió de hombros disculpándose.
— No quiero desentenderte. Tenemos científicos y médicos que pueden explicar todo mejor que yo. Pero de esto estoy seguro, todo acerca de ti señala que eres un Were.
— ¿Todo...significa qué?
— Tu olor, lo más importante, y tu dominio natural. Pero también tu comportamiento instintivo. Acabas de posicionarte para que puedas detectar cualquier agresor que pueda acercarse, mientras que tu espalda es defendida por la barrera del árbol. Sólo actúas como Were. — Dijo él.
— ¿Cuánto tiempo antes de que podamos estar seguros de que no me volveré rabiosa? — Preguntó Jennie.
— No lo sé. Ninguno de los de la Manadas tiene mucha experiencia con Weres convertidos. – Dijo Matthew y se encontró con sus ojos brevemente antes de mirar lejos. — La Alpha quiere que te adoctrines, así ella cree que estás a salvo.
— ¿Y eso es todo? – preguntó Jennie suavemente.
— La Alfa es la ley. – Dijo él.
— Entiendo. — Y en algún nivel innato, profundamente primitivo, Jennie lo entendió.
Ella sentía una conexión con todos los otros miembros de la Manada, los cientos que nunca había conocido y que tal vez nunca conocería, y en el centro de esa intrincada red expansiva, de los espíritus conectados, conocía la fuerza unificadora que lo guiaba. Lalisa. La Alfa.— ¿Qué implica el adoctrinamiento?– preguntó Jennie.
— Hacerte consciente de las reglas de la Manada que habrías aprendido creciendo con tus compañeros de manada, excepto que no has tenido esa oportunidad. Aprenderás, de un modo u otro, pero será más seguro si sabes comportarte antes de que te enseñen.
— Más seguro. – Dijo Jennie.
— Eres una adulta. – Respondió Matthew suavemente.
— No importa que no entiendas las reglas. Tu comportamiento será tomado a tu valor y los miembros de la manada responderán instintivamente. — Dijo él.
— Está bien. Por lo tanto dame primero las lecciones críticas. — Dijo Jennie.
— Ya sabes lo más importante. La Alfa nos protege y nos une, y por eso, le damos nuestra lealtad absoluta. Cada miembro de la manada luchará por defenderla, así que debes tener cuidado de no implicar ningún reto para ella. No te sientes hasta que ella se sienta, no la toques, no te encuentres directamente con su mirada. — Dijo Matthew.
— ¿Y ella gobierna por la vida? — Preguntó Jennie.
– A menos que pase el título a un sucesor. — Dijo él.
— ¿Nadie desafía jamás? — Preguntó Jennie.
— Algunas veces, cuando un Alfa es muy viejo, un dominante más joven desafía, pero es raro. – Matthew apartó la vista, su expresión dolorida.
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Empire I ( Metamorphosis ) [ Finalizada ]
SonstigesEscrita en el Omegaverse Sinopsis: kim Jennie nunca ha sido buena en seguir el protocolo, por lo que no lo piensa dos veces en prestar atención de emergencia cuando la vida de una niña está en juego, incluso si la niña está en la agonía de la fieb...