Casi habían alcanzado el largo edificio de una sola planta desde el que emanaban una plétora de olores deliciosos cuando alguien llamó a su nombre. Roseanne cruzó corriendo el patio en dirección a ellos.
– Adelántense sin mí. – le dijo Jennie a los adolescentes. – Estaré en unos minutos.
— Nos vemos. – Dijo Moonbyul mientras se alejaba con los muchachos.
– ¿Cómo estás? – Roseanne dijo sin aliento, escudriñando el rostro de Jennie.
– Bien, creo.
Sintiendo curiosos ojos en ella mientras más Weres pasaban, Jennie señaló una zona sombreada al lado del comedor, justo en el borde del bosque.
– Hablemos allí un momento. — Sugirió Jennie.
– He llamado a la sala de emergencias esta mañana.– dijo Roseanne mientras avanzaban.
— Espero que no te moleste.— No. – dijo Jennie.
— Estoy muy contenta de que lo hicieras. Llamaré más tarde y les diré que tengo una emergencia personal. Tengo un montón de tiempo de licencia libre. — Comprobó el bosque detrás de ellas. Zarigüeya. Conejo. Mapache. Nada amenazante. Se puso a sí misma entre Roseanne y el bosque.
— Si puedo volver a trabajar. – Dijo Jennie.
— ¿Por qué no podrías hacerlo? – preguntó Roseanne.
– Es un poco demasiado pronto para estar segura de mi pronóstico.
– Te ves bien. – Dijo Roseanne y inclinó su cabeza. – Tu olor es saludable.– Los ojos de Roseanne se abrieron y se quedó sin aliento, su rostro enrojecido.
– Oh... Por favor, dime que no te vas a ofrecer. – dijo Jennie. – Roseanne se echó a reír.
– Deduzco que los adolescentes ya lo hicieron.– Jennie hizo una mueca.
– Con entusiasmo. – Dijo Jennie.
– No puedo imaginar cómo todo esto se siente para ti ahora mismo. – dijo Roseanne.
–Lo extraño es,– dijo Jennie. – una parte de mí se siente completamente natural. La parte que no, intenta arrancarme las tripas.
– Ella quiere que cambies, recuerdo lo que es eso. – Murmuró Roseanne. – Todo este poder embotellado en el interior, necesitando alguna salida y sin saber cómo dejarlo libre. Nunca ser capaz de hacerlo detener. Todos nuestros instintos tratan de emerger a la vez, creando un enorme cuello de botella hormonal, a falta de un mejor descriptor. Y la única salida por un tiempo es el sexo. – Ella evaluó a Jennie francamente. – El sexo es una válvula de seguridad. Una liberación te ayudará.
– Yo... yo no creo que esté lista.
Jennie no sabía por qué, pero a pesar de la exigente demanda de sexo que la desgarraba como un poderoso depredador, no quería a cualquiera. Bateó el sudor que le corría por el cuello y pensó oler a Lalisa, pero eso no podía ser.
– Lo que sientes es perfectamente natural, ¿sabes? – Dijo Roseanne.
–Lo entiendo... pero mi cabeza y mi cuerpo no están muy sincronizados con todo eso. – Dijo Jennie.
– Sólo lo saben, muchos de los Weres no acoplados van a sentir tu llamada, pero nadie está obligado a responder. – Dijo Rosé y sonrió con timidez. – Muchos probablemente lo hará, sin embargo. Se ofrecen porque...bueno...te quieren.
– ¿Has visto a Lalisa? – preguntó Jennie abruptamente. No quería hablar del antojo que le estaba cortando en tiras, un corte lento y agonizante a la vez.
– ¿La Alfa? – Rosé negó con la cabeza. – No, pero ninguno de los centuri está aquí, por lo que es probablemente que la Alfa ya no esté en el Compuesto.
Lalisa se había ido. Jennie debería haber esperado eso, pero la decepción era todavía exquisita. Lalisa había estado haciendo su deber como Alfa esa mañana, asegurándose de que la recién convertida Were no era un peligro para la Manada. Ahora que Jennie estaba razonablemente estable, la intimidad en la mañana con Lisa no era probable que se repitiera. La Alfa ya no se preocupaba por ella. Jennie se estremeció, un aullido de rabia chocó dentro de su cabeza.
– Ah, Dios. – Jennie retrocedió un paso, sudor cubriendo sus brazos y empapando su camiseta de algodón.
– ¿Jennie? – Rosé la alcanzó. – ¿Qué es?
– Nada. – Jennie dijo, suprimiendo un jadeo mientras otro rayo de dolor irradiaba a lo largo de su espina dorsal.
– ¿Y si ella gana esta lucha?, Ella...mi...lobo. – Rosé pasó el brazo por la cintura de Jennie.
– Venga. Vamos a traerte algo de comer. Tu metabolismo es aproximadamente diez veces más alto de lo que era en este momento ayer. – Dijo Roseanne.
– Después, quiero que me hagas una serie de pruebas. – Dijo Jennie.
– ¿En busca de qué? - Rosé condujo a Jennie por los escalones y cruzó el amplio porche hasta el comedor.
– Cualquier cosa. Cualquier cosa que pueda sugerir que podría volverme rabiosa.
– Lo haré, - dijo Roseanne.– pero si te vas a deteriorar, no creo que vayamos a ver un período de lucidez como este.
— Pero no lo sabes, ¿verdad?
– No. – dijo Rosé con pesar. — Realmente no entendemos nada acerca de cómo te convertiste.
— Entonces, hasta que lo hagamos, – dijo Jennie. – tenemos que considerarme un peligro potencial para todos. Quizás debería estar encerrada un poco más.
Roseanne se detuvo bruscamente y, frente a Jennie, pasó sus brazos alrededor de los hombros de Jennie. Acarició el pelo húmedo de Jennie.
– No enjaulamos a los miembros de Manada. Nosotros los protegemos.— Cansada del dolor constante y soledad, Jennie cerró los ojos y apoyó su frente contra la de Roseanne. Si tan sólo pudiera creerle.
ESTÁS LEYENDO
Empire I ( Metamorphosis ) [ Finalizada ]
AcakEscrita en el Omegaverse Sinopsis: kim Jennie nunca ha sido buena en seguir el protocolo, por lo que no lo piensa dos veces en prestar atención de emergencia cuando la vida de una niña está en juego, incluso si la niña está en la agonía de la fieb...