Episodio 101

2.3K 190 1
                                    

Lauren tomó el codo de Rosario y la acercó.

— ¿Lo estás tú?

— Muy lista. – dijo Rosario, con los ojos fijos en Merihan.

— Déjanos. – le dijo Lauren a Jisoo.

— Yo me encargaré de ella.– Jisoo vaciló, luego se fue a regañadientes.

– Es tan hermosa. – murmuró Rosario cuando Lauren la condujo a la cama.

Merihan permaneció inmóvil, su cabello castaño contrastando bruscamente con su pálido y delgado rostro. Lauren deslizó la sábana y alisó su mano sobre el pecho de Merihan para acunarle el pecho. La carne de Merihan era tan perfecta y suave como el marfil. Un débil pulso, lento y distante, golpeaba bajo su pecho perfecto. Lauren le dijo a Rosario: – Quítate el vestido.

Sin decir palabra, su mirada ávida en el rostro de Merihan, Rosario cumplió. Dejó la prenda descuidadamente en el extremo de la cama y se sentó junto a Merihan.

— ¿Está viva? – susurró Rosario.

— Sí. – Lauren acarició la mandíbula angular de Merihan, pasando su pulgar sobre su labio inferior completo.

— Merihan. Han, despierta. - Los ojos de Merihan se abrieron bruscamente. Ella se sacudió hacia arriba, gruñendo, sin rastro de razón en sus ojos whisky.

— Escúchame. — dijo Lauren con firmeza, agarrando el rostro de Merihan con ambas manos, capturando la mirada de ella con la suya.

— Harás lo que te diga. – Merihan se retorció, luchando por romper el agarre de Lauren.

— Duele. Tengo que detener el dolor.

— Lo sé.

Lauren la apretó, sus dedos cavando en el ángulo de la mandíbula de Merihan, forzando su boca abierta. Los incisivos de Merihan se deslizaron de sus vainas y sus ojos parpadearon como llamas contra un cielo de medianoche.

—Rosario , tócala.

Rosario empujó la sábana completamente a un lado y se estiró junto al cuerpo desnudo de Merihan. Acarició el arco de la cadera de Merihan y presionó un beso en la curva interior del pecho de ella. Colocando su muslo entre los de Merihan, ella tomó un pezón en su boca. Sus ojos brillaron mientras la chupaba y la acariciaba, sus caderas ondulaban lentamente. La cara de Merihan era salvaje mientras agarraba las caderas de Rosario, acercándola más. Jadeando, luchó por romper el agarre de Lauren.

— La quiero.

— Tu hambre es su placer. – susurró Lauren, soltando lentamente a Merihan.

— Toma lo que deseas. Dale lo que necesita.– Rosario miró a Merihan, su rostro aturdido por el deseo.

— Por favor. – Merihan miró fijamente los ojos oscuros y ansiosos de Rosario y luego en el pulso palpitante en su cuello.

– Quiero que me pruebes.– susurró Rosario, inclinando la cabeza hacia un lado.

— Quiero alimentarte.

Merihan hundió sus incisivos en el cuello de Rosario. Rosario gritó, con la espalda inclinada. Lauren se arrodilló junto a ellas, acariciando a Merihan mientras ella se alimentaba en salvajes y feroces tragos. Merihan empujó su muslo entre las piernas de Rosario, sus poderosas caderas revoloteando.

— Oh, Dios, ella es tan fuerte. – Rosario agarró la mano de Merihan y la empujó en la hendidura entre sus piernas.

— Tócame. Oh por favor.

Gruñendo, Merihan rodó a Rosario debajo de ella y se montó a horcajadas en su muslo. Enterró la mano dentro de ella y se alimentó vorazmente, su brazo bombeando en sincronía con las ondas convulsivas en su garganta. Rosario agarró la espalda de Merihan, con su pelvis levantándose y cayendo, cada vez más rápido.

— Me corro. – dijo Rosario, gimoteando. – Me corro.

Las caderas de Merihan se sacudieron y ella se libero, enterrando sus incisivos aún más profundamente. Lauren sujetó su mano en la nuca de Merihan y apartó la boca del cuello de Rosario.

— Suficiente por ahora.

— No. – respondió Merihan, con los huesos en su rostro moviéndose bajo su pálida piel. Parte Were, parte vampiro.

— La quiero.

— Has comido bastante. – insistió Lauren. – Siente el latido de su corazón qué tan rápido, cómo estás. No puede dar más ahora mismo. Déjala descansar. - Merihan luchó contra el agarre de hierro de Lauren, frotando su clítoris todavía erecto sobre el muslo de Rosario.

— Necesito más.

— Déjala que me tome. – le pidió Rosario a Lauren. Ella lamió el cuello de Merihan y acarició los pechos de Merihan con manos temblorosas.

— Por favor. Dios. Se siente tan bien. Estoy en llamas.– Ella bajó la mano.

— Ella está tan hinchada todavía. Ella me necesita.

— En unos minutos. – Repitió Lauren. Merihan necesitaba aprender a tolerar el hambre, controlar su sed de sangre, o nunca estaría a salvo alrededor de un anfitrión.

Empire I ( Metamorphosis ) [ Finalizada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora