Empire I ( Metamorphosis ) [ Finalizada ]

Episodio 85

– Casa. – Dijo Lisa desde la parte trasera del Rover.

Necesitaba ducharse y cambiarse y dejar el compuesto hasta que ella y Jennie se controlaran más. Con esfuerzo, ella invirtió su cambio lo suficiente como para retraer sus garras y caninos. La delgada franja de piel plateada persistió por el centro de su abdomen; Su clítoris y glándulas permanecieron llenos y duros. Cerró los ojos, ignorando los rumores preocupados de Jisoo, mientras el Rover se abría paso a través del bosque. Cuando llegaron a su cabina, saltó y saltó al porche, arrancándose los pantalones tan pronto como estaba dentro.

Ella gimió cuando entró en la ducha. Incluso el agua golpeando contra la mordedura en su pecho estaba agonizando. El dolor de la unión incompleta era tan insoportable que finalmente cedió y se acurrucó en el suelo de la ducha, con los brazos envueltos alrededor de su cintura, las rodillas recogidas contra su pecho. Su sexo estaba demasiado tenso e hinchado incluso para intentar un alivio temporal. Su cuerpo gritó por Jennie, y solo Jennie, para terminarla. La mordida de Jennie la obligaría a liberar todos los químicos y hormonas únicas que la definían. Inundaría la boca de Jennie, su piel, su cuerpo hasta que estuvieran vinculadas físicamente tan poderosamente como emocionalmente.

Pero Jennie no quería eso. "¡No dejes que te muerda!" Casi dejaría que Jennie la tomara. Otro toque, otra raspadura de los dientes de Jennie en su piel, y ella lo habría hecho. Forzándose en una posición sentada, Lalisa se apoyó contra los duros azulejos, el agua refrescante se deslizó sobre su pecho y su abdomen. Finalmente, el dolor cedió lo suficiente para que ella se pusiera de pie, y metódicamente se vistió con una camisa de seda oscura y una chaqueta de lino crudo de verano y pantalones. Wilmar y Darren esperaron con Merihan y Jisoo por el Rover. Tanto Wilmar como Darren tenían marcas de mordidas frescas en el cuello. Jisoo y Merihan parecían ansiosas y agitadas.

– ¿Están bien? – Les preguntó Lalisa en voz baja.

– Sí, Alfa. – dijeron ambos inmediatamente. Lisa asintió bruscamente y subió a la parte trasera del Rover.

– Llévame a mi oficina.

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Jennie oyó que la puerta se abría y se cerraba en silencio. Estaba de nuevo sobre la mesa de tratamiento, cubierta con la sábana que Lisa había puesto sobre ella cuando se marchó.

– ¿Ella está bien? – preguntó Jennie.

– Jennie, yo... – Roseanne suspiró.

– No es algo para mí de discutir. – Jennie se sentó, metiendo la sábana alrededor de su cintura.

– Le estoy haciendo daño, ¿no? – Roseanne se echó hacia atrás, con las manos apoyadas contra la puerta. Ella se mordió el labio, en conflicto.

– La madre de Lalisa gobernó durante generaciones. Muchos de nosotros no recordamos la última vez que tuvimos un Alfa sin acoplar. No estoy segura, pero creo que todo sobre el apareamiento es más fuerte, más feroz, para la Alfa. Su... – Ella cerró los ojos.

– Ella nos da todo, y lo tomamos todo. Sólo pide nuestra lealtad. Es difícil para mí hablar de ella de esta manera.